Príncipe de Hielo

Nueva oportunidad

Habían pasado ya varias semanas desde que perdí a  Kang Jeong-Hyun y decidí que era suficiente, ya no podía seguir triste, aún llorando día y noche el no regresaría jamás, me costaría trabajo acostumbrarme a no estar con el, pero sabía que no sería imposible.
Mi familia estuvo para mí, apoyándome en mi duelo. Fui egoísta al no darme cuenta que ellos también sufrían, yo no era la única que había perdido a su prometido, ellos habían perdido a un hijo, a un hermano, y mi egoísmo no me permitía ver eso hasta que dejé de pensar  solo en mí .
El solo hecho de no haber muerto en ese accidente era un regalo de la vida, debía aprovechar esa segunda oportunidad, si había pasado de ese modo era por algo, y haría lo necesario para vivir bien.
No me había dado cuenta que estar siempre con Jeong-Hyun me había limitado a conseguir amistades, era un milagro que alguien ajeno a mi familia se preocupara por mi, como era el caso de Kim Taeyang, salir con él aquella noche me permitió reflexionar sobre lo que estaba haciendo mal, depender de una sola persona no era bueno.

Reconsideré la oferta del presidente Choi Dong-Sun y empezaría a tomar terapia para recuperar la movilidad total de mi cuerpo. Por la mañana bajé a la cocina para desayunar con mi familia.
-Buenos días cariño- habló mi madre de forma amable.
-Hola madre- contesté mientras me acercaba a ella y le dejaba un beso en su frente.
-Toma asiento, tu papá no tarda en bajar- expresó mientras preparaba el desayuno.
Ya reunidos en la mesa les comunicaría lo que haría para regresar a la academia de ballet.
-Ya que estamos todos, quiero decirles que tomaré terapia para recuperar mi movilidad y regresar a la academia- dije con tono firme y seguro.
-¿De verdad?- mi madre dijo aquellas palabras con alegría y un brillo único en los ojos.
-Sí, entendí que aunque mi Jeong-Hyun ya no este conmigo, debo continuar con mis planes, no debo estancar mi carrera o mi vida por una pérdida. Duele mucho pero sé que aprenderé a vivir sin él, se que con esta nueva oportunidad puedo ser feliz- dije finalizando con una sonrisa.
-¿Estás segura?- exclamó mi padre con cierta angustia.
-Sí, estoy segura. Hoy iré a darle la noticia al Presidente- mencioné.
-Eres muy madura para tener 16 hermanita, si Jeong-Hyun te escuchará estaría orgulloso- dijo mi hermano tomando mi mano  mientras me daba una sonrisa alentadora.
-Lo sé, lo haré por ustedes, por él, y por mi- terminando estás palabras iniciamos a desayunar. Era el primer desayuno en mucho tiempo donde platicábamos y reíamos, me sentía agradecida por su cariño.
Me arreglé para ir a la academia, deseaba no encontrarme con Kim Taeyang, después de aquella salida me sentía avergonzada. Mientras me dirija a la oficina del presidente me encontré con una bailarina, la misma que había coqueteado con mi Hyun hace algún tiempo.
-¿Realmente regresaras?- habló aquella chica; era delgada, alta, y su forma elegante de caminar no se comparaba con aquel carácter insoportable que la caracterizaba.
-Así es- respondí con una sonrisa amable.
-Eres increíble, ¿Después de lo que hiciste?- agregó con un gesto molesto arqueando la ceja.
-¿Disculpa?- estaba confundida.
-Deja de fingir, todos sabemos que fuiste tú quien provocó el accidente para quedarte con la fortuna de los Kang- dijo aquella bailarina.
-¿Qué? ¿De qué hablas?- mi tono había cambiado a uno molesto.
-Todos hablan de eso, y no me sorprendería que fuera real, nunca dejaste que nadie se le acercará, solo para tenerlo contigo- habló con un tono más fuerte.
-¿Es por aquella vez que te ví en su oficina?- respondí con un gesto desafiante.
-Por supuesto que no, estás loca- dijo en tono defensivo.
-Deja de molestar entonces- dije con tono seco acompañado de una mirada fría.
-¡No dejaré que vuelvas a bailar!- dijo de forma agresiva.
La ignoré para seguir mi camino, pero ella me arrebató el bastón con el que me apoyaba de imprevisto, era seguro que tendría una caída. De alguna forma me detuve antes de caer, sentí como unos brazos me detenían con fuerza, era Kim Taeyang quien me sostenía, al reincorporarme nuestras miradas se encontraron, en ese momento mi corazón sintió un ligero cosquilleo pero lo ignoré.
-¿Qué crees que haces?- se dirigió a la chica con molestia.
-No te metas Taeyang- se defendió la bailarina.
-¿Quieres que te reporte por agresión física y verbal?¿Eh?- el tono de Taeyang era amenazante.
-No te atreverías- dijo la chica.
- Ponme a prueba- Tae se dirigió a ella con una sonrisa desafiante.
-Piérdete- fue lo único que dijo la bailarina mientras se alejaba con un rostro molesto.

