Prisionera

Prólogo

   Estoy acostumbrada a las miradas y burlas, mi nombre es algo que deja mucho a la mente.

     ¿Acaso su madre estaba ebria?

     ¿Sus padres creyeron que era original?

     Demonios, si fuera ella estaría colgada de una soga.

     Mi nombre tiene mucho significado. Me hace sentir orgullosa de llevarlo, y no me avergüenzo en decirlo cuando me preguntan por el. Pero en ocasiones, es tedioso tener que responder todo el tiempo...

     ¿Que significa?

     ¿Te gusta?

     ¿Piensas cambiarlo?

     Maldición, es mi nombre y ya.

     Mi inicio al primer año de Universidad se acerca. A muchos chicos les entusiasma el regreso a clases. A mí no.

     La Escuela es como un reformatorio pero con un nombre distinto para despistar. No he pasado demasiado tiempo tras las rejas, pero las he visitado un par de veces ya que me han cogido en las carreras.

     En la ciudad suele haber todo tipo entretenimiento, pero, sin duda alguna, el que más llama la atención es el ver un montón de motocicletas juntas competir por llegar a una tonta línea amarilla. Es mucho más exitante que pasar dos horas sentado en una butaca de cine observando cómo un barco se hunde por un estúpido Iceberg que apareció de la nada. Asistir de vez en cuando era usual para mi, e inclusive llegar a correr como acompañante.

     Hago cosas normales. Normales para una chica de dieciocho años...

     —¿No es así?




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