- No Sabía que se conocían, dice Henry
– ola cuñado, que gusto volver a verte.
-¿Qué…? ¿Esta mujer es hermana de Mariana? Pienso para mí.
- hola cuñadita, me alegra que hayas venido a nuestro compromiso.
– claro cuñadito, el señor y yo nos conocimos hoy, estamos cerrando un negocio.
– !qué cosas tiene la vida.!
- No sabía que eran hermanas, le digo a Marina.
– para que vea señor Deluke, somos medias hermanas.
La miro de reojo. Mientras ella alza su mentón con prepotencia.
- "Prima…. " que gusto verte,
- lo mismo digo.
- Oye…. donde dejaste el imbécil de Robert.
- Jajajajaja, tú lo acabas de decir es un imbécil.
- Oye…. Lo dices como si le hubieras dado la patada.
- A si es primita.
- “en.... serio...” la mira Marian.
– si…. Hermanita, el caballeroso de Robert y yo hemos terminado, abecés es mejor estar sola que andar con hombres arrogantes.
– señorita Gallur, sus palabras le caen el anillo al dedo.
Su mirada asesina llega a los míos siento que si tuviera poderes me quemaran. Todos lo que estaban en el momento captan nuestras indirectas. Alejandra se da cuenta lo que estába pasando, con sus celos enfermizo se engancha de mi brazo.
– prima no sabías que tenías negocio con mi adorado Víctor, te lo iba presentar, pero ya me di cuenta que se conocen. Él es el hombre que me mueve el piso, aunque no lo quiera creer ni me quiera perdonar por lo que paso en nuestra boda.
- “enserio.... Alejandrita” no sabía que tenías mal gusto mujer....
Le responde la insoportable Gallur. Miro de reojo a Alejandra y de paso la señorita de la arrogancia.
- Yo diría…. que me salve de casarme con una mujer insignificante e igual que todas.
–Guarda tus palabras Amigo, estas ofendiendo a mi futura esposa.
- lo siento Henry, no te lo tomes tan personal.
La morena se suelta en carcajada al escuchar la reprimenda de Henry.
– al parecer aquí al señor Deluke, no le simpatizan las mujeres, ¿es usted del otro bando, señor……?
Mi sangre empieza a quemar en mi piel, me le acercó retándola con la mirada.
- usted es la mujer repugnante e igual que su primita, cortadas con las mismas tijeras.
Sin quitarme la mirada sonríe irónicamente.
– pues déjeme decirle señor Deluke, que aquí la señorita Alejandra es mi prima, pero no podemos ser contadas con misma tijera como dice usted, porque no somos hermanas si no como usted lo acaba de decir primas….
– haber…no entiendo como ustedes dos pretenden ser socios, cuando se la van a pasar fulminándose cada vez que se vean, dice Henry tomándome del brazo para apartarme de la irritante mujer.
#4522 en Novela romántica
#978 en Novela contemporánea
dominante, intriga mentiras odio, el primer amor después de la guerra
Editado: 02.05.2022