Me llamo Andrea y esto es lo que les tengo que contar. El 25 de febrero mis papás se divorciaron, mi papá se fue de la casa y se llevó a mi hermana mayor de 19 años, yo tengo 17, ellos siempre han sido muy cercanos y pues yo me quedé con mi mamá en la casa de mi abuela, hace cuatro semanas que estoy llorando por la horrible situación que estoy viviendo, tengo muchos sentimientos encontrados y no sé cómo controlarlos.
Tengo muchas sensación de vomito en las mañanas y en las noches, lo que quizá me ayuda un poco a calmar la rabia que tengo por los asquerosos problemas que pasa mi familia, me quedo despierta hasta las 3 o 4 de la mañana, lo que me ocasiona ir al baño y vomitar todo lo que comí en el día.
Vivo llorando a cada momento, solo cuando voy al colegio me olvido un poco de mi papá, mis mejores amigas Nadia y Michel siempre me apoyan pero no saben cómo realmente me siento, tengo un novio que ya ni caso me hace, todos los días discuto con mi abuela porque ella está sospechando de lo que hago, dice que estoy loca, que llevo a satanás dentro de mí y que me van a internar en un centro de rehabilitación, mi mamá trabaja todo el día y no le toma importancia lo que la abuela le dice.
-¿hola mamá donde está Andrea? -preguntó mi mamá, a mi abuela-
-ay no sé hija, a mí no me preguntes, seguro está en su cuarto vomitando o llorando, así se la pasa todo el día-respondió mi abuela de mala gana-
-mamá, por favor deja de ser tan dura con ella, es una adolescente y está muy afectada por todo lo ha pasado, extraña a su papá, a su hermana, es normal que llore y no creo que vomite, aunque haya bajado de peso debe ser por la pena.
-bueno, luego no digas que no te avisé-mi abuela se sentó en el sillón grande-
-voy a despedirme de ella, tengo que regresar al trabajo.-dijo mi mamá mientras subía las escaleras-
Ok ahora viene lo fuerte, me olvidé de dejar la puerta de mi cuarto con llave y pues sí, mi mamá entró a buscarme y yo estaba en el baño vomitando después de haber comido chocolates y esto fue lo que pasó.
-¿Andrea? Cariño vine por unos papeles, pero ya me regreso al trabajo, ¿Andrea? -buscó por el cuarto, yo no la escuché por el sonido que había en mi cabeza-Andrea!!!! ¡Por dios que te pasa que estás haciendo!! – intentó tocarme-
Mi abuela al escuchar los gritos subió a chismosear... digo, a ver lo que pasaba.
-¿mamá qué haces aquí?- me aparté de ella para que su mano no me alcanzara-
-¿Andrea qué pasa contigo? ¿Por qué haces esto? – se le cayó algunas lagrimas-
-te lo dije, pero tú no me quisiste creer- mi abuela hablaba desde de la puerta mirando sarcásticamente-
-tú cállate abuela-grité- lo único que haces es llenar de odio a mi mamá hacia mi papá por tu culpa ellos se separaron, ya estarás contenta – le dije llorando y desesperada. Necesitaba sacar todo lo que poco a poco se fue acumulando dentro de mí.
-Andrea no le hables así es tu abuela! –señaló mi mamá- ¿Qué pasa contigo? Últimamente estás muy rebelde, no comes, has bajado tus calificaciones, bajaste de peso ahora entiendo porque.
-¿enserio mamá?-reí irónicamente- ¿Enserio me preguntas que me pasa?, después de divorciarte de mi papá dejar que se lleve a mi hermana y luego me dejas sola en la casa todo el día con la abuela, que lo único que hace es regañarme por todo , cuando regresas del trabajo no me preguntas si ya comí o si ya hice las tareas o que tal me va en el colegio , no mamá no lo haces.
Ella lloró, me abrazó, me dijo el típico -todo va a estar bien, te pondrás bien, buscaremos ayuda y lograremos ser mejores- me quedé dormida en sus brazos después de llorar.
En la tarde me desperté muy tranquila, pensé que mi mamá me ayudaría a salir de eso que estaba pasando, bajé a la cocina para almorzar y encuentro a mi mamá a mi abuela y a una señora muy bien arreglada y con algunos papeles en la mano.
-Andrea que bueno que llegas –sonrió mi madre al verme-te presento a Sara ella trabaja para un centro de rehabilitación donde ayudan a jovencitos con problemas, estábamos pensando en que ella te podía ayudar.
-hola Andrea, soy Sara y sí, lo que dice tu mamá es cierto, podemos ayudarte si tienes algún problema.- estiró la mano para saludarme.
-mamá, pensé que tú me ayudarías y que juntas saldríamos de esto.-ignoré por completo el gesto de Sara-
-y lo haremos cielo, lo haremos, pero para eso necesito que recibas la ayuda que brinda Sara, este será el primer paso para nuestra nueva etapa, yo iré a verte los días de visita y saldrás conmigo cuando quieras, pero amor, necesito que aceptes esta ayuda, hazlo por mí, pero sobre todo hazlo por ti.-estiró los brazos tocándome los hombros-
-mamá no quiero separarme de ti por favor, pídeme lo que sea menos alejarme de ti, te prometo que ya no vomitaré mas, le haré caso a la abuela, sacaré buenas notas, pero porfa no me alejes de ti, ya me alejé de papá y de mi hermana, no soportaría estar lejos de casa- rogué
-tienes que ir, tienes que hacerlo para que te quiten al demonio que ha invadido tu cuerpo, arrepiente, acércate mas a dios, confiesa todos tus