A los que partieron con el alma dividida entre lo que dejan y lo que sueñan.
A quienes aprendieron a decir adiós sin saber si habría un regreso.
A los que han dormido en estaciones, han comido con incertidumbre y han caminado con fe.
A los que han sentido que el idioma pesa, que la nostalgia arde, que el futuro asusta.
A los que han sido extraños en tierras nuevas, pero nunca dejaron de luchar por pertenecer.
A los que llevan su país en el acento, en la comida, en los recuerdos, en el corazón.
Este libro es para ustedes. Porque cada paso que dan, cada historia que viven, merece ser contada.
Porque el viaje no solo transforma el destino, también transforma el alma.