Me encerré en la oficina, el resto de la tarde. Estaba acongojada por no poder trabajar en el proyecto, por el tarado. Tocan la puerta y pido que siga la persona del otro lado, abre para ver a Robert que se queda parado en el marco de la puerta, solo para observarme. Es tan lindo, lástima que mis sentimientos hacia él no son profundos.
Me he dejado llevar por la sensación de tenerlo en mi cuerpo, pero no hay amor del cual puede estar sintiendo por él. Por tal razón me alejare un tiempo de manera que me vaya sacando de su vida y consiga la persona adecuada que lo ame de corazón, no puedo ser egoísta.
- ¿Qué...? pregunto al ver cómo me mira.
– vamos a cenar, me dice.
Me levanto de la silla y llego hasta donde está.
- Lo siento…. Ya quedé de acompañar a mi padre.
– bueno… tranquila, será otro día.
Se acerca y me da un beso en la frente, toma mis manos las besa y se va. Siento que mi corazón duele al saber que le hago daño, pero no podemos ignorar que no siento nada por él.
Miro mi reloj, me doy cuenta que ya es hora de irme.
Tomo mis cosas y voy a la oficina de mi padre, lo veo observando más a ya del ventanal. Me acerco lentamente y lo abrazo por la espalda
– ¿qué tienes padre mío?, le pregunto.
Pero no responde, solo escucho suspirar con fuerza.
–solucionaste lo de tu camisa, dice volteandose a verme.
– si…. papá.
– puedo saber…. ¿con quién tropezaste?, dice todo picaron.
Me doy la vuelta para no darle la cara a papá, me sonrojo al recordar lo que hizo Víctor en su oficina.
– con el nuevo socio, papá.
– ya veo…hija, de seguro entre ustedes...... ¿no ha pasado nada?.
– como se te ocurre papi. Ya te lo dije, es un hombre muy altanero, y apropósito me vacío el café en mi camisa.
– Jajajajaja, no creo hija, ese socio es muy serio.
- Que insinúas padre, ¿que fui yo la que lo provoqué?.
– no mi cielo, no quise decir eso. Lo que digo……. Mejor que estés lejos de Víctor Deluke.
Miro a mi padre incrédula.
– “y… puedo saber cómo lo debo hacer....”, cuando trabajamos en la misma empresa papá….
Me enfurezco con las cosas que mi padre dice, ahora tengo que esconderme para darle gusto al señor que se cree el Dios del universo, pues te jodes imbécil, porque no te dejare tranquilo, hasta que te fastidie y te largues.
Tomo mis cosas, y decido irme por mi cuenta para mi apartamento, ya no quiero ir a cenar con papá. Me siento ofendida, que ya no tenga mi espacio en la empresa o pasearme en ella; porque ahora tengo que estar como el ratoncito hámster, para que el dueño del universo no vea.
Has, ni te la creas, vas a conocerme Víctor Deluke.
Tomo un taxi y le pido al conductor que me lleve a los condominios AltaVista.
Llego a mi apartamento y de entrada me despojo de mi ropa, quedando solo en ropa interior como de costumbre, el día que se me quita este defecto, seria cuando me sorprendan en este estado, pero como soy dueña de mi soledad sé que nadie me cabreara mi inasistencia.
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Editado: 02.05.2022