Predilecto

CAPÍTULO 50

CAROLINE

Tengo un mes trabajando en el hospital con Francis, se ofreció a darme empleo.

Lo acepte, solo programo y le doy mantenimiento a los equipos y a veces estoy programando alguna computadora.

Es muy poco el trabajo que hago con respecto a mi profesión.

Así que me ofrecí de asistente, algunos médicos no la tienen y se les junta el papeleo.

Es aburrido, mucho. Gracias a Francis y sus buenas referencias gano bien, no igual que con Hoffmann, pero es solo en lo que me encuentro algo mejor. O de esa forma me miento a mí misma, no lo sé. sé que podría irme a la cafetería a trabajar, pero no es mucho de mi agrado esa labor porque ese lugar me genera paz y tranquilidad, pero mi profesión me da felicidad y satisfacción. 

los periodistas gracias a los contactos de Francis, me han dejado de hostigar y de publicar malas notas encabezando mi nombre, he salido en redes aun pero, las notas son buenas. ayer me dio mucha gracia que salí riendo a carcajadas en compañía de Leslie, mientras comíamos una salchicha callejera. también suelo salir cuando estoy en la cafetería  o salgo en mi mejor ángulo y admito que me sigue molestando un poco.  Porque mi vida era muy privada. 
 

—Hola cariño, te traje un café y un panecillo. —me dice jovialmente.

—Gracias Francis, en verdad tengo semanas teniendo un hambre descomunal.

muevo las manos con dramatismo.

—bien, pues ya sabes que aquí me tienes para alimentarte.

Me paro y le doy un abrazo, ha sido un buen amigo, aunque no quita que sea una mala persona con Adam Y por ese lado me cae mal. 

—esa eres, tu sonrisa brilla mucho y eso me gusta.

Me sonrojo y se marcha.

En verdad últimamente tengo un hambre aterradora, todas las noches me despierto a comer alguna fruta, duermo bastante los fines de semana, incluso de tanto comer estoy engordando y no tengo ganas de ponerme a correr.

Francis me dijo que puede ser algún tipo de depresión atípica, debido al duelo por mi antiguo trabajo y a su Odioso hermano. 

Probablemente sí, lo extraño, extraño a los chicos, extraño ese mundo.

Fue mi primer empleo, son mi familia, son mi equipo. comencé como asistente de Bruno y con el paso del tiempo fui creciendo, Bruno y Adam se parecen en algo y es que cuando ven talento lo apoyan, tienen fe en otros.

Pero ya también me he adaptado bastante a este. «mentira»

Me agrada, siempre salgo a comer con Francis y dos enfermeras.

Es bueno, salgo temprano y suelo hacer nada en las tardes, beber vino con Leslie ya se ha ido haciendo un hábito, o salir por las tardes a comer; que como repito ultimamente el hambre es mi compañero de vida.

—Buenos días, señorita Cooper.

Volteo y miro a Margot.

Me pongo de pie y la abrazo tanto…

—Sí, lo sabía… —susurra en mi oído. 

—¿Qué?

—Qué me extrañabas.

Volteo y veo que detrás de ella están los vigilantes; Bobby, Carl y John.

También los abrazó a los tres al mismo tiempo.

—Claro que los extraño.

—Pues vuelve, querida, de hecho a eso venimos.

—¿Qué? no digas tonterías John...

—Sí, hija, venimos por ti. 

—pero Margot, John, chicos, ¿cómo es eso?

no entiendo nada su visista, ni lo que me dicen, o sí; pero necesito que me lo repitan. 

—El señor Hoffmann nos volverá locos a todos, eso, o hará que se desate la tercera guerra mundial…

—y recuerde que es Alemán. —dice John.

Me rio.

—¿qué dicen?

—nadie tolera su humor, si no le gusta un diseño lo arranca, sin importarle que sea el trabajo de otros, las pruebas incluso el otro día casi destruye una…

—sin contar que nos quiere tener trabajando mas tiempo, nos paga, claro. Pero como él se la vive en ese lugar quiere que todos lo hagamos.

—y las malditas señas, señorita, usted es la única que lo entiende.

—vuelva, hágalo por nosotros.

Me dicen al unísono.

—No me va a querer allí.

—de hecho, él nos dará un día libre si vuelve con nosotros.

—y pagado al doble.

—O nos despide, si no volvemos con usted. —dice Margot con un miedo sobreactudado.

Sonrío, Hoffmann está loco.

—Pero, yo ya tengo trabajo, no lo puedo dejar.

—Bien, entonces solo vaya en las tardes. O pase y de su bendición y se regresa a este lugar, que no te gusta.

—Margot. —la miro con burla.

—Margot, nada. ese hombre esta vuelto un loco y usted es la única que lo entiende, y está vuelto loco por tu ausencia, esta más delgado e incluso puedo jurar que le vi una pequeña arruga en su costoso traje y no se ha fijado en que el cuadro de la pared está mal puesto. ¡Se equivoco, lo entiendo! No dijo lo que debía decir y dijo lo que no debía. pero es un hombre que la quiere, lamentablemente las cosas no pasaron como deseaba, estaba en un momento estresante en su vida. Todos tenemos derecho a contar la versión de los hechos y no digo que vuelva a sus brazos, pero si dense  el descanso que necesitan y hablen. 

los demás solo me miran a la espera de mi respuesta.
ayer Leslie me comento que Bruno no había ido a verla, pues tenía demasiado trabajo, Bruno jamás dejaría al equipo con ese Odioso señor. y me da un poco de sentimiento que mi querido amigo no me haya pedido ayuda con algo, con gusto lo hubiese ayudado, él es muy noble y no entiendo como siempre las mejores amistades funcionan así, un Odioso y un Divertido.

los observo de nuevo y Dios, extraño tanto mi oficina y mi rutina en esa empresa, y... algo más, pero las ganas de volver andar ayudando a los demás en mi territorio me es inevitable que no tome la respuesta que tengo que dar. 

Como pueden me convencen hoy no tengo nada que hacer, así que pido permiso para salir un par de horas.

—si me echa a patadas me los traigo conmigo. —les digo. 
—si llegase a pasar nosotros mismos nos venimos a seguirla. 
 

sonrío. 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.