Predilecto

CAPÍTULO 47

ADAM.

Me siento en un sillón.

—¿Cuánto va durar contigo esa chica? Digo, antes de que la humilles y se de cuenta que no vales nada.

—la basura va al basurero, los buenos hombres tienen una buena mujer y adivina cuál eres.

—ella te quiere, pero tú a ella no, porque no tienes un corazón para querer. Hijo.

Sus malditas palabras de hace unas horas me llegan, la cabeza me punza de dolor, quiero arrancarme la. siento que en cualquier momento voy a colapsar. hay una lucha interna dentro de mí, y va ganando la que nunca creí que ganaría. 

He pasado los limites y me doy cuenta demasiado tarde, porque cuando salgo de la clínica ya no hay rastro de ninguno. Ni a la mañana siguiente que llegó al hotel, no hay nada de sus pertenencias.

me entregan a Dunkel y contrato a un veterinario para que lo cheque por un par de días, se ve un poco triste y eso me desanima más. 

juego con él, le acaricio su pansa y pelaje, pero hasta él esta distante conmigo. 

los días se me van lentos, me hace falta algo y eso hace que mi corazón de u vuelco tremendo, he mirado la puerta todo el día cómo si estuviera esperando que alguien la toqué o entre, pero no sucede. Llamo al móvil de Bruno pero no me responde y a ella no me atrevo. 

en la noche no he podido dormir, miro el lado vacío de mi cama y suspiro. no es bueno que un ser humano dependa de otro, no soy dependiente de ella, como todo es un límite tolerable. Pero la extraño. 

me he curado la herida solo, ya que prohibí a que mi madre viniera o bien mandara a alguien a curarme Y ha ido sanando poco a poco.

mis abogados hicieron todo lo posible por encontrar a ese maldito y esta encerrado por portar un arma de fuego y violentar a civiles.

a la mañana siguiente tocan la puerta y abro lo más rápido que puedo.

—Buenos días, hijo. —suspiro al ver a mi madre.

—Buen día. —le doy permiso de que entre, mientras veo el pasillo del hotel que esta vacío.

—¿Interrumpo algo? 

niego.

—Espero no haberlos despertado tan temprano, ¿Quieren ir a desayunar?

niego.

—Supe lo de Dunkel, por la prensa, estará bien y tú le ayudarás con su prótesis. Es la mascota más famosa que conozco y los medios hablan de él como si eso les diera puntos contigo. 

asiento. 

—¿A qué debo tu visita?

—Empecé un poco mal con Caroline, me gustaría disculparme. se los debo. Creo que a quells noche dije algunas cosas que no iban al caso y ya no me pude disculpar cuando quise. Además de que vi las imágenes y estuvo todo el tiempo en la clínica esperándote, se veía angustiada. 

asiento.

—Evi Hoffmann, se agradece la intención pero siempre llegas tarde.

—¿Por qué lo dices? —voltea a todos lados y al ver que la habitación es vacía y silenciosa. traga saliva.

—Se fue, más bien hice que se fuera. —me acomodó en la cama. —ya sabes que todo en mi vida es pasajero. pero no hablemos de mí ¿Qué los hizo renunciar a su vida?

—Eso no importa, háblame de ti, cariño.

mamá fue más ausente que papá, ambos lo fueron pero ella se esforzo por demostrarme cariño y amor siempre, no solo con lo material, siempre que podía me sacaba a una tarde de chicos, sí, ella me enseñó a nadar, a andar en bicicleta, jugar futbol. me llamaba todos los días cuando no nos veíamos, y nunca dejo de despertarme con un beso de ella en mis mejillas. si hay una persona que me ha apoyado en mis locos sueños, fue ella. pero ella decidió siempre por sobre todo a papá, cuando me veía moretones no dudaba de él, aunque en el fondo sabía que eran golpes.

—Ya sabes como soy.

no dice nada, sabe que no hablaré.

—Alphonse, esta enfermo... decidimos que su enfermedad la pasariamos en casa.

—¿Qué tiene?

—Cáncer, la esta pasando fatal, tiene con el ya un par de años, pero esta vez esta avanzando más rápido. 

—No lo siento, pero tampoco me alegro... —miro al ventanal.

—Ven a casa, mi hijo no tiene porque estar en un hotel y menos ahora que la prensa esta deseosa por saber sobre caroline, es muy bonita.

—Es bellísima y es muy divertida, si no hubieras sido tan dura y hubieses mostrado tu lado amable, sería diferente.

—cuando pueda la conoceré ya verás, y seré la mejor suegra del mundo. —me sonríe, —si hacen feliz a mi hijo yo también lo soy.

Asiento.

—Pero tal vez tú hijo no la hace feliz a ella. 

—Ad, por supuesto que sí, vi cómo te miraba y eso no hay nada que haga dudar. Quiere decir que la haces feliz también. 
—Eso espero… porque esta vez me pase y en grande. 
—Lo siento… 

me revisa mi herida y me receta algunos medicamentos.  

 

Estuve tres días en Alemania, en lo que Dunkel se recuperaba un poco. Pero una vez vuelto a Vancouver no queda más que ponerme a trabajar. 

Hoy le voy a diseñar una prótesis de calidad.

Me bajo del auto y veo que los guardias están ¿tristes?

No me saludan, tal vez ya se cansaron de hablarme y que no les responda.

Subo y Margot se está limpiando los ojos.

Se agacha cuando paso junto de ella.

Camino de largo, llego a su oficina de Caroline, la abro y está de espaldas limpiando algo.

—para eso están los de limpieza.

Me mira, pero regresa a lo que está haciendo.

—ese hijo de puta arruino uno de mis mejores trajes.

Asiente.

—pero ya está en la cárcel, por portar un arma y haber disparado sin motivo, un asaltante.

Vuelve a asentir.

—Dunkel está mejor, tendré que diseñarle una prótesis de calidad, la que le pusieron es una tortura.

Asiente por tercera vez y me molesta.

Por fin presto atención alrededor y veo que tiene varias cajas con cosas y la oficina vacía.

—¿Qué diablos? ¿por qué todo está empacado?

Por fin voltea y me mira.

Mi corazón se acelera, vuelvo a tener el mismo sentimiento que tuve cuando me dispararon, cuando vi a Dunkel casi muriendo. Tengo miedo.




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