(Disponible en esa otra aplicación de color n@ranja)
Liam
-Necesito que me ayudes a elegir, este o este- pregunta Hanna sosteniendo dos conjuntos diminutos en cada uno de sus manos, acaba de cumplir los ocho meses, su vientre sigue pareciendo de menos, según el último chequeo la bebé está bien, al igual que Hanna
La bebé, soñé tanto con el hecho de que nuestro primer hijo fuera una niña que se hizo realidad, pero al igual que todo lo relacionado con este embarazo, nada salió como lo planeamos, estaba feliz, muy feliz de saber que tendríamos una niña, una mini Hanna, la idea de verla usar vestidos, jugar a la pelota, comprarle coronas o lo que ella quisiera me hacia mucha ilusión, pero esta se veía opacada por la falta de Hanna en cada una de mis fantasías, en la idea de hacer todo solo y en lo mucho que aquello dolería
-Aun falta un mes- te tendré seguro a mi lado un mes más y luego todo es incierto, confuso, aterrador
-Pues si, la cesaría esta programada para dentro de un mes, pero ya quiero tener la maleta lista, así cuando pase, no nos faltará nada- dice acostándose a mi lado, la bebé empieza a pesar según veo, porque últimamente todo le cansa, me sonríe, toma mi mano y la pone sobre su vientre desnudo
-Espero que se parezca a ti, una bebita mini Liam- la bebé patea en respuesta, lo que me produce un conflicto interno gigante, por una parte quiero llenar de besos esa barriga, abrazar a mi bella prometida e imaginar un gran futuro y por otro solo quiero quitar la mano y alejarme, porque si la pierdo es lo que haré, no he tocado a la bebé por mi cuenta últimamente solo lo hago cuando Hanna pone mi mano ahí
-Yo quiero que se parezca a mi- frunce el ceño, supongo que esperaba que le dijera que quiero que se parezca a ella, pero eso, eso si me destrozaría, porque sería un constante recordatorio de lo que me arrebato
-Bobo- dice poniendo su mano sobre la mía
-¿Cuando compraste todo eso?- tanto el cuarto que será para la niña, como nuestro cuarto esta lleno de cosas para bebé, Hanna y Perlie instalaron una cuna pequeña, creo que se llama moisés en nuestro cuarto y un cambiador, que tiene ropa, pero ahora mismo toda la cama esta llena de ropa talla 0
-La mayoría de cosas son regalos, del baby shower improvisado que nos preparo Perlie, cosas que me dieron en el trabajo, cosas que envío papá y otras que enviaron tus hermanas, o tu padre o tu madre o la mía- dice mirando todo -De no ser porque tu madre vino a ayudarme a lavar todo tendría mucho trabajo que hacer- dice mientras dobla ropa sobre su abultado abdomen -tendremos que cambiar a la bebé por lo menos cinco veces al día...o tendrás...olvídalo, entonces ¿cuál?
-Me gusta el lila- su cara se ilumina, creo que ese también le gustaba a ella, salgo de la habitación un instante para poder responder una llamada, en cuanto regreso me encuentro con una Hanna profundamente dormida, la miro, disfrutando de ella cada minuto, porque no se si podré volver a verla así en un tiempo, recojo toda la ropa de bebé y la pongo de un lado de la cama para después tomar en brazos a mi novia sin que ella parezca darse cuenta y la acuesto correctamente, poniendo su almohada rara para que duerma mejor, empiezo a doblar la mini ropa, huele a suavizante, pero muy sutil, es muy suave, sigo poniendo todo dentro del cambiador y finalmente me acuesto cuando todo está guardado.
***
-Liam- escucho un susurro
-dime- respondo de vuelta
-no puedo dormir, alguien está muy inquieta- abro los ojos para tomarme de frente con Hanna mirándome, tiene una cara de incomodidad y sueño, a veces la bebé se pone en una posición que le duele o se mueve mucho en la madrugada.
-quiere que te haga compañía hasta que se duerma- cuestiono, asiente con los ojos llenos de lágrimas, ahora llora mucho, le acaricio la mejilla, no la culpo, son las hormonas, se incorpora sentándose y la poca luz que se filtra por la ventana me permite verla, su rostro iluminado a la luz de la luna, su tímida sonrisa me recuerdan porque me enamoré de ella
- Tengo una idea, compre algo que podemos hacer hasta que se detenga- dice tras bostezar -podrías alcánzamelo, está en el último cajón del cambiador- abandono la comodidad de la cama con las lámparas de noche encendidas, saco un álbum de fotos y se lo entrego
-me puedes devolver las ecografías con las que te quedaste- pregunta, asiento antes de ir por ellas, en cuanto paso todo las dejé en lo más profundo de uno de los cajones de mi escritorio en la oficina, cuando regreso con ellas, Hanna ya tiene puesto el tiempo en semanas y meses de todas las ecografías, y puestas aquellas de la que yo no tenía la impresión, pone las mías con una sonrisa y me lo enseña como cuando estábamos en la escuela, está muy orgullosa de su trabajo, sigue pasando y su expresión cambia a una de pena y anhelo, las siguientes partes del álbum tienen frases como:
Mi primer mes
Mi primer corte de cabello
Mi primer cumpleaños
Mi primera vez probando...
Comprendo su expresión, teme no estar para todas esas primeras veces
-suficiente, mañana trabajo y tú también- le quitó el álbum de las manos ya que ahora es para ambos algo triste, se acuesta y yo la abrazo, inconsciente llevo mi mano a su abdomen, puedo sentir lo inquieta que está mi niña, la niña, así que tomo valor para lo que pienso hacer y acerco mi cabeza a su vientre
-Hola bebé, se que te gusta mucho la atención, lo noté en el baby shower y cada vez que ponía así mis manos en general, pero es hora de dormir, mamá y papá necesitan descansar para poder trabajar mañana y tener todo listo para tu llegada, así que, por ahora tienes que dormirte, lo entiendes amorcito- los movimientos no cesan, así que improviso
-estrellita dónde estás...quiero verte parpadear...en el cielo o en mar...- canto, poco a poco dejo de sentir los movimientos, no sé cómo, pero a funcionado, sin darme cuenta mis ojos se llenaron de lágrimas, esto me atormenta, la amo, con la misma fuerza con la que me niego a hacerlo por el miedo a qué me quite a quien más amo en el mundo, levanto la mirada, al parecer mi voz no funciona solo con el bebé, Hanna también está profundamente dormida.