Porque TÚ?

EN COMPAÑÍA PATERNAL

 

Suena una alarma y lanzo la mano para a pagarla, trato de buscar la mesa que no alcanzo. mi cabeza está a reventar. abro los ojos para darme cuenta que estoy en la cama de Robert que lo veo entrar con una bandeja del desayuno.

 –hola… cómo te sientes….

– creo que me paso un camión por encima.

- Ya me imagino, no sé cuándo pretendes parar Violeta. Estás acabando con tu vida.

 

- Ash, si cada vez que me traigas a tu apartamento tengo que aguantar tu sermón, mejor déjame en el bar; que te aseguro el Barman no me dirá nada.

Me levanto de la cama para encontrarme totalmente desnuda. Jalo la sabana para cubrirme.

- Y una cosa más…. Ya deja de aprovecharte de mí cada vez que yo este ebria, que aunque me acueste cincuenta veces contigo de aquí no saldrá nada. Entiendes... Robert….

- Carajo Vi…. Siempre me tienes que estar echando en cara que no tenemos nada.  se levanta de la cama y sale dando un portazo.

Me arreglo con la misma ropa, ya que no tengo nada acá desde que termine mi relación con Robert todo me lo lleve. Pero mi querido exnovio no lo ha entendido, cuando estoy ebria me trae a su apartamento para satisfacer su necesidad, creándose la ilusión que volveré con él.

Bajo para encontrármelo sentado en el comedor con su cabeza metida en sus manos. Me quedo un rato observándolo.    Creo que voy a tener que poner distancia y no volver a emborracharme, de seguro así esta situación toma otro rumbo.

- Robert…. Lo siento, yo…

-  vete Vi….   

- Pero Robert, yo quiero que seas feliz….

El levanta la cabeza y tiene los ojos rojos.  “oh Dios” estaba llorando, lo he lastimado.

- ¿Qué? Que quieres que sea feliz…… 

Se levanta acercándose hacia mí.

– no te das cuentas que mi felicidad eres tu Vi…. que desde que te conocí no he visto otra mujer, me siento empernado contigo, que te cuido como el mayor tesoro.

Me tomas por los hombros y me abraza, me dejo llevar ya que su aroma me relaja.

– yo se Robert....pero entiéndeme, no quiero hacerte daño.

Me separo y le doy un beso en la mejilla, me voy dejándolo ahí con su mirada fijada en mí.

 

Llego a mi apartamento, para volverme a bañar, me meto en la bañera para relajar la tensión de toda la semana, no  ha  sido fácil con los problemas de la empresa, para completar el idiota del nuevo socio que es un grano en el culo, y ahora Robert que me asfixia con querer revivir esto que se acabó.

No supe en que momento me quede dormida, me despertó el sonido del celular, me doy cuentas que es mi madre

– hola madre.

– hija de mi vida ¿Cómo estás?

– bien mamá, y ¿tú?

– bien hija. Cuando me vas a visitar.

– hay mamá que pena contigo por tenerte abandonada, espérame que me desocupe un poco y me iré de vacaciones contigo.

– si amor, sería bueno que pasaremos un buen rato juntas.

– así será madre.

- Y.... ¿como está tu padre?.

– yo creo que sonaría más bonito si preguntaras, hija… ¿cómo está en el amor de mi vida?

– por favor Violeta, no me respetas

– hay mamá para mí no es un secreto que papá te mueve el mundo todavía.

– ash, contigo no se puede hablar Violeta.

– Jajajajaja.

Ya me imagino lo sofocada que se  puso mi madre con lo que le cabo decir. Lose, aunque ella no lo acepte, porque no ha querido perdonar el engaño de mi padre. Pero cuando hablo con cada uno de ellos veo que se aman en silencio, pero algún día los hare juntar nuevamente, me dejo de llamar Violeta Gallur

– bueno mamá, te cuidas yo te aviso cuando esté lista para irnos por un crucero.

– eso espero hija, te amo mi reina

– yo igual.

Decido salir de la bañera, ya que mi piel estaba como un papel de  arrugado. Me alisto para ir almorzar con mi padre o mejor dicho en la casa de mi padre, ya que no quiero cocinar hoy.

Tomo mi coche, llego a mi primera casa donde mi crie, la abandone hace tres años cuando la pelea de mis adorados padres, no soporte verlos separados, Robert me ayudó mucho para que consiguiera el apartamento y desde ese momento vivo sola; sin que nadie moleste mi tranquilo adorado espacio, puedo estar desnuda todo el día y sé que nadie me ira a quitar mi relajado momento.

¿Cómo está mi princesa hermosa?.

Dice el hombre de mi vida, el único que me entiende y soporta mis caprichos.

–bien.

Me toma de la mano y me dirige al comedor, donde estában los platos servidos.

– buenas tardes Nana, le doy un beso en la frente




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