Predilecto

CAPÍTULO 35

ADAM

Veo cómo se desconcierta cuándo la tomo de la mano, es un gesto que en mi vida hubiese hecho, pero que con ella me nace hacerlo.

—¿Te gusto? —le pregunto cuando abordamos el auto.

—¡Me encanto! Esperaba de todo menos esto, en verdad.

—Que bueno, digamos que no se me da muy bien eso de ser detallista, las flores son un poco cliché.

—Las flores son hermosas, transmiten tanto, pero me encanto la forma en la que eres detallista, no te preocupes.

Asiento.

—pero, para ti ¿Valió la pena dejar un día de trabajo? Ya sabes, por venir aquí, solo usaste un momento tu celular y ya después lo apagaste.

La miro.

—Valió cada segundo, —le coloco un mechón de cabello tras de su oreja, —Cada cosa tiene su momento, si decidí hacer esto fue porque el trabajo no sería hoy mi prioridad, serías tú.

Me sonríe y recarga su cabeza en mi hombro.

—Gracias, en verdad, se que esto es un esfuerzo de tu parte, amas trabajar. Pudiste elegir el fin de semana.

—Bueno, Bruno necesita tener un momento el control, no se lo digas, pero confío en él. — me detalla con asombro, —No preguntes nada, y no elegí el fin de semana porque hay más turistas y bueno yo quería que no hubiese tanta gente.

—¡Excelente! Hizo falta Dunkel.

—Ni me lo digas, pero sus oídos son muy sensibles y no quería que la gente lo viera con desconfianza.

—Lo recompensaremos después.

Sonrío, claro que lo recompensare.

Subimos de vuelta al avión y ella va viendo la noche por la ventanilla.

—¿Cómo se te ocurrió esa canción?

—El mago no revela sus secretos, Caroline.

Me mira y entrecierra los ojos.

—Tienes razón, me encanto, por cierto.

—Te encantan todas las canciones de él. —me rio. Pero es una risa nerviosa.

—Tienes razón, pero ahora esta me traerá gratos recuerdos.

—A ambos, por cierto, quiero hacerte una pregunta.

—Adelante.

—Adoras a ese cantante, por lo que supongo que te debe de encantar ir a las vegas, siempre hay personas vestidas de él y de Marilyn.

—¡Por supuesto! Ya que no pude asistir a un concierto de él, me quedo con las personas que lo imitan. De hecho, mis mejores borracheras han sido en ese lugar.

Ignoro lo que dice al último.

—mi pregunta es ¿Deseas qué un imitador de él te case en ese lugar? Bueno, las Vegas es conocida por la impulsividad que la gente suele tener y se casa en ese sitio sin pensar bien.

Me mira y se sonroja.

—¿Si esperas eso?

—Sí —dice entre dientes.

—No te escuche.

—¡Sí! Por eso silencie a mi padre el otro día.

Me rio, no solo lo imita en sus movimientos, ni lo imita al cantar, sino que quiere que un imitador de él la case.

—en mi defensa solo es un sueño absurdo que tuve de niña.

—Ningún sueño es absurdo, lo que me sorprende es que no estés casada con uno de esos imitadores.

—No soy tonta Adam, yo jamás me casaría sino estoy enamorada.

Asiento.

—ya veo que realmente te gusta disfrutar de tus viajes.

—los disfruto cada uno, como el de hoy me fascino y esta entre los mejores que he tenido, y es el número uno que tengo con compañía.

Me besa la mejilla.

Eso hace que mi corazón se acelere un poco y sienta algo dentro de mi cerebro también, tal vez mi presión arterial aumento.

Caroline, hace que mi cuerpo reaccione diferente, reacciones que no sé que significan y de las cuales me desconcertan bruscamente, sin que lo note me tomo el pulso, esta un poco alterado.

mientras ella ve el cielo me pongo de pie y me dirijo al baño.

me recargo tras de la puerta y mi corazón comienza a bombear más rápido, haciendo que mi respiración pierda el ritmo tranquilo.

—Vamos, no te morirás de un infarto. aún no.

las manos me sudan y siento algo en el estómago, provocando me algo de náuseas. 

tal vez sea un ataque de ansiedad.

hago ejercicios con la respiración, me masajeo las sienes y trato de pensar en algo que me distraiga. 

dicen, que lo que no decimos con la boca; el cuerpo lo transmite.

—No, no es eso. —Trago saliva, —Yo no puedo, no debo y no quiero.

me lavo la cara y me repito lo que se me inculco.

—El poder es más grande que el Amor, el amor nos hace débiles y yo no soy un débil.

me veo en el espejo.

—¿Pero vamos por qué pensamos en algo que no es?

tal vez solo es un ataque de  ansiedad por no haber hecho mi rutina.

sí, eso es.




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