En un mundo donde el primero en llegar a la luna, el primer presidente e incluso el creador de la bombilla eléctrica fue un hombre, era difícil imaginar que la mujer pasara de ser la que se encarga de los labores del hogar a la que crea y produce. Las mujeres se levantaron y comenzaron a luchar por que respetaran su lugar. Pero mi mundo no se trata de demostrar y de escudarme o caminar con la bandera de ¡Soy mujer!, y soy capaz de hacer lo mismo que un hombre. Toda mi universidad, conviví con hombres. No son tan malos como parecen. Aunque he de admitir que a pesar de todas las luchas, las mujeres tienen muchas piedras en el camino porque hombres con esos pensamientos aún quedan muchos.
Dicen que detrás de cada gran hombre siempre hay una gran mujer, vil falasia, nadie va atrás ni adelante, caminamos juntos a una misma dirección.
Desde pequeña amé la tecnología, amé el diseño y los videojuegos, nunca dudé de la carrera que eligiría, nunca investigué sobre otra, simplemente la elegí desde que nací tal vez. Muchos me dicen que nací con una computadora en mano.
Cuando elegí mi carrera, muchas personas se quedaron sorprendidas.
—¿No prefieres algo más de mujer?—Decían mis abuelos, siempre pensaron que sería muy buena como maestra—
—¿Porqué no estudias derecho? Ahí, hay más mujeres —Decía mi mamá, cada mañana mientras tomaba su café.
—No existen las mujeres que desarrollan en el campo laboral, la gran mayoría termina de tester o administradora de proyectos. —Decía mi padre basado en su experiencia en el campo—
—¡Increíble!, pobre niña tonta —Arrugué la hoja que escribí al salir de la secundaria, mientras reía de lo ingenua que era—
Tocan a mi puerta —Tres veces, parece que era algo importante—.
—¡Pasa! —Grité, parece que es importante, nadie viene a visitarme—
—Es el recibo de luz, aquí tiene señorita. —Me da la papeleta y se me queda viendo por dos segundos.
—Emm —Piensa y tartamudea— ¡Hola!, otra vez se equivocaron y dejaron tú recibo en mi departamento, creo que son cosas del destino ¿no crees? —Se tocaba la cabeza mientras hablaba, me pregunto si es un tic o algo así. —¿Cómo está tú día?, digo, sé que estás ocupada, osea, tú siempre lo estás, pero bueno, quizá hoy podamos salir y tomar un café, o tal vez no, si no tienes tiempo no es necesario, pero podría funcionar. —Me pregunta aquél chico que he visto un par de veces en los pasillos del departamento cuando me dirijo a mi cocina.
—No. Estoy ocupada, gracias por el recibo —Cierro la puerta y continúo con mi trabajo.
Anzel, Anzel, Anzel —Me llamo a mi misma para poder retomar mi proyecto después de tremenda distracción innecesaria. El día de mañana se inaugura el tercer piso de Gamington. Esto tiene que estar listo a como de lugar.
3:05 a.m. , miro el reloj —Creía que era más tarde, hoy acabé demasiado temprano.
Me recuesto en mi hamaca, y mis pies empujan la pared para poder obtener un poco de aire fresco.
(Capítulo 1 por terminar)