Predilecto

CAPÍTULO 38

CAROLINE.

Los invitados se están acomodando en sus respectivos lugares.

La música clásica suena y todo va pintando de maravilla.

—Ahí está, vamos a saludarlo.

Me pongo de pie y sigo a Adam.

—Tal y como te dije, espero hasta la cena para presentarse.

no respondo, solo asiento, ya que no lo conozco.

Él está de pie junto con una rubia que saluda a la gente de la mesa en la que se sentarán, también está la chica de cabello rizado que inauguro el sitio.

Su sonrisa de ella esta nerviosa, puedo ver como sus ojos se intensifican. 

—Seguiste mi consejo. —por fin nos ve Ulises.

—Claro Ulises, te presento a Caroline Cooper.

El tal Ulises es… es… muy guapo, elegante, pero no más que mi odioso Adam.

—Un placer, felicidades por tan bello lugar, es totalmente una obra de arte. —lo halago.

—Gracias, vivo de halagos, es mi momento favorito cuando entrego un proyecto,—me detalla. —sin duda…

No entiendo su último comentario. Adam nos mira y decide hablar, haciendo que Ulises lo vea de forma extraña.

—Ulises, hizo esta construcción porque está enamorado. Por eso es que todo esta tan bien realizado.

—Todo lo que diseño está hecho con algo de amor y pasión. —el aludido levanta los brazos y sonríe.

—me queda claro.

—por supuesto que te queda claro, Adam…

Ellos continúan platicando por unos minutos más, poniéndose al corriente de todo lo que les ha sucedido.

—Un placer tenerlos en este sitio, sobre todo al señor Adam, no asiste a muchos lugares.

Adam asiente.

—Gracias a usted por la invitación, fue muy amable.

—No es nada señorita Cooper y sin duda usted hace milagros, —mira a Adam— hacer hablar a este Ingeniero es deprimentemente molesto, —rueda los ojos y me rio por tal gesto. —me complico tanto la vida con sus malditas señas, pero necesitaba el empleo y el proyecto así que aquí estamos.

Adam niega y habla.

—No necesitabas el empleo, pero tenías y tienes gran talento.

Ulises hace una reverencia.

—La admiración es mutua Ingeniero Hoffmann.

veo como Adam asiente satisfecho.

 

Nos vamos a nuestra mesa y me quedo pensando, en lo que dijo Adam del hotel.

—¿Cómo que hizo esto porque está enamorado?

—Hace unos años, él se enamoró de alguien, precisamente la chica del cabello rizado, no era a mí a quien le encantaba su cabello, era a él…

Me sonrojo al instante y él me acaricia mi mejilla.

—…Pero, ambos tenían sueños en diferentes ciudades, entonces él decidió terminar su relación, no la busco ni nada. Pero este hotel tiene algo que ver con ella, algo que no sé.

Asiento, el amor nos hace hacer cosas que creemos que jamás haríamos.

Cenamos y tiempo después Ulises se pone de pie y cuenta la historia que nos hacía falta.

Detallo al hombre del podio, lo detallo tanto que la piel se me eriza, si pudiera describir con una palabra el amor que ese hombre siente por esa chica sería “Inconmensurable”.

Sus ojos se le han llenado de amor, su cuerpo está ansioso, sus palabras reflejan dolor, pero tanto amor a la vez.

Dirijo mi vista hacía ella y lo descubro.

Ella lo mira de la misma forma, diría Alex, ellos tienen más conexión que un circuito, la palabra Limerencia me tiene sentido hoy, no creía que el amor joven existiera, pero si lo hay, y no es el mío… Tristemente.

—¿Ya te enamoraste de él? —Adam me habla, haciendo que vuelva la cara hacía él.

—¿Qué?

—¿qué si ya te enamoraste de él? No tendrías oportunidad, él la ama a ella. —dice molesto.

—No, yo estoy enamorada de otra persona.

—¿entonces que le ves a él? —suelta un suspiro y sonrío mentalmente.

—la conexión que tiene con ella, como su cuerpo reacciona al recordarla, como detiene sus impulsos de ir hasta su mesa y tomarla, como la mira, la ve como todas queremos ser vistas alguna vez en la vida.

—¿Cómo quieren ser vistas?

—Con amor Adam, con amor, orgullo, admiración. Él la ve así, como si fuera la mujer mas bella que haya visto.

Asiente y traga saliva.

Adam, jamás me ha visto así y dudo que algún día lo haga. Porque sé que no hay amor, cariño y afecto sí, pero amor aún no.

—¿Quién es? —pregunta con un tono Hosco, sacándome de nuevo de mis pensamientos.

—¿Quién es quién?

—la persona de la que estás enamorada.

—Un hombre, que aunque él no lo crea es maravilloso, un hombre que suele ser un tocapelotas de vez en cuando y que es un Odioso de primera.

—Um, no me agrada ese sujeto…

—A mí sí.

—Bien por ti y por él. —suspira de nuevo.

—Adam...

—¿Qué?

—Eres tú 

—¿Soy tu hombre predilecto?

Asiento y le beso. es mi hombre predilecto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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