Por Siempre

cap. XVI

Mentiras

Ella comenzó a balbucear algo y me miro apenada, parecía a punto de llorar…

  • Angelique ¿Qué te sucede?, le dije, porque tiemblas y estas tan sudada, le pregunte omitiendo la parte donde la había visto convulsionarse.
  • Estoy bien, no te preocupes, es que me da un poco de miedo cuando llueve tan fuerte me dijo sin verme a la cara.
  • ¿segura? Le pregunte, ¿quieres que te acompañe? Así ya no tendrás tanto miedo le dije.
  • ¡NO! Exclamo un poco como si gritara, no, no te preocupes, se supone que soy un adulto, debo afrontar mis propios miedos, me pondré a leer algo y así me distraigo. Puedes irte a descansar tranquilo, yo estaré bien, siempre estoy bien, dijo mas como para convencerse a sí misma.

Como no pude convencerla,  la deje sola y fui a mirar al centro de comando que era lo que hacía y me sorprendió lo que vi.

Durante el lapso de una hora la dieron tres ataques más, cada uno más fuerte que el anterior, cada vez tomaba del termo y comía un caramelo y al último sacó de la parte baja del termo, algo que parecía una pequeña jeringa y se la enterró con fuerza en una de sus piernas, luego se recostó en el suelo y se durmió, me partía el corazón verla en esa condición, no sabía que le pasaba pero evidentemente no era nada bueno aunque ella parecía estar acostumbrada a eso, yo baje a revisarla y se veía normal, como que todo había pasado. Con cuidado tome el termo y los caramelos y los revise. En el termo había una especie de brebaje de hierbas que olía bastante fuerte y los caramelos parecían más bien medicamentos con algún olor a frutas, creía que tal vez para pasar el sabor del brebaje, en cuanto a la jeringa no se veía nada de su contenido. Observe a mi ángel por largo rato, preguntándome que le ocurría, ¿estaba enferma? ¿Qué tenía? ¿Por qué no me lo ha contado?, ¿no confiaba en mí?, ¿en realidad me amaba? ¿Por qué me mentía? ¿Por qué no me decía lo que le ocurría? Me sentía frustrado, dolido, angustiado, no sabía qué hacer, tenía miedo…

A la mañana siguiente angelique no estaba en la casa, se había marchado, afortunadamente  dejo una nota que decía

-“disculpa por preocuparte anoche, no te preocupes, en verdad estoy bien. Tengo trabajo que hacer, por favor cuídate”…

¿Eso fue todo? Me quede en blanco, me pareció que esto era una despedida… tenía que encontrarla y rápido… no podía perderla…  paso una semana y mi ángel no volvió, pero luego recordé que era la semana que desaparecía y comencé a sospechar aun mas…

A la semana siguiente volvió como si no hubiera ocurrido nada, afortunadamente volvió, pensé en tomar medidas al respecto, volvimos a la rutina que habíamos establecido pero ella estaba un poco distante…

 



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En el texto hay: separacion, dolor, amor

Editado: 04.02.2021

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