La semana empezó sin ninguna novedad y el maestro parecía tener un turbo ya que había traído una cuadrilla más para avanzar y eso era bueno porque el diseño era algo complicado. Luis había estado distante ya que no deseaba incomodar a Paula quien se dedicaba día a día a limpiar todo lo que pudiera de las tierras.
Era ya sábado y Luis ultimaba detalles con Carlos para que el lunes empezaran sin retrasos; se despidieron y él fue a la casa a almorzar… Rosa veía como habían cambiado esos dos y para peor; Paula fue al río porque deseaba nadar y relajarse un poco, Luis pidió acompañarla y ella aceptó.
Al llegar se quedó en un polo de tiras y un short diminuto que Luis tuvo que desvestirse rápidamente ya que cierta parte de su cuerpo estaba reaccionando de una manera que lo estaba avergonzando
-. Vaya sí que tenías calor – dijo Paula quien también se lanzó al agua – está deliciosa – Luis asintió porque no estaba seguro de que su voz sonara normal
Paula nadaba y se dio cuenta que los observaban nuevamente, un escalofrió recorrió su espalda ya que esa mirada era demasiado pesada y hasta de cierto modo se puede decir que maliciosa
-. Estas bien – Luis llego a su lado y ella lo abrazó
-. Nos están observando – susurro en su oído, Luis con disimulo dirigió su mirada al mismo lugar y de nuevo se podía ver unas siluetas detrás de unos arbustos
-. ¿Quieres regresar? – Paula lo estaba pensando ya que le daba mucho pesar que alguien más la observara salir con la ropa mojada que estaba - ¿Qué sucede?
-. Es que la ropa se me marca demasiado – Luis entendió y como quería estar cerca de ella
-. Entonces – la tomo en brazos y ella se pegó en su pecho, ninguno se daba cuenta de lo enamorados que se les veía
-. Nuestra ropa – dijo ella al ver que él avanzaba dejando sus prendas en la orilla
-. Ya mañana regresamos por ella – siguió de largo y llegaron a la casa, directo a su cuarto
-. Gracias – Paula le dijo cuándo el al depositaba suavemente en el piso de nada, sin embargo; aún mantenía sus manos alrededor de su cuello
-. Estás empezando a temblar – la voz de Luis salió un poco más ronca de lo normal
-. Esta… bi…bien – Luis se alejó con pesar y saco algo de ropa de su armario e incluso su ropa interior ocasionando el nerviosismo extremo en Paula
-. Saldré para darte espacio – Paula pudo notar que el también empezaba a temblar
-. No – lo detuvo – podemos… cambiarnos aquí… espalda con espalda – esas palabras fueron las más difíciles que había dicho – no quisiera que te enfermes – le insistió al ver que él iba a negarse
-. De acuerdo – una sonrisa se dibujó en el rostro de Luis y fue por su ropa; se empezaron a cambiar muy conscientes de que estaban juntos y probablemente como Dios los trajo al mundo... sin mencionar la tentación de ambos por ver al otro que lograron controlar
-. No – Luis fue interrumpido por un toque en la puerta – Rosita – dijo al abrirla - ¿sucede algo?
-. Mi niño afuera hay un joven que dice buscar a Paula – en la cabeza de Luis recordó su última llamada telefónica – exige verla y parece muy molesto – Rosa estaba algo asustada
-. No espero a nadie que no fuese mi amiga – Pau no tenía la menor idea de quién podría estar buscándola de ese humor, de pronto se escucharon gritos fuera de la casa
-. Ya está armando escandalo – Rosa tomaba su mandil, muy nerviosa
-. Lo arreglaremos – Paula tomó la mano de Luis y lo jalo junto a ella; ella iba algo irritada porque se escuchaba demasiad barullo y estaba segura que ya le estaba faltando el respeto a Antonio
-. ¿Qué está pasando aquí? – Paula dijo con voz alta hasta que vio el rostro de aquel hombre y apretó la mano de Luis, quien no supo identificar la mezcla de emociones de Paula; pero si notó que ella necesitaba apoyo así que pasó su mano por su cintura
-. Paula – ella miró a Antonio
-. Te ha tratado mal – preguntó ignorando por completo al visitante indeseado por lo visto
-. Solo se puso algo alterado – Paula lo miró con seriedad – dijo un par de cosas
-. Puedes retirarte – espero a que Antonio estuviera detrás de ellos – como te atreves a venir a la casa de mi esposo a armar escándalo, que yo recuerde todo quedo enterrado entre nosotros – Luis no pudo evitar la ira que empezaba a recorrer su cuerpo
-. Paula – ella negaba y Luis noto que su cuerpo empezó a temblar de ira
-. Te dije que olvidarás mi nombre, porque yo ya te enterré e incluso estoy iniciando mi vida junto a mi esposo – le dio un corto beso a Luis y el desconocido se empezaba a impacientar
-. Te he pedido perdón un millón de veces e incluso te prometí cambiar – parecía que estaba llorando – fui a terapia solo por ti y para que … PARA QUE TE CASES CON UN NIÑO RICO QUE NO TE AMARA COMO YO LO HICE
-. Basta – Paula temblaba ahora por miedo y se pegó más al cuerpo Luis quien no entendía muy bien la historia, pero estaba a muy poco de llegar al límite de su paciencia - ahora ya estoy bien y lo que menos necesito es que intentes entra en mi vida, te voy a pedir que te alejes de mi vida y me dejas en paz de una vez y por todas
-. Te dije que eres mía así que no te libraras tan fácil… - Luis lo interrumpió dándole un gran derechazo en su mejilla que lo dejo en el piso
-. Estas en mi casa, y no te voy a permitir que trates mal a mi esposa porque ella ya no está sola – Luis trataba de controlar su rabia – será mejor que no vuelva a verte por aquí o llamaré a la policía
El desconocido se puso de pie con la intención de devolverle el golpe
-. Julio – Paula le gritó – detente porque si le tocas un pelo yo misma llamaré a la policía y no creo que eso sea muy bueno en tu situación
-. No me has vencido – se limpió la sangre del labio y se fue mientras Paula abrazaba a Luis ya que ahí se sentía segura y protegida, Luis la llevo adentro y le pidió a Rosita que le preparara un té; y ellos fueron a la habitación