Nara estaba en el suelo con su cara arrugada de dolor y sus amigas estaban aglomeradas a su alrededor.
-te duele mucho? - pregunto una de sus compañeras de habitación, pero ella no contestó, solo quería llorar cuando a lo lejos escucho su nombre.
-nara!
Ella no levantó la vista pero se emocionó al escuchar su voz.
-¡princesa, que te paso!? - susurro en cuanto llego a su lado.
-ella estaba arriba y se calló - comentó otra compañera de habitación
Krilen solo tenía la vista en la herida le acarició la mejilla antes de cargarla dándose cuenta que estaba en shoc por eso no lo veía, por eso parecía estática, la tomó y se fue cojeando hacia la curandera mientras él se mismo cojeaba, con una niña y azul siguiéndolo.
Krilen estaba adolorido pero necesitaba llevar a nara hacia la curandera ya que se había roto el tobillo y no hablaba y eso lo asustaba mientras caminaba observo que Sebastián se acercaba corriendo hacía él
-dármela - exigió al llegar junto a él
-porque? - pregunto reacio.
-dármela, bruc te busca, aryseeth mando por ti - índico mientras le quitaba a nara de los brazos - ahora vé - el muchacho miró a la niña antes de marcharse.
Sebastián se encaminó hacia donde se encontraba la médico y cuando se percató que dos niñas estaban detrás de él en un área prohibida - porque se quedan aí? - regaño - sigarme ambas - y dijo y se marcho sin esperar las, algo andaba mal aryseeth había mandado por tres de su grupo para la parte alta de la isla y no estaba de humor para nada.
Sheilet miró a Elizabeth y ambas se apresuraron para llegar con Sebastián.
La despedida.
Bruc esperaba impaciente a krilen y al verlo soltó todo el aire que había estado conteniendo.
-prepárate tienes que partir, el rey te quiere en su ejército.
Krilen no quería escuchar eso, él no quería ir aunque esa fuera la oportunidad de su vida, pero alejarse de nara era impensable e intento disuadir pero el rostro de bruc ensombrecido lo hizo callar.
-es una orden, no una sugerencia, así que por las buenas prepara lo que tienes y te vas, llyot ira contigo.
Derrotado y sabiendo que nada estaba en sus manos asintió y pidió permiso entonces para despedirse.
El era fuerte y no lloro incluso cuando nara se aferro a su cuello mientras lloraba para que no la dejara, aunque su llanto era desgarrador y le tenía el alma rota por dejarla, sabiendo que si se iba no volvería, no sería como ahora, pero el tiempo se había agotado lo último que vio de nara fue a ella misma abrazando a zulay quien también lloraba, solo pudo verlas a ellas dos porque era quien estaba más cerca de nara en ese momento ya se había despedido de los demás.