Predilecto

CAPÍTULO 59 PARTE DOS.

ADAM

Tuve una buena noche, dormí como hace mucho no lo hacía, descargué todo lo que debía descargar. Aunque eso sí, la maldita resaca de hoy es monumental.

Estoy en el comedor del hotel, pude haber pedido el almuerzo en mi habitación, pero quería salir.

Los demás vendrán en un momento, me coloco mis auriculares detroit rock city hace que mueva la cabeza y los pies. Hacer eso me distrae de mis pensamientos que me llevan a anoche. 

La joven mesera me sirve más jugo y es inevitable no ver cómo me mira, incluso derrama un poco del contenido y solo leo que sus labios dicen “lo siento” la ignoro, no soy un grosero con los meseros.

Un Alex desvelado se sienta frente de mí, trae bermudas y playera sin mangas. Me mira y dice algo, pero lo ignoro.

La canción termina y me quito un auricular.

—¿decías algo?

—qué te quedarás sordo, la canción se escuchaba hasta mí.

Lo miro mal, pero me ignora.

—estaba viendo el video de anoche, nos excedimos en la pista.

No sé de que me habla y mi cara debe decírselo.

Se pone de pie y se ríe.

—genial, no lo recuerdas, te vas a morir de un infarto.

Se acerca y me da su celular.

Solo escuchar la canción, las luces y nosotros bailando como strippers, hace que se me baje la presión arterial.

Veo dos veces el video, pues no me cabe que sea yo ese que se mueve con tanta soltura.

—ok, ahora estás en shock y me vas a colgar por eso. —se sienta en su lugar, —pero en mi defensa, no te obligue a nada, incluso solo lo dije una vez.

De la nada me comienzo a reír y eso lo desconcierta.

—Son las putas vegas, ¿qué esperabas? —no me iba a ir de perlas estando aquí.

Solo asiente y llama a la mesera.

—dígame.

—¿qué tiene el jugo? —pregunta.

—es jugo natural de naranja, no se le pone nada.

Asiente y ella se va.

—¿te sientes bien?

Asiento y se relaja.

—a situaciones anormales, reacciones anormales.

Nos quedamos en silencio mientras bajan los demás.

La amiga de caroline, me sonríe, de ella y de su papá fue la idea de que viniera, sin mencionar que escuche toda la llamada que hicieron cuando se pusieron de acuerdo. Por lo que le dije a Bruno que le prestaba mi avión y le pedí que rentara el auto en el que ella quería pasear.

La última en bajar es Caroline.

—Buenos días, chicos. —dice alegre.

La detallo, luce una camisa ancha blanca con cuello V, y un pequeño short de mezclilla, lleva unos converse blancos.

Se sienta a mí lado, pero no me mira, sigue enojada conmigo. cuatro días le tomo olvidarme y lo poco que vivimos. pero yo en esos cuatro días no tuve la misma reacción.

—se ve que tuviste final feliz anoche. —le dice su amiga.

—no solo se ve, lo tuve.

—mira que me alegro. ya te estabas tardando en volver a ser tú.

—gracias, lo disfrute demasiado. —me bebo el jugo de un solo sorbo. 

—¿cuál es tu deseo? —le dice la amiga. 

—estaba pensando mientras me duchaba y haré un recorrido de la ciudad en helicóptero.

—Carol, eso es una gran suma de dinero.

Mueve los hombros hacía arriba.

—para eso trabajo, para consentirme.

—eres impulsiva cuando de consentirte se trata. —Tiene toda la razón. 

Siguen en su conversación y yo me pongo a buscar en el celular algo. De reojo veo que el celular de Caroline, vibra, recibiendo varios mensajes.

—oye tú, —me habla Leslie, —toma una foto desde tu ángulo.

Asiento, pues caroline está a mi lado y me reta con la mirada.

Saco la dichosa foto y como si nada la publico en mis redes, no suelo subir nada, pero esta vez lo hago y etiqueto a los demás.

Caroline me mira mal y yo solo le guiño el ojo.

Después de un almuerzo agradable salimos a pasear por la ciudad, de hecho, comienzo a sonreír en las fotos Pero es que amanecí de buen humor, algo tienen las benditas Vegas que alegran a cualquiera. 

Todos traemos gafas de sol, a excepción de Cooper.

—oye, ¿me prestas tus Ray-ban?

Me hago el que no la escucho. Y me toma del brazo.

—¿me los prestas? Por favor. —detalla mi cuello y se sonroja. 

—¿Qué? —me hago el desatendido.

—sé que escuchaste, no lo repetiré ¿sí o no?

Asiento, pero no hago amago de quitármelos.

Nos quedamos viendo por un par de segundos.

—eres un odioso.

Asiento y me los quita.

Se empieza a fotografiar con su amiga, quién quiere fotografiarse dónde sea.

Bruno Alex y yo, nos vamos a comprar unos lentes nuevos. Pues tal parece que Cooper no planea devolvérmelos.

Cuando regresamos, esta dando un espectáculo con un imitador de su artista favorito.

Se ve sexy moviéndose como lo hace, realmente ahora entiendo porque a ese hombre lo querían cancelar por incitar y mover la pelvis como ahora Cooper lo hace. Me enoja, pero en el sentido de que lo haga publico y todos la vean. Pero tampoco puedo ni debo limitarla y eso me enoja más.

Pasa de mi lado y me da su bolso y su celular, como si fuera tan normal. Bruno y Alex se ríen como idiotas.

—mi amiga es esta, sigue siendo esa Caroline dulce y tierna que conociste hace meses, pero también es sensual y provocadora... —me comenta su amiga. —no le gustan los límites, le gusta verse guapa y que los hombres la admiren, le fascina gustar y si mis años de conocerla no me fallan, adora que la veas como lo haces.

—sigue siendo Caroline ya lo dijiste, y me sigue encantando en todos sus modos y admito que me fascina que me provoque.

Se ríe.

—ese es el don de ella.

vemos como termina de hacer sus malabares.

Se fotografía con el chico y viene con nosotros.

Empieza a caminar y va toda agitada.

—me das mi bolso.

Asiento y se lo doy.

—lo haces muy bien y le das tu toque a esos pasos.

Me sonríe.

—¿en verdad?

Asiento.

—pues gracias, pero tú no te quedas atrás, oye no sabía que podías moverte como lo hiciste anoche. —se sonroja, — o sea no en el ámbito de bailar, aunque es lógico.




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