– ¿Has podido dormir algo? – Le preguntó a su hermano –. Yo me quedé frita en la cama…
– Yo igual, aunque no podía parar de pensar en todo lo que había pasado – suspiró Edén –. ¿Qué aventura nos deparará hoy? – Cambió de cara instantáneamente –. ¿A dónde iremos? ¿Cuál será nuestra misión?
– Fijo que nos dirán algo de que intentemos detener a Albert o que tengamos que decirle algo o de que necesitamos cierta información de él – se levantó de la cama y escuchó ruidos abajo, lo que significa que ya estaba allí la señora de ayer –. No nos van a dejar solos, ¡eh! – Masculló.
– En esta ocasión voy a pedir toda la información que necesitemos – se levantó de la cama –. Ayer nos pudo pasar una mala jugada el no saber que la gente de los exteriores no eran bien recibida allí… ¿Imagínate lo que nos podía haber pasado? ¿Cómo es que no nos lo dijeron? Se supone que son los mejores…
– Los nervios de la primera misión, supongo – se giró hacia él –. Y que al fin y al cabo ninguno son expertos en viajar en el tiempo…
– Pero aun así deberían de saber las repercusiones de la toma de decisiones – comentó Edén, sorprendiéndose Chloe de aquellas palabras.
– Deberías hacerte abogado o algo así, hablas demasiado bien, ¿lo sabes, no? – Soltó ella –. Y si, tienes razón sobre lo que nos deben de contar todo – pausó –. Tengo la curiosidad de hacia dónde iremos hoy… Ayer tenía miedo y hoy tengo…
– ¿Ganas?
Tras tener el mejor desayuno que habían tenido en toda su vida por la cantidad de cosas que tenían a su disposición, se lavaron y se prepararon para ir hacia el granero, aunque como ambos sabían que les iban a cambiar de ropa, se pusieron lo primero que tenían a mano y se fueron hacia allí, aunque a diferencia de ayer, se dirigieron directamente hacia el camerino para vestirles sin si quiera haberles sido informados de a dónde iban, por lo que se lo preguntaron a la señora nada más entrar.
– ¿Sabe a dónde vamos? – Preguntó Edén sin poder aguantarse más tras ver como la señora se dirigía al fondo para sacarles dos camisetas blancas con rayas rojas.
– A la Nueva York del año 1955 – soltó la señora acercándose a ellos dos para darles las camisetas y regresar de nuevo al fondo en busca de la parte de abajo, un pantalón corto azul y una falda blanca –. Ya comenzaba a ver variedad en aquella época, así que espero que con esto valga para que paséis desapercibidos – pausó –. Yo nunca fui destinada para este trabajo – masculló saliendo del camerino para irse hacia algún lugar.
En cuanto se pusieron la ropa correspondiente, se dirigieron hacia el granero con muchas preguntas en la boca, aunque cuando pisaron aquello, se dieron cuenta de que el director no estaba en ningún sitio. Tan solo había científicos y agentes en sus puestos haciendo sus trabajos.
– El director no nos puede acompañar hoy – un agente, que ya conocían de vista de otras veces, apareció por sus espaldas con un café en la mano –. Suponemos que a lo largo del día llegará, pero esta misión no se puede parar por eso, así que seré el que lleve el mando hasta que regrese – les rodeó y se dirigió hacia un puesto en el que había alguien trabajando con un ordenador –. Supongo que querréis saber a dónde vais, ¿no?
– Respecto a eso, ¿deberíais de darnos mucha más información acerca de…
– Estoy de acuerdo con vosotros – le interrumpió el agente –. Leí el informe de ayer y leí vuestras quejas y dudas… Y tenéis razón – admitió –. Ayer con los nervios de la primera misión se nos olvidó cosas básicas – reconoció –. Así que… Haya va toda la información recopilada para hoy – pausó –. Os vais a pleno centro de Nueva York del año 1955, apareceréis a una manzana de la ubicación de Albert, ya que según hemos descubierto, Albert alteró vuestros portales respecto a los de él, suponemos que para no crear un vacío espacio tiempo – explicó –. Lo dicho, vuestra misión de hoy, es seguirle y ver qué es lo que hace. Nada de intervenir, ¿me habéis entendido? – Les miró fijamente –. Queremos saber si lo que realmente dice es verdad, que está intentando detener a los malos. ¡Ah! – Se acordó de una cosa –. Hablando de los malos, el director no está con nosotros porque lo que os dijo Albert ayer acerca de la sociedad Moa, era verdad. Han encontrado la base secreta en el lugar que comentasteis.
– ¡Así que Albert no mentía! – Soltó Edén exhausto.
– Eso parece – comentó el agente –. Aunque todavía es pronto para confirmarlo, están inspeccionando el lugar e interrogaran a todos los sospechosos que encontraron en el sitio, así que suponemos que a lo largo del día de hoy deberíamos de tener algo… – Pausó para cambiar de tema –. Y por eso vuestra misión por hoy es esa también, queremos confirmar lo que realmente sabemos, así que por favor, seguidle, no os metáis en nada e intentad ver que es lo que detiene… Ya que… Para esa fecha y ese día, no tenemos información de que pase algo grave o importante, así que vosotros sois la clave de todo esto para ver que se supone que va a detener Albert…
– ¿No ocurre nada importante ese día? – Se sorprendió Chloe –. ¿Nada de nada?
– Ocurren varias cosas, pero son hechos aislados – le corrigió el agente –. Y en la ubicación en la que apareceréis… No ocurre nada, de ahí nuestras dudas y sospechas – explicó –. Y por cierto, vuestros nombres serán Liam y Ava – les informó –. Provenís de la familia de los Carrigtons y ese día estabais por la zona porque os escapasteis de una excursión al Central Park, ¿entendido?
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Editado: 20.09.2024