CAROLINE.
Después de que Hoffmann me echara y destruyera nuestro trabajo, trato de entender que ha tenido un día malo.
Por lo que ignoro sus cambios, toda la semana estuvo del mismo humor con todos, no sé en que momento se va infartar, intimida a media empresa. Por lo que decido irme a ver jugar cartas a Bruno en la bodega, al entrar están los de mantenimiento y mi amigo, quién les esta dando una paliza a los chicos. pese a que es bueno sé que mmi querido alex es mucho mejor.
—Señorita Caroline, deseenos suerte, Hartmann es un tiburón. —me dice un compañero. —y no se apiada de nosotros.
—Les deseo toda la suerte del mundo, pero para que su amado Hoffmann no los descubra. —digo con ironía.
—Ni lo mencione, ya hicimos un trato de que nadie dirá la ubicación. —hablan al unísono.
—me temo que yo no entró en ese trato, por lo que me tendrán que sobornar con una ensalada cada día.
—Trato hecho, —Bruno es el primero en hablar. —¿O no, chicos?
todos afirman y yo me rio con ellos de esto.
—A la señorita Cooper lo que pida. —habla John.
—Si antes la admirabamos, ahora más pues usted lidia la mayor parte del tiempo con ese ser. —dice alguien en un casi susurro.
sigo viendo sus jugadas, mientras veo como mi amigo miente vilmente para perder la ronda, Bruno es un ser amable y bondadoso, por lo que le cuesta ser malvado.
antes de que sea la hora de salir salgo y voy por mis cosas, una vez que veo la zona despejada le digo a Bruno que salgan de su ratonera.
Estoy esperando a Alex, fuera de la empresa, no ha dejado de llover.
Se baja de su auto y viene hasta mi mientras me despido de los chicos y Margot.
lo veo venir con su ropa tan colorida, me abre los brazos y yo entusiasmada hago lo mismo. es mi chico favorito, hemos vivido tantas cosas que me cuesta no quererlo como un hermano.
—¿Lista?
No le contesto cuándo pasa el Mercedes de Hoffmann y lo empapa, su enorme cuerpo me cubre y por ello a mí no me moja.
En verdad, trato de no odiarlo. pero me es imposible.
—¿Qué fue eso? —dice un Alex tembloroso.
Todos estamos boquiabiertos, es un grano en el culo este hombre. cero dudas, todas las pruebas.
Llegamos a mi casa y le digo que se duche, antes de que le dé un resfriado.
—¿Fue a las cataratas? —dice Leslie.
—Un auto lo salpico.
—¿Salpico? Ese auto lo baño a propósito.
—Los accidentes ocurren.
—Cómo sea, me ayudará evitar a Bruno, con o sin resfriado. —dice antes de meterse una manzana a la boca.
—Como en los viejos tiempos.
Alex es nuestro amigo de años y siempre ayuda a Leslie a fingir que son pareja, ya sea para quitarse de encima a alguien o para dar celos.
—Así es caroline, de verdad llegué a sentir algo por él y el muy Bruno lo arruino.
—Lo sé y se escuchará absurdo, pero él también siente cosas por ti. — que feo es tener de amigos a una pareja, pues no sabes por cual hacer más.
—Quiero recuperarlo, se escucha tan mal. Pero realmente lo quiero. —hace pucheros con lo que dice.
a finales del año pasado, Bruno y Les comenzaron a salir, sin embargo una noche los paparazzis vieron a Harmann en un club bailando con una chica que no era Leslie, se hizo un escandalo y mi amiga no quiso escuchar la versión de mi amigo, por lo que decidió creer todo a la prensa y dejar a Bruno. Aunque ahora veo que se arrepiente de haber tomado tal decisión.
—por eso te salvare el trasero esta noche Leslie, somos amigos los tres. —dice Alex, somos un gran equipo, —aunque Caroline debería estar conmigo y dejar esa vida con hombres de solo una noche.
Voy por una copa de vino.
—si lo escuchas, Caroline, te sigue amando.
—¡Por favor Alex! Han sido años, desde que nos gustábamos.
—pero sucedió…
—Y no funcionó.
—por eso decidieron ser amigos y adoptarme. —dice Leslie.
—cierto, tenemos una hija adoptiva en común, deberíamos de ser una pareja funcional para no crearle un trauma.
—ve a ducharte, a parte al igual que los demás eres un infiel. —digo para que cambien el tema.
—Concuerdo con Carol.
—son crueles, pero Caroline sabe usar muy bien a los hombres ¿Por qué yo no? —se ofende.
—¡ve a ducharte! —gritamos las dos al unísono.
Nos arreglamos y salimos en busca de diversión, tenemos veintiocho años, somos jóvenes aún.
Nos vamos a una mesa y empezamos a pedir tragos y botanas, mientras la música suena.
—Bien, antes de que llegue Mr. Bruno, ¿Qué hcieron en su tiempo fuera?—cuestionó.
—Pues estaba en Europa, Moda, Comida, Museos, Ballet, Trabajo y beber en las discotecas. todas esas persoanlidades viven en mí. —dice Leslie antes de beber de su shot. —solo fueron semanas fuera de aquí, hubiera querido estar más tiempo fuera, pero extrañaba a mi pequeña Carol.
—Yo, viví fuera un año y no sé cuanto más, pero trabajo, mujeres, convenciones e ir a los clubes... pero eso no compra que extrañé a mis dos chicas favoritas. por ello decidí volver. —sonríe con melancolía Alex.
—que suerte tienen de que sus empleos sean fuera de aquí, me da mucho gusto que se diviertan.
—Carol, tú también sales, además solo es que le digas a Bruno que te de días y te los da. —me reclama mi amiga.
—Obvio, pero sabes que no me gusta aprovecharme de mi sensible Hartmann.
—¿Qué tal la playa nudista? ¿te divertiste?
—Claro Alex, me sentí genial esos días... en todos los aspectos.
—Wow, que atrevida mi amiga. salud por eso. — hacemos un brindis con shot y nos los bebemos en menos de nada.
—¿Con quién viene Bruno? —pregunta Leslie.
Volteo y veo que viene con Hoffmann, quién luce típicamente molesto.
—es Adam Hoffmann.
—¿Hoffmann? Así se llama la industria en la que trabajas ¿no?
—en efecto.
—Dios, esta cerveza sabe a gloria. —ambas miramos al distraído de Alex. —¿Qué?
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Editado: 04.03.2024