¿Sí o no?
La cena fue bien. Charlamos, reímos y llego el momento… me retire de la mesa con la silla de ruedas y me acerque a angelique, tome su pequeña mano (tenia fijación con su manita) y le pregunte mirando fijamente sus hermosos ojos café:
-mi ángel, ¿sabes que te amo verdad?, tu llegaste a darle sentido y valor a mi vida, eres mi luz, mi paz, mi serenidad, quiero que estés conmigo por siempre ¿querrías casarte conmigo? Concédeme el honor de hacerte mi esposa, que dices, ¿sí o no? Ella me miro aturdida por unos momentos y luego respondió
-Antón, ¿sabes que te amo verdad? (repitió lo mismo que yo) tu llenaste mi vida de alegría, me mostraste lo que puede llegar a ser la felicidad y también quisiera poder estar contigo por siempre… -Mi corazón latía desbocado, estaba tan emocionado que no sabía que pensar o sentir, había tantas emociones juntas arremolinándose en mi cabeza que no pude pensar demasiado en sus palabras. Continuó diciendo-… pero en mi caso por siempre podría no significar lo mismo que para ti, te amo, en verdad te amo pero tengo miedo de hacerte daño, de que no sea suficiente para ti, de que un día cualquiera yo muera y tu no sepas que hacer con tu vida, por eso… no puedo casarme contigo.
- ¿?... ¿Qué ocurrió? Eso no era lo que yo esperaba escuchar mi me sentí desconcertado y un poco perdido y sin palabras por un momento antes de poder decirle: angelique se que puedes tener miedo, créeme yo también lo siento, pero yo solo quiero estar contigo, quiero amarte y que me ames, que seas mía y yo ser tuyo, por un día, un mes, un año o un siglo siempre y cuando sea contigo no me importa el tiempo que sea yo seré feliz, yo soy un hombre fuerte y lo sabes, puedo aceptar lo que sea que la vida me tenga preparado, pero por favor no me dejes… no ahora, no por miedo a un futuro incierto por favor mi ángel. En ese momento decidí darle su regalo, me apoye de los brazos de la silla y me levante y con pasos lentos pero seguros me acerque a ella, tome sus manos para que se levantara y la tome en mis brazos con fuerza queriendo transmitirle así todas mis emociones. Ella me mira llorando sorprendida y feliz.
-Antón, estas caminando, puedes caminar de nuevo, puedes caminar, estoy tan feliz dijo casi gritando y me abrazo con fuerza también.
-entonces que respondes a mi anterior pregunta cielo, ¿sí o no? Volví a increparla, a lo que ella respondió.
-tenemos un trato y yo soy una mujer de palabra, me mudare a tu habitación, me entregare a ti por completo, seré tuya en cuerpo y alma…
Y en ese momento fui inmensamente feliz, más que feliz. No cabía de la emoción, y cuando caí en la cuenta del significado de sus últimas palabras estaba aun más emocionado, por fin se me haría realidad, mi ángel seria mía al fin.