PAULA
Me desperté sola en la cama y estaba triste porque él se había ido sin previo aviso.
-. Despertaste – Luis entraba con una bandeja con el desayuno – te traje esto y ya después vamos a despedir a la familia
-. Gracias – estaba gratamente sorprendida y el desayuno se veía muy rico como siempre
-. Te dejo voy a tomar un baño en el río y regresó – asentí y me dediqué a disfrutar mis alimentos, terminando de comer, me vestí y fui a dejar la bandeja a la cocina.
Luz y Santiago se reunieron con nosotros para despedir a la familia, Antonio estaba ayudando a subir las maletas y Luis llegaba del río sin polo y me derretía al ver su piel junto al sol
“Por Dios me estoy sonrojando”
-. Este viaje se me ha hecho muy corto – suspiro Cecilia
-. Esto tiene que repetirse – apoye dándole un gran abrazo – por favor – le susurre – mantengan a mi madre lo más alejada posible – ella me asintió y vi como abuelo, padre e hijo estaban en un solo abrazo, pero lo que me hizo más feliz es la gran sonrisa en el rostro de Luis.
Mientras todos se abrazaban y despedían el abuelo vino a mi lado
-. No dudo que fuiste la mejor elección – le sonreí algo avergonzada
-. Abuelo debes cuidarte y por favor deja ya el trabajo – le dije a modo de regaño
-. Lo haré – me abrazo – te lo prometo
-. Cuídate y espero que vengas a visitarnos una buena temporada – le guiñe un ojo
-. Eso es una buena proposición – sonreímos y mi suegro también vino a despedirse
-. Padre – llamo nuestra atención - te robaré a mi nueva hija un minuto – el abuelo asintió y me llevo a otro costado
-. No encuentro las palabras suficientes para agradecerte – podía ver que estaba nervioso y ansioso
-. No es necesario – me sentía muy pequeña por recibir tantos halagos
-. Veo que mi padre tenía razón en todo – me tomó ambas manos – y quiero que sepas que de ahora en adelante cuentas conmigo y mi esposa para lo que sea, no estás sola
-. Gracias – lo abrace porque estaba segura que iba a llorar
-. Mantendremos a tu madre lo más alejada posible – me guiño un ojo y de verdad que se lo agradecía infinitamente
-. Gracias – fue lo único que pude decir
-. Somos familia – esas palabras enviaron una calidez inmensa a mi corazón, en realidad ahora tenía un sentido de pertenencia
Subieron a sus camionetas y se fueron, nuestras miradas no se apartaron hasta que el polvo desapareció.
-. Todo salió bien – Luis me abrazó por la espalda y beso mi sien, no voy a negar que sentía mis piernas como gelatina
-. Todo salió mucho mejor que bien – golpeo de manera juguetona su pecho – bien debo ir a hablar con Luz o no me lo perdonará nunca – él asintió y me dio un pequeño beso
-. Ey tú – Luz se volteó levantando sus cejas de manera sugerente – primero tú – y parece que se le fue el color porque se puso súper pálida - ¿Te encuentras bien?
-. Vamos – me jaló a su habitación mirando que nadie nos siguiera
-. Ok – la sentía extraña esta actitud no era propia de ella
-. No te voy a negar que él me gusta, pero tú sabes… - la tristeza ensombreció su rostro
-. Solo ve a tu ritmo, si él te quiere lo comprenderá – no me gustaba verla en ese estado, ella era la persona que entraba en una habitación y era capaz de iluminarla con su sonrisa
-. Supongo que, si lo sabes, es porque me viste anoche – asentí no le iba a mentir ni ocultar nada porque era mi hermana de otra madre
-. Supongo que fue un impulso – ella asintió – dime por favor que después de eso no le tiraste una cachetada
-. Claro que no – rio
-. Eso es un buen inicio – reímos ambas – solo ve despacio y cuando te sientas segura cuéntale todo, parece un buen chico
-. Sentí como si habláramos de un perro – repasé en mi mente lo que había dicho y bueno si parecía
-. Oops – ella se relajo
-. Bien tu turno – ok otra vez esa calentura en mis mejillas
-. Se puede decir que le estamos dando una oportunidad a lo que pueda surgir entre ambos – no podía ni mirarla a los ojos de lo avergonzada que estaba
-. ¿Ya lo besaste? - asentí - ¿Y? – negué
-. De verdad quiero que esto funcione – me levante y empecé a caminar
-. ¿Por qué?
-. Porque… - mordí levemente mis labios – me enamoré – le admití a ella por primera vez
LUIS
Sabía que Paula erala mujer que deseaba en mi vida, así que me levante antes que ella y e prepare el desayuno; no voy a negar que esa noticia movió mi mundo y por poco lo derrumbó; pero el destino quiso que ella estuviese ahí para no darme por vencido y por eso estoy seguro que… siento algo por ella
La despedida fue triste y alegre a la vez; aunque francamente no deseaba que se fueran aun, sin embargo, prometieron regresar y eso me anima a seguir con el proyecto que inicie
“Quien diría que en verdad le daría las gracias a mi abuelo. Ese viejo sabio sabía muy bien lo que hacía”
Ya que Paula fue con su amiga yo tengo que hablar algunos asuntos con Santiago.
-. Estás más callado que de costumbre – intenté romper el hielo, pero el me dio una sonrisa sin animo - ¿Qué te sucede? – este no era mi amigo Santiago
-. Es que… - se cogió la cabeza y se sentó en uno de los troncos de palmera cercanos – cada vez que siento que me e acercado a Luz, pareciera que e retrocedido
-. Ya ve – me senté a su lado – quizá solo debes darle tiempo, su espacio y comprensión porque no sabes la historia detrás de ella o de alguna relación que ha tenido
-. Es que el no me habla – vaya el amor estaba en el aire
-. Tiempo y paciencia – le recalque
-. Muero por estar siempre a su lado y poder darle un beso, sin que m e de aquella mirada que tiene tato temor – golpeo su puño en el tronco
-. Amigo – era muy extraño verlo así – tu sabes mi historia y lo difícil que fue abrirme con alguien o acepar estar al lado de una mujer, Luz puede estar sufriendo o una herida fue abierta al tenerte cerca de ella