¿porque Dios No Muere?

EL LUTO

La vida es insignificante para los que no tienen un propósito; para muchos es un regalo de Dios y otros tantos cuestionan el porqué de la vida si hay muerte. En esta situación, cuando uno pierde a un ser querido, no sabe a quién recurrir, cómo quitar ese dolor, pero es algo natural de la vida que nadie puede evitar.

Hay quienes logran superar la tragedia o solo porque no queda opción, pero la vida sigue. Muchas veces se siente una niebla espesa, una tiniebla que no se puede quitar; así es como se sentía Francisca, una pobre mujer que salía de la iglesia para ir camino a enterrar a su hija.

En un pueblo del norte, en el estado de OaxacaFrancisca, una mujer de avanzada edad, caminaba lentamente detrás del féretro de su hija, acompañada de la gente del pueblo que la quería. Las campanas de la iglesia sonaban una tras otra, anunciando la presencia de un difunto. La gente se acercaba para brindar el pésame a Francisca, que se veía devastada por el dolor. Detrás del féretro, una banda musical tocaba melodías de luto, llenando el aire de tristeza.

Al acercarse al panteón, un hombre esperaba en la puerta. La mirada de muchos cambió, y los murmullos se empezaron a escuchar. ¿Quién era ese hombre? se preguntaban.Muchos ya lo conocian pero, la cara de Francisca se endureció al verlo, y su mirada se llenó de desprecio. Era Gonzalo, el esposo de su hija, que había abandonado a su familia años atrás.

Cuando Gonzalo entró al panteón, un silencio incómodo se apoderó del lugar. De repente, Gonzalo gritó con dolor, interrumpiendo la ceremonia. Francisca se lanzó sobre él, gritando "¡Desgraciado!". Julián, un compadre de Francisca, y otros hombres ayudaron a sacar a Gonzalo del panteón, mientras Consuelo, la esposa de Julián, consolaba a Francisca.

Doña Francisca se preguntaba el cómo pudo aparecer después de tantos años, cómo es que sin importarle su familia se fue con otra mujer. Ese hombre era Gonzalo, esposo de la hija de Francisca, que sin respetar el sagrado sepulcro asistió junto a su nueva mujer, como él decía. A la señora Francisca le dolía esta situación, pero no podía hacer nada, su edad no se lo permitía. consuelo solo le recordo que tenia que concerbar la postura por su nieto.

Las cosas se calmaron y la ceremonia continuó. El padre bendecía y los sepultureros comenzaron a echar la tierra. La banda continuó tocando. Francisca solo se lamentaba mientras veía cómo su hija estaba siendo enterrada. Después de la ceremonia, Francisca fue a ver a su nieto Salvador, que dormía en casa. Al verla, el niño se despertó y la abrazó. Francisca necesitaba ese abrazo, y se sintió un poco mejor. Así que, con actitud, se decidió preparar una olla de frijoles, pero necesitaba cebolla, y mandó de inmediato a su nieto Salvador a la verdulería de su madrina Consuelo.

En la verdulería, Salvador se encontró con Julián,su padrino, quien lo atendió con desprecio y le negó la cebolla porque no tenía dinero. Salvador, triste, estaba a punto de regresar a su casa, pero en ese momento llegó Consuelo, con alegría miró a Salvador y le dio la cebolla que pedía, Salvador, solo agradeció y se fue corriendo a casa, dejando una tencion entre Julian y consuelo, pues al darle la cebolla, sintió como si fuera un reto.

De camino a casa, Salvador se encontró con un perro furioso en un terreno baldío. El perro corrió hacia él, y Salvador se detuvo un instante antes de correr hacia su casa. Tropezó con una piedra y cayó al suelo. El perro se lanzó sobre él, listo para atacarlo. Salvador se encontraba en peligro, y solo esperaba a que el perro le hiciera algo.

(siguiente capitulo ¿condicion o castigo divino?)




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