Por Una Promesa De Amor

Capítulo 7

Marcos entró a la oficina de Alonzo, pero él estaba enrojecido por la actitud de Olivia, ella lo había dejado como un tonto delante de todos.

—¿Quien podría creerlo? —expresó confundido.

¡Nadie, estoy obstinado, ¿Qué se ha creído?! —dijo ofendido Alonzo— solo es una principiante.

—¡¿Principiante, dices?! ¡Nos humilló, Olivia nos ha dejado como los propios novatos, y yo creyendo que ocupaba su tiempo en llorar por ti. —rió con descaro al verle la cara roja de odio a su amigo.

—No vengas ni como defensor ni a pretender burlarte de mi, ella solo está dolida...ya se le pasará. —dijo recuperando la naturalidad y Marcos sintió molestia— ¿Qué te pasa? —preguntó al verle el rostro malhumorado —¿Por qué te molestas?

—Olivia sufre, es cierto, pero se le va a pasar. Solo no supo ver quien la amaba sinceramente, yo jamás le hubiese hecho daño, y estoy dispuesto a conquistar su corazón aunque se me vaya la vida en esto, lo voy a lograr. —Alonzo se levantó impulsado por el odio al mismo tiempo que cerró el puño.

— ¡No te atrevas a acercártele, Olivia jamás pondrá sus ojos en tí, pase lo que pase yo sé que jamás podrá olvidarme!

—¿Cuál es tu problema? Por lo menos te lo digo a la cara, no hago como Dana y tú, eres tan descarado —sonrió imponente— Ella va a salir adelante, por lo menos nos demostró a todos que es sagaz..que puede, y esa es la mujer que quiero para mí. —Alonzo disimuló tranquilidad al ver entrar a Dana.

—¡Sagaz un cuerno, ojalá que Franco no oiga ese disparate! —dijo volviendo a la silla y Marcos se acercó riendo.

—Ya la oyó, y le dió carta libre para ese caso, Olivia salió acompañada de acá con el mismísimo millonario Josías Roldán. ¿Cómo lo ves?

Al escuchar ésto, Alonzo se levantó de la silla y aunque Dana quiso detenerlo no pudo, éste fue de prisa hasta el jefe, quien al verlo se echó hacia atrás en el sillón .

—¿Qué deseas, Alonzo? —preguntó sintiéndose relajado.

—¿En dónde está Olivia? —preguntó— Todo es un caos, ella no está bien y lo sabes, se inventa historias, y...

—Conozco a Olivia, —interrumpió el jefe— ella lo superará todo, te superará a tí...tiene más fortaleza que cualquiera, —mostró un amargado rostro— no habíamos hablado de este asunto, ¿Crees que estoy contento con lo que le hicistes a Olivia?

—Es cosa nuestra, no tiene porque molestarte.

—Eres un imbécil Alonzo, jamás te creí capaz de jugar de esa manera con sus sentimientos, pero bien lo has dicho, es tu problema... quizás no te importe que yo a esa niña la quiero, es la hija de mi amiga, pudiera decir, mi hermana, ella está muerta, pero su hija es valiosa para mí.

—El amor se me pasó, ¿Es acaso un delito? Aquí divorciamos personas y no lloramos por eso...Franco, yo me confundí... quiero a Dana.

—Ojala no se te pase pronto, en todo caso si era asi, se lo tenías que decir antes de que se organizara la boda, le dañaste la vida y no te importó.

—¡Claro que me importa, Franco...no sé que hacer...¿Crees que estoy feliz con todo ésto?

—No lo sé. Cuídate, eso es lo que tienes que hacer...Santander tarde o temprano va a aplastarte, preocúpate por eso.

—Ese es un don nadie, él era mientras vivía Alicia. —Franco rió sorpresivamente— ¿Qué te pasa? ¿De qué te ríes?

—Eso es lo él le ha hecho creer a todos, Santander es el dueño de todo, Alicia gozaba de sus privilegios, ¿Crees que eso de no reclamarte y no partirte la cara es porque es sumiso, temeroso o no le importe? —sonrió extrañado— Noooo Alonzo, el te va a cobrar este daño que le hiciste a su hija. —Alonzo borró su sonrisa— Él no olvida, espera cualquier cosa de él y no cuentes conmigo en ese caso.

—Yo no lo hice por hacerle daño a Olivia...son cosas que suceden, Franco.

—Quizás...pero se ve igual a querer hacerle daño, la que perdió en todo ésto fue Olivia...le borraste su dulzura y su alegría, pero sobretodo acabaste con su fé en el amor...¿Sabes cuándo Olivia volverá a amar? Ella es muy dura consigo misma...y Dana, es la que me tiene más irritado, y que embarazada.

—Tampoco voy a estar con Olivia por complacerla, soy libre de escoger con quién quiero casarme y con quién no, y me equivoqué... Dana es mi mujer.

—Okey, está más que claro, no hablemos más del tema.

—Franco entiendo que...

—¡Ya no hablemos más, Alonzo, déjame solo! —el jefe le mostró con la mano la salida y éste accedió

***

Olivia iba en su auto conduciendo, mientras era seguida por los autos del señor Josías Roldán, este hombre le había insistido que lo acompañara, pero la negativa de ella fue tan contundente que él quedó pensativo.

—Que mujer tan extraña, es muy profesional, hermosa y muy esquiva...bueno, solo importa ver que cumpla con su palabra...y que realmente sea posible tener a mi pequeño Adriano en casa.

—Señor, me estacionaré. —dijo el chofer— ya la señorita abogada bajó de su auto.

—Detente acá, voy con ella.

—Sí señor.

Olivia visualizó las atenciones a este hombre que utilizaba tres autos y solo abordaba uno. A ella le pareció gracioso y sonrió escondiendo el rostro.




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