(Disponible en esa otra aplicación de color n@ranja)
Liam
Su respiración es lenta, seguramente porque está plácidamente dormida sobre mi pecho, es extraño para mí, tal vez porque prometí que no lo haría y ahora estoy aquí, conviviendo con el pequeño ser que Hanna defendió de todo, que es una parte de ambos que nos unirá por siempre
-Espero que no te moleste no tener nombre, pero eso es algo que tu mami y yo aun no decidimos, yo quería ponerte Nina, pero ahora que te veo, creo que ese nombre no te queda, ¿Te gustaría esperar a tu mami para que elijamos juntos un nombre?- la pequeña emite un sonido muy tierno, lo que tomo como un si, acaricio su espalda con dos de mis dedos, es tan pequeñita que estoy seguro que no es más grande que mi antebrazo, Hanna había mencionado alguna vez que a pesar de su esfuerzo la bebé venía más pequeña de lo que debía, por lo que, aunque hubiera llegado a término necesitaría subir de peso y tamaño.
Mi mente divaga en un par de posibilidades, la idea de que la bebé no sobreviva, que Hanna no despierte, que ambas me dejen, las posibilidades son demasiadas
-Señor…- casi me sobresalto, estaba tan metido en mis pensamientos que no noté a la enfermera.
-¿Si?- le pregunto a la chica que me mira con una sonrisa
-Es todo, no puede quedarse más tiempo, debe acatar los horarios de visitas, la bebé debe volver a la incubadora, me permite- dice extendiendo los brazos con el fin de tomar a la bebé, retrocedo, como negándome a que también me quiten a ella, después caigo en cuenta que no tengo idea de que debo hacer, así que se la entrego.
Me indica que puedo volver a las diez de la mañana y quedarme con ella hasta las doce, el segundo horario es de cinco a ocho, por la condición de la bebé solo podré verla y cargarla un tiempo determinado, por lo menos estas semanas y que dentro del mismo el método canguro sería la mejor opción, acomodan a la niña en la incubadora, la alimentan mientras la miro a través del cristal, tiene un pequeño tuvo conectado en su nariz y otro que está en su boca, tenia algo en su pie izquierdo y dos cables pegados en su cuerpo con un curita, hasta el curita se veía gigante a su lado, no podía dejar de mirarla, mamá tenía razón, era muy parecida a mí, aunque era claro que sería rubia, la motita que salía de su cabeza apenas y se notaba, rubia como su madre.
No lloraba, no sabía como sentirme al respecto porque se supone que los bebés lloran
-Señor, disculpe, la doctora Davis lo está buscando- camino detrás de otra de las enfermeras siguiéndola a la sala de espera, Perlie esta abrazando a Justin mirando a la doctora
-¿Es familiar de la señorita Hanna Jones?- pregunta, asiento algo desorientado
-Soy su esposo- contesto impaciente, miro el reloj, tres horas desde que me sacaron del quirófano, habían pasado tres horas sin saber de Hanna
-La situación se complico, Hanna…
-No esta muerta ¿verdad?- la voz quebrada de Perlie me permite entender que no soy el único que tiene miedo, que ha sentido miedo todo este tiempo
-No, la placenta se adhirió a uno de los miomas, lo que complico la situación hubo una hemorragia, intervenimos enseguida para detenerla, estuvimos a punto de retirarle la matriz, pero logramos detenerla, por desgracia esta provoco un paro cardiaco, su corazón se detuvo un minuto, logramos reanimarla
-¿Está bien?- soy yo quien se preocupa ahora, tengo miedo de la respuesta pero no puedo más con la incertidumbre
-Esta en cuidados intensivos en este momento, logramos detener la hemorragia pero dada la situación fue imposible retirar los miomas y nos vimos obligados a inducirle un coma, en ese estado su cuerpo se recuperará más rápido, también le estamos realizando una transfusión de sangre, si logra pasar la madrugada sus probabilidades de mejorar aumentaran, los mantendré informados.
-Pero ¿Qué pasará con los miomas?
-Hay que esperar que el proceso hormonal del embarazo termine, seguramente los miomas reduzcan su tamaño lo que los hará operables, también que el riesgo de hemorragia disminuya, por ahora nos centraremos en que Hanna se recupere completamente de lo que acaba de pasar
-¿Y la niña? ¿va a sobrevivir?- pregunta ahora Perlie, mi corazón se acelera, mi niña
-Tendré que hablarlo con el neonatólogo, desconozco las condiciones actuales de la niña por lo mismo de que he pasado con Hanna las últimas horas, aunque tomamos en cuenta que el embarazo se desarrollo con normalidad y el único problema que se presento es que el bebé venía pequeño, es muy probable que con los cuidados necesarios sea capaz de salir adelante, si me disculpan necesito al doctor Scott para verificar el estado de la recién nacida.
-Puedes irte si quieres Liam, yo cuidaré de la bebé y te avisaré si hay novedades de Hanna, supongo que tienes algún trabajo o viaje pendiente, ¿No ha sido eso tu prioridad todo su embarazo?- golpe bajo, tenía razón, Perlie tenía toda la razón del mundo, había sido un idiota
-De mi hija y mi mujer me encargo yo, si te llamé fue porque así le hubiera gustado a Hanna, pero no voy a permitir que vengas a opinar de algo que no sabes, te quiero y te respeto porque eres la mejor amiga de mi novia, pero eso no te da derecho a tomar decisiones, ahora te recomendaría ir a tu casa, a ver a tu hijo, yo me haré cargo de todo lo que la mía pueda necesitar.
***
-La bebé está estable según el doctor Scott, su cuerpo parece estar respondiendo positivamente y sus pulmones se están fortaleciendo- aprieto su mano - también la alimentan cada 6 horas, mencionaron algo de esperar que su sistema digestivo estuviera listo, por eso tiene la sonda, aunque creo que la detesta, también piensa que necesita estar contigo, sentirte, escucharte, reconocerte, si no despiertas eso no será posible, así que si nos haces ese favor, ambos te agradeceríamos mucho.
Dejo la habitación pues solo me permitieron verla unos minutos, han pasado casi veinticuatro horas desde que la bebé nació, Hanna aun no despierta, pero sigue viva y para mi atormentada mente por ahora eso es suficiente