Años después
Krilen había crecido, ahora con 17 años era ahora uno de los guaruras de aryseeth, vestía un jeens negro y una camiseta del mismo color.
Zulay lo miró aún estaba enamorada de él pero ya no se parecía al muchacho que ella conocía, sus ojos especialmente denotaba poder, orgullo y su fuerza parecía incomparable - ya no es igual, lo an cambiado - susurro para sí, unas lágrimas resbalaron por sus mejillas, ya que era él quien la escoltba hacia su nuevo dueño
Caminaban en silencio junto a él y llyot, ahora se sentía extraña su presencia no se sentía con la confianza de hablarles
-llegó la afortunada - comentó aryseeth sonriendo al llegar al destino- te dije que era perfecta.. -
-si lo es - sonrió el extraño lleno de sadismo.
- bueno - aryseeth izo un ademán para que la joven se acercara e indicó al extraño que se la llevara, mientras él tras despedirse se marchaba.
Zulay quería desesperadamente ser rescatada y miró a krilen nuevamente y notó un leve casi imperceptible gesto de dolor e impotencia pero fue tan momentáneo que ella dudó si realmente había sido así, su reencuentro no había traído nada bueno, y notando que volvería a llorar apartó la vista, el extraño la condujo a la salida, entonces ella miró con dolor todo a su alrededor dándole se cuenta que sería su última vez allí. Aquel hombre no la tocaba aunque caminaba muy cerca de ella casi ignorando la.
-adios - susurró al atravesar las rejas de la salida.