Predilecto

Extra 14 febrero.

⚠️ NO LEER SI NO HAS TERMINADO LA HISTORIA, ¡¡¡SPOILER!!! ⚠️

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ADAM. 

La radio suena mientras voy manejando, la voz del cantante Mexicano Pedro Infante y la música hacen que la piel se me erice “Te amaré Vida mía”. Es la canción que escucho y que algún romántico pidió, la memorizo para más tarde. 
mientras sigo  manejando voy viendo las parejas que han salido a recorrer las calles en esta tarde del día de san valentín. Observo los adornos rojos que se ven en las casas, es Miércoles y yo debería estar trabajando pero he decidido que todos salgan antes del trabajo, ya que yo también deseo festejar este día. 

 

Me aflojo la corbata y me desabrocho los tres primeros botones, trato de relajarme  ya que he tenido un día un tanto pesado, apenas anoche llegué de Alemania y hoy tenía dos reuniones importantes, no quiero llegar estresado a casa, a Caroline no la he visto, cuando llegue ya estaba dormida junto con Dunkel así que decidí ir a trabajar a la sala y ahí dormí. cuando desperté solo había un desayuno esperándome y una nota que decía: “Feliz Día Hoffmann, Te amo tanto como tú a mí.“ PD: salí a atender algo que surgió en la cafetería, hoy no iré a la empresa. 
 

Después de todo es mi mujer, ¿le puedo negar algo? Obvio que no.

 Nuestro segundo día de san Valentín como matrimonio y me es imposible no recordar El pasado: hemos seguido pasando por tanto, ella sigue igual que cuando la conocí de alegre y carismática, sigue llevando café a los guardias y Margot, sigue hablando hasta por los codos, sigue maravillándome la vida simplemente eso. 
En cambio yo, bueno hay cosas de las cuales no voy a renunciar, pero digamos que ya le Bajamos a esos niveles de ser un grano en el culo. 

seguimos siendo solo nosotros, Cooper, Dunkel y yo, ¿quiero extender la familia? Sí, pero no me siento capaz de frenar el mundo de ella de esa forma, Caroline se está convirtiendo en todo lo que soñó es la subjefa de la empresa aquí en Vancouver, ella y Bruno la saben administrar muy bien, les deje la presidencia se lo merecían. así que lo de los hijos queda pendiente. 

Miro el regalo que le daré a mi esposa y suspiro, Dios si que esa mujer sabe como jalarme de la cuerda. 

 

estacionó fuera de la casa y me rio cuando veo que ha colgado en la gran puerta de cristal un cupido gigante. ya dije, nada ha cambiado con ella. 

abro la puerta y cuelgo la chaqueta, dejo las llaves y mi amigo sale a recibirme. 
—Aquí estás, te extrañe. —Le acarició el pelaje al animal. —¿Donde está la loca de tu madre? 
Seguramente planeando como hacerme más odioso. 
—¡Te estoy escuchando Hoffmann! —grita. —Yo también te extrañe. 

—Ese es el plan, que me escuches. 

camino a la cocina y la veo haciendo lasaña y postres. 
—¿Y la Chef? —miro a todos lados, —Esperaba ver a mi mujer esperandome de otra forma. 
 

se me acerca y me besa. 

—Le he dado el día libre, —me mira orgullosa, —y antes de que te quejes quería cocinarle a mi marido en este día especial. 
—Sin problema entonces. —le besó el cuello mientras sigue haciendo las cosas. 
—Acabo en un par de minutos, ¿quieres ir a esperarme a la bañera? 

—¿Estás bien? —le levanto la cara, la siento rara desde hace días. 
—sí, ve a la bañera por favor. 
 

espero y espero en el cuarto de baño y no viene, no me he metido ya que la quiero esperar para meternos juntos. reviso unos correos, mando otros, mi madre llama y le respondo, Tom me envía una foto de Australia donde salen él y Alex. 
 

y cuando decido salir del baño escucho que habla por llamada. 
—¿Y si no? Saben cómo es, nunca hemos hablado de eso. —se escucha angustiada, —Tenemos dos años de casados. Aunque lo duden no lo hemos hablado... Bueno, lo intentaré. Los quiero. 
 

cuelga y pese a que quiero salir y preguntarle qué no hemos hablado me guardo las palabras cuando la veo entrar. 

 

 

Una vez que estamos arreglados pasamos Al Comedor que arreglo muy románticamente. 

velas, fuente de chocolate, fresas, flores, vino, luces tenues y música romántica de fondo. 
 

mientras cenamos conversamos de todo lo que se nos viene a la mente, el año pasado nos fuimos a Dinamarca a celebrar, este año decidimos que sería aquí por Gusto. 
—Adam, hay algo de lo que quiero hablarte. 
—Yo también. —Nos miramos, —Adelante te escucho. 

—Es sobre los hijos. —me mira, —¿Que opinas? es un tema que no hemos abordado, ni en sesión de pareja ni aquí. 

dejo la servilleta y la miro. 
—No, no hemos abordado el tema, sin embargo he pensado en la adopción. de hecho antes de conocerte a ti quería adoptar. 
 

me mira con sorpresa. 

—¿Adopción? ¿no quieres hijos biológicos? —los ojos se le empañan. 

—¿Qué? si cariño, quiero hijos biológicos algún día, solo digo que era una de mis opciones el ser padre adoptivo. 

—¿algún día? ¿cuando? —me mira raro. 

—No sé, ¿quieres tener hijos tú? 
—¡Claro que quiero! —hace que salte cuando grita, —pero tú quieres adoptar, o algún día... yo No quiero adoptar. yo quiero…

se calla. 
—…¿no quieres un hijo mío? es eso. —rompe a llorar y yo no sé que sucede, solo me pongo de pie y la abrazo. 
—claro que quiero un hijo tuyo, pero no quiero que renuncies a tu vida, eres una mujer brillante en lo qué haces tienes mucho que dar… pero sí lo quieres yo más que de acuerdo lo hacemos, amor. 
—¿quieres ser papá?— me mira y asiento. —Pues, espero que lo desees demasiado, porque tal parece que dentro de Mí ya hay un futuro Hoffmann. 
las palabras se repiten en mi mente, ¡Dios! Quiero gritarle al mundo la noticia. Mi mejor creación yace en el vientre de la mujer que amo. 
la beso y la beso hasta que me canso. 
—¿Tú también quieres ser mamá? 

—Claro, es mi deseo más grande, Amor, este será nuestro más grande sueño. Tendremos un hijo. Estoy feliz… 




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