La fiesta empezaba con las novenas y no se puede negar que si usaban bastantes productos pirotécnicos cuyos sonidos llegaban hasta la hacienda, Paula recordaba que en el pueblo de su tío era muy similar solo que de pequeña el sonido de las explosiones si la asustaban.
Por esas dos semanas el maestro había pedido permiso porque todos ellos si solían descansar para estas fechas y Paula junto a Luis estuvieron de acuerdo… esta noche irían a la plaza para ver de qué se trataba al menos a una de las novenas, dejaron la camioneta casi a la entrada del pueblo porque habían cerrado diferentes calles.
Llegaron a la plaza en la cual se había armado un escenario frente al edificio de la municipalidad, y había artistas tanto locales como de ciudades más grandes que participaban; Rosa y Antonio prefirieron quedarse porque ya no estaban para trasnocharse.
Ellos empezaron a moverse en su lugar al ritmo de la música la cual eran géneros variados como cumbia, merengue y huayno; compraron una botella de vino para hacer más ameno el momento alrededor de la plaza había diferentes bandas orquestas tocando que también invitaban a bailar y miraras por donde miraras siempre había música y algunas parejas bailando.
Finalmente, ambos decidieron bailar, ya que debían disfrutar su noche libre; se divirtieron mucho bailando, bebiendo hasta la medianoche cuando Luis vio que Paula había bebido de más y era ahora de ir a casa, él había tratado de tomar lo menos posible ya que debía conducir.
Llegaron a la camioneta y tomaron rumbo a su casa, Paula se quedó dormida en el camino así que él encendió al radio para seguir el camino; no podía evitar pensar que hace mucho no se sentía en paz, ni tan alegre como hace horas y al lado de ella… será que esta vez si podré ser feliz.
Al llegar la cargo hasta la habitación y solo le saco la casaca y sus zapatillas, no se atrevía a quitarle ni una sola prenda más de ropa, se acostó a su lado y Paula se acurruco en su pecho quedando muy pegados, él miraba su rostro simplemente.
Se sentía tan bien el estar así, Paula levanto un poco su rostro aún con los ojos cerrados y Luis bajo su mirada para contemplarla momento en el cual ella lo besó, al inició fue algo torpe; pero después de unos segundos parecieron encontrar el ritmo perfecto para ambos y Paula acariciaba su espalda hasta la cintura.
Luis la atraía por la nuca para profundizar el beso, y Paula no se negaba en su subconsciente ella deseaba esto desde hace mucho; se separaron antes de que se quedaran sin oxígeno y Luis besó su frente porque no estaba seguro de querer ir más lejos con Paula en este estado y se obligó a dormir.
En medio de la noche Paula despertó acalorada y se sacó su pantalón quedando tan solo en ropa interior, al igual que el brasier se volvió a dormir porque ella no era de tomar mucho así que estaba realmente con demasiado sueño. Y volvió a los brazos de Luis.
Paula fue la primera en despertar, intentó recordar cómo es que llego a la cama; pero le fue imposible miró su cuerpo y el estar abrazada como un koala bebé a Luis sintió un deseo inmenso de gritar
“Cálmate esto debe tener una explicación”
Se decía a sí misma, mientras golpeaba el lateral de cabeza para poder traer recuerdos de hace tan solo unas horas. Un recuerdo borroso de ella quitándose algunas prendas la tranquilizó, miró a Luis quien estaba dormido pacíficamente y sin querer su mirada fue a sus labios, por alguna razón que no lograba entender sentía un calor extraño en los suyos.
De la nada recordó que, en su sueño, besó de manera muy apasionada a Luis
“Eso fue un sueño ¿verdad?, porque si fue real o no, no”
Se levantó de un salto y se vistió para ir a nadar deseaba despejar urgentemente su mente de todo lo bueno, malo y caliente que se le venía a su imaginación. Salió corriendo y se metió al agua helada que por un momento pensó quedarse petrificada; estaba tan nerviosa que no entendía cómo es que debía reaccionar.
“No fue un sueño, sucedió”
Se tapó la cara con las manos aún avergonzada, pero sus manos eran tan cálidas y tan suyas… no sentía ninguna clase de rechazo ante sus caricias era como si su piel las deseará cada vez más y era ella quien lo evadía en cada momento que tenía.
-. Te vas a resfriar – se sobresaltó al escuchar una voz detrás de ella – lo lamento no quería asustarte
-. No hay problema – ella le dio una sonrisa tímida
-. ¿Quieres ir hoy al pueblo? – Luis también estaba nervioso, pero trataba de no demostrarlo -en el día – se apresuró para que ella no lo rechazará
-. De acuerdo – Paula pensaba en que hoy si podrían ir con Antonio y Rosita
Desayunaron y se fueron al pueblo, la gente no estaba en este sino en un lugar a las afueras en donde en estos dos días centrales se realizaban distintas actividades como escoger a su reina campesina, el concurso de caballos de paso, artesanía, platos típicos y no podían faltar los juegos inflables para los pequeños de casa.
Almorzaron en los puesto que había por ahí y cerca de las seis de la tarde compraron tamales para levaron y regresaron a casa, Paula descubrió que había una radio-televisora que transmitía todo en vivo en Facebook.
Cenaron y fueron a descansar, porque había sido un día cansado; de la nada sonó el teléfono de Luis y ella contestó, sin embargo, al otro lado solo un silencio respondió
-. Si no vas a hablar para que llamas – colgó algo mal humorada porque ya se hizo un montón de cuentos en su cabeza.
Luis regresó de revisar algunas cosas con Antonio, (hace días que habían notado unas huellas extrañadas, peor no deseaba preocupar a Paula y por eso mantenía todo en secreto) notó que ella estaba algo rara
-. ¿Sucede algo? – Paula lo miro furiosa – por favor háblame, n puedo leer tu mente
-. Al parecer alguna de tus fans llama y no habla cuando soy yo quien contesta – Luis le sonrió porque ella estaba celosa, tomó su celular para revisar