Por Una Promesa De Amor

Capítulo 5

Olivia se aisló junto a su padre en un viaje que no era por placer. Ella solo quería desahogar su alma cargada de tantos sentimientos que la vulneraban.

Llegaron a una casa de campo, nadie podría comprender su dolor por la doble traición cuando los recuerdos golpeaban su corazón haciéndose más libre al poder llorar sin tener que explicar ni cuestionarse.

Las horas corrían y ella fue cobrando fuerza, pero estaba perenne, desolada, muy triste.

Miró el horizonte y aunque sonreía por su belleza, también era cierto que lo sentía triste y vacío, pero entendía que era su alma rota.

—¿Estás bien? —preguntó su padre al notarla alejada del mundo bajo el frío de una noche estrellada.

—Estoy bien papi —sonrió con su hinchado rostro— yo creo que mamá hizo bien cuando vió en mí la profesión a la que me dedico, ella me apoyó al quererla seguir.

—Que bueno que pienses en eso, tu profesión y tú dedicación harán que todo vuelva a la calma, practicarás la resiliencia.

Lo sé papi, es por esa misma razón que lo digo. Ya estudié el caso pendiente y sé que mi jefe deposita su confianza en mi porque son juicios livianos, él cree que yo podré solo con eso....dice que soy muy joven, pero no es así. Tengo veinticinco años, sé que yo puedo con más, tengo tiempo como para no ser tan previlegiada... hablaré con él.

—Es un proceso mi amor....ya verás que serás tan buena como tu madre.

—Asi quiero papá...Necesito más trabajo, más ocupación...eso me ayudaría mucho a no pensar.

—Tampoco huír no es bueno, Olivia.

—No huyo, solo me refugio para no pensar, me ayuda a ser resiliente como dices, y contribuye un poco a sentirme mejor, quisiera estar más tiempo acá.

—No se puede Olivia .

—Cierto, entiendo que no se puede, tengo un juicio pendiente...siempre debo honrar mis compromisos, mamá me enseñó, ella era muy estricta.

—Estaré pendiente de tí, eres mi princesa, —le sonrió en un susurro consentidor de padre— haremos muchas cosas como éstas, juntos, yo sí que no tengo nada que hacer más que consentir a mi princesa. —Olivia rió calmada ante las palabras de su padre.

—Papi, mi secretaria va a casarse, le regalé la fiesta de mi frustrada boda, creo que...

—¿Qué hicistes qué...? —interrumpió el hombre— Es una locura, mucho dinero invertido....¿Que haces si Alonzo te busca? —Olivia rió como si su padre le había contado un chiste— Olivia...

—No lo hará, gracias a Dios no lo hará, ese dinero de la fiesta igual estaba perdido, igual terminaría en divorcio, creo que es mejor que se rompió mi relación ahora, y no cuando hayan niños de por medio, es un hombre idiota .

—Lo es —murmuró su padre— bueno, espero que la boda de tu secretaria si sea posible.

—Lo será, y yo me alegro por ella.

—Mañana regresaremos, te llevaré a la oficina y ya luego al terminar regreso por mi princesa

—Sí Papi...y me llevas a cenar.

—Buen plan.

***

Olivia entró a la oficina tomada de la mano junto a su padre, el viejo levantó la vista y vió a Dana, ella se impresionó y caminó hacia él.

—Paaa...pá...—dijo entre cortadas palabras por la sorpresa, el hombre quitó la vista de ella y besó la frente de Olivia, caminó buscando la salida, pero Dana lo siguió— No se vaya, por favor —dijo en forma de ruego— hablemos.

—Yo no soy tu padre Dana, no vuelvas a llamarme papá...gracias a Dios no lo soy. —dijo el hombre al voltear— creí que se podía querer a alguien que no lleva mi sangre como mi propia hija y hasta lo sentí, pero solo bastó lo que hicistes a Olivia para despreciarte.

—No me diga usted eso, no se enoje conmigo, por favor. Escúcheme... déjeme explicarle.

—No hay explicación para ésto y no tengo nada que escuchar, dañaste a mi familia, mi hija lo es todo para mí. —la mujer sintió unos fuertes latidos en su corazón— mantente alejada de mi hija y de mí, Dana. Ten cuidado con lo que haces, porque ésto llegó al límite y estoy haciendo un gran esfuerzo para no acabar contigo y con ese malnacido por la burla y la traición a mi hija.

—Por favor...todo tiene una explicación.

—¡Trágate tu explicación! —dijo el enfurecido hombre, éste salió a prisa y Dana observó a todos mirándola, se secó sus lágrimas, pero su llanto era evidente, corrió a la oficina de Alonzo.

—¿Lloró? ¿Quien podría creerlo? —dijo una secretaria.

—El diablo también llora. —respondió una señora de limpieza que todos apreciaban— ella es envidiosa, quiere todo lo que tiene la abogada Olivia, decía amarla, hace pocos días andaban abrazadas como hermanas, después mi familia dice que soy desconfiada, ahora seré peor.

...

—¿Qué pasa? —preguntó Alonzo saliéndose de la computadora, pero Dana se abrazó a él llorando con frenesí— dime...

—Regresó Olivia, vino con su padre, yooo le...dije... papá, como siempre porque el me dijo que nada podría borrar su cariño por mi. pero él me insultó...me odia, Alonzo.

—¿Te insultó? —preguntó alarmado— ¿Y ya se fue? ¡A mí...a mi va a matarme!




Reportar suscripción




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.