¿por qué... ? ¡¡me enamoré!!

VIII - CONVIVENCIA (IV)

-. Antonio – llamó Paula – puedes conseguir una carretilla – él asintió y se fue

-. ¿Para qué mi niña? – Rosa la miraba confundida

-. Mira a tu alrededor Rosita – extendió los brazos – acá tenemos leña para unos cinco años y es tiempo de empezar a limpiar

-. Es una buena idea – Paula aún se encontraba algo pensativa – pero – inquirió Rosa sabiendo que ella estaba incomoda

-. No tenemos un lugar para almacenarla y si llueve serán inutilizables

-. Estoy segura que mi niño puede ayudar con eso – Paula sonrió de medio lado – puedes encargarte de esto con Antonio ya después iremos a recorrer los límites – ella asintió y Paula fue en busca de su esposo

PAULA

Regresó por el camino muy sonriente de que mi idea si se pueda llevar acabo, sin embargo; en cuanto estoy llegando al sitio de construcción divisó a Luis “mi esposo” muy sonriente con una joven de mi edad que de fea no tenía nada y su vestimenta era demasiado corta

-. Hola – Luis voltea y tiene cara de alivio

-. Amor – viene y me abraza lo cual me resulta demasiado extraño, estoy por refutar cuando el vuelve a hablar – señorita Villanueva le presento a mi esposa Paula Montemayor, amor ella es la hija de Don Víctor

Vaya así que él estaba incomodo; pero al fin y al cabo a mí que me interesa esto es un simple contrato y nada más; sacudí mi cabeza y extendí la mano para saludar a aquella mujer

-. Mucho gusto – ella me dio una sonrisa hipócrita

-. El gusto es mío – vaya esto va a ser un dolor de cabeza

-. ¿A qué debemos el placer de su visita? – rayos yo venía por otro asunto y porque Luis seguía con su mano en mi cintura

-. Venía para invitarlo a un almuerzo el día de mañana en casa de mi padre en el pueblo – la muy descarada ni siquiera intentaba coquetear discretamente y en esa frase no me incluía a mí

-. Señorita…. – espere a que dijera su nombre

-. Brígida – hice uso de todo mi autocontrol para no reírme

-. Bien señorita Brígida – mire a Luis quien me apretaba un poco mi cintura – en los próximos tres meses mi esposo y yo no podremos asistir a ninguna clase de invitación, fiesta, convite y demás porque debemos enfocarnos en nuestro terreno

-. Lo mismo le trataba de explicar, amor – lo miré porque ya me estaba incomodando que me llamará así, y su cercanía estaba poniéndome un poco nerviosa

-. Espero que usted y su familia acepten nuestras disculpas – pude ver como el rostro de ella se estaba llenando de ira

-. Menos mal que llegaste – me susurró Luis en mi oído y reí porque me causó algunas cosquillas

-. No se preocupe – ella interrumpió irritada – se lo haré saber a mi padre – ella se quedó de pie y entendí que ella deseaba que mi esposo la acompañara hasta su auto

-. Bien – la miré directamente a los ojos – ya conoce el camino – señalé en dirección a la salida – si nos disculpa tenemos algo que discutir – tomé la mano de Luis – Buenas tardes – lo llevé cerca de las casas

-. Yo te puedo explicar – dijo en cuanto lo solté

-. No hace falta – lo mire y parece que mis palabras le dolieron, lo siento; pero no quería que él me inventara excusas sobre porque esa mujer estaba casi encima de él – yo venía porque quiero pedir un favor

-. Te escuchó – y ahí está de nuevo la bendita postura de un niño millonario que todo lo puede

-. Hay demasiada leña para recolectar y no tenemos un lugar para almacenarla en caso de lluvia – él pareció pensar un poco

LUIS

En serio detestaba a las mujeres que no se daban su lugar y eran capaces de ofrecerse en bandeja de plata a un hombre y ella no era la excepción, no entiendo porque la mandó su padre y por más que trataba de ser cortes estaba viendo que no tenía salida hasta que escuche su voz y un alivio inesperado se instaló en mi corazón.

Ella fue muy clara y me pude dar cuenta que estaba algo incómoda; pero nos tocaba ser los mejores actores porque no pensaba dejar salir a la luz la verdad de mi matrimonio al menos que ya hayan pasado los dos años.

Quise explicarle; pero ella no me dejo y en cuanto escuché lo que me pidió quise preguntar; pero recordé que ya la había ofendido antes

-. Podemos hacer algo provisional – mire los lugares y unos cinco metros al costado de las casas me pareció que era un buen lugar – te parece ahí – señale el sitio

-. Perfecto – ella sonrió y sentí que el día brillaba más - ¿Para cuándo estará listo?

-. En un par de días – la miré y ella pareció pensarlo – tiene que ser grande – afirme

-. Claro – respondió de inmediato – imagínate aquí tenemos leña como para unos seis años

-. Bien, mañana iré por el material al pueblo – ella sujetó mi muñeca

-. Puede ir Antonio – repuso – me da miedo que venga el padre de la chica de hace unos minutos – entendía su preocupación y es más estaba de acuerdo

-. Tienes razón él irá

-. Gracias – ella se fue y me quedé como un idiota viéndola alejarse

Con el paso de la tarde habían recolectado gran cantidad de leña y los caminos se veían un poco más despejados, a eso de las cinco de la tarde el maestro fue a despedirse con el compromiso de venir el día de mañana temprano para continuar su trabajo.

-. Necesito un baño urgente – dijo Paula algo cansada – Rosita ¿Algún río cercano? – ella negó – bien iré a donde nace el agua – la miré preocupado era algo tarde – nos vemos – la vi salir incapaz de decir algo

-. Mi niño – Rosa me sacó de mis pensamientos – se te está cayendo la baba

-. Iré a la quebrada a ducharme también – fui al cuarto por lo que necesitaba y salí, como podía estar imaginándola

“Es mi esposa solo de contrato”

Regresé y ella aun nada, una ansiedad se instaló en mi pecho y despareció veinte minutos después cuando ella apareció.

-. Me voy a descansar – anunció

-. No cenarás – dije de inmediato




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