-¿Estás bien?- me preguntó de forma seria y preocupada.
-Sí, gracias... No era necesario que me defendieras- 
-Lo he venido haciendo desde el día del  accidente, ¿Por qué no lo haría ahora?- Respondió con una sonrisa.
-Gracias nuevamente- le dije mientras recibía mi bastón para ir con el presidente.
-¿Otra vez ese bastón? La última vez no fue necesario que lo ocuparas-
-Lo usaré mientras me recupero totalmente, después de analizar mis chequeos descubrí que también tengo una leve fractura en la pierna izquierda- 
-De acuerdo, entonces¿Es verdad?¿Regresaras a bailar?-
-Eso parece- le dije mientras continuaba mi camino.
-Hazlo bien señorita Lee, te veré pronto- dijo mientras me alejaba.

El presidente Choi Dong-Sun me recibió de forma cordial igual que la última vez, estaba agradecido por haber reconsiderado su petición, me dió algunos folletos que recomendaban clínicas para mí reabilitación, la academia cubriría los gastos; sin embargo decidí no aceptar su ayuda, desde que entré a la academia nunca había aceptado ayuda monetaria y no  lo haría ahora. Al terminar de hablar con él me despedí y salí de su oficina.

-Señorita Lee, ¿Estás ocupada- volví a escuchar la voz de aquel chico bailarín.
-¿Disculpa?-
-Vamos a comer algo, yo invito- 
No me dejó responder cuando ya me estaba llevando al restaurante más cercano.
-La comida aquí es deliciosa, tienes que probarla. Los chicos del grupo y yo venimos de vez en cuando después de las practicas- 
-De acuerdo- No tuve nada bueno que decir, ese lugar era nuevo para mi, cuando salía a comer con Jeong-Hyun era a lugares un poco más apartados de la academia.
-Ven, vamos por acá- dijo mientras me llevaba a una mesa. Ordenó algunos platillos, mientras esperábamos me preguntó: -¿Por qué nunca aceptaste salir conmigo antes?-
-¿Eh?- dije con sorpresa.
-Desde que entré a la academia me paresiste una chica muy interesante, así que te dejaba notas en tu casillero para que saliéramos.
-¿Eran tuyas?- dije con una sonrisa en el rostro.
-Sí, pero nunca respondiste-
-Ay, no puedo creerlo, lo que tienes de romántico lo tienes de despistado, nunca pusiste nombre de remitente- dije con cierta gracia.
-¿De qué hablas? Claro que lo ponía.- me dijo con un tono molesto pero lindo a la vez.
-¿Te refieres a las iniciales Kim.T? ¿Cómo esperabas que lo supiera? Hasta hace poco supe cómo te llamabas- dije algo avergonzada pero  divertida por la situación.
-¿No pudiste investigar ni un poquito?-
-No, a mí me gustaba Jeong-Hyun- dije con una sonrisa mientras bajaba la mirada.
-¿Realmente te gustaba?-
-Me gustó desde el día en que lo conocí- aclaré.
-¿Qué es lo que te gustaba de él? Era como un fantasma, sin ninguna expresión, siempre frío y serio, tratando de ser genial.- mencionó Taeyang para después tomar un poco de agua.
Ahora que lo pensaba, era la primera vez que me hacían esa pregunta y francamente nunca había pensado en eso con claridad.
-No lo sé, solo me gustaba y ya- dije con mis mejillas algo coloradas.
-No puede ser, debe haber razones-.
-Bien, él siempre me motivó a ser una mejor bailarina, me trataba de una forma especial, además de que su rostro era perfecto al igual que su personalidad- dije tratando de ocultar el  rubor  de mis mejillas.
-¿De qué hablas? El siempre te trató con frialdad. Además yo soy aún más atractivo- al finalizar esas palabras hizo poses muy extrañas que me hicieron reír.
-Lo sé, el trataba a todos con frialdad, pero no puedes negar que siempre fue un caballero y trataba a la gente con amabilidad- 
-Puede ser, pero... ¿No era muy mayor para ti?-
-No, el me gustaba incluso por ser mayor que yo, no me importó nunca, incluso si el hubiera sido diez años mayor que yo, me habría gustado de todos modos.- 
-Eres realmente extraña señorita Lee- 
-¿Sí?, Eso es algo nuevo-
Nos llevaron la comida a nuestra mesa, así que empezamos a comer mientras Taeyang me hablaba de la academia.
Al terminar me llevó a casa, le agradecí por la comida y me despedí. Después de mucho tiempo no me había sentido así de feliz, incluso a la hora de recordar a mi difunto Jeong-Hyun la tristeza no aparecía y eso me daba gusto porque sabía que iba avanzando. Hablar con Kim Taeyang era divertido ya que era como un niño, todo lo contrario a Hyun puesto que con él la mayor parte del tiempo la pasábamos en lugares culturales como museos, galerías de arte, teatros etc, cabe resaltar que hacer ese tipo de actividades realmente me apasionaba. Mi relación con Hyun era un poco seria, ya que difícilmente me daba muestras de cariño, pero no me importaba lo único que me hacía feliz era estar con él.




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