Me despierto al sentir la luz en mi cara, anoche me dormí con la misma ropa. Olvidándome cerrar el ventanal, me estiro poniéndome una almohada en la cara, cuando tocan la puerta.
¿Quién es?, pregunto. –señor es que la señorita Alejandra lo está buscando – mi cuerpo se estremeció al escuchar su nombre.
– carajo, ¿dónde está?
– aquí señor.
Al abrir la puerta de la habitación la encuentro parada de frente mío, me mira toda seudoctora.
– ¿qué quieres?
Le digo apretando mi quijada, quería volverla pedacito, esta mujer me provocaba nauseas. Ella se me acerca y posa sus manos en mi pecho rozándola en mis expectórales.
- supe que estabas aquí, quise venir a saludarte, pasar un buen rato contigo.
– a ti quien te dijo que quiero pasar contigo. ella me mira y se sonríe.
– pues mor, sé que no te resiste a mí. Se acerca más tratando de alcanzar mis labios, la tomo por los puños apartándola y empujándola bruscamente.
– lárgate. le grito con mis dientes apretados.
- no te quiero cerca de mí, te voy a recordar que por ti no siento si no asco, eres la peor perra que he conocido en mi vida.
La mujer saca la mano plantándosela en la bella cara del arrogante, con ira la acorrala contra la pared.
- Mira Alejandra Bonavis.... para mi estás muerta desde el día que me dejaste plantado en la iglesia. ¿qué pretendes? Que ahora te reciba en mi lecho como si ¿nada hubiera pasado?, me ridiculizaste ese día y dejasteis claro que no me querías.
empuja sus manos hacia ella alejándose para dejarla ahí y cerrándole la puerta en su cara. despues de sacarla d ela habitación.
Me encuentro en el aeropuerto rumbo a Francia, avisan por la bocina que el avión va de salida, busco mi silla en la clase alta, me toco viajar en un vuelo comercial porque mi avión privado presentaba problema y toco mandarlo a mantenimiento, me siento en el puesto correspondiente, donde quedaba otro vacío, tomo la ventana para distraer la vista y olvidar el mal rato que pase con la estúpida de Alejandra. Cierro los ojos a la espera que este aparato arranque, es desesperante para mí ya que en el mío subo y es inmediato que arranca.
Al momento que me quedo en mis pensamientos siento que alguien se sienta a mi lado, abro los ojos para encontrarme con una morena de ojos gateados, nariz fileña. Se acomoda en el puesto sacando unos audífonos de su bolso, se los pones, cuadra algo en su celular. Al parecer hace una llamada habla con alguien al que le discute furiosa, le dice que la deje en paz. Se quita los audífonos y suspira fuerte. Cierro mis ojos. Es estresante escuchar estas mujeres insolentes, que quieren hacer con nuestras vidas un caos, abro los ojos y miro nuevamente la mujer que me estaba observando; nos quedamos un buen rato en la misma posición.
- Perdón señor.... no quise incomodarlo con mi conversación.
No le respondo y miro hacia la azafata que esta avisado que pronto sale el vuelo, que debemos abrochar el cinturón, los celulares apagarlos o activar el modo avión. Luego me recuesto nuevamente en la silla observando por la ventana al encontrarnos en el aire, cierro mis ojos, ese perfume que esa mujer lleva me tiene mareado, es tan repugnante, giro mi cabeza con los ojos medios abierto a mi lado, tiene sus audífonos puesto, me va a dejar sordo ya que alcanzo a escuchar su patética melodía de mujeres despechada o trastornada. Durante el viaje todo fue silencio.
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Editado: 02.05.2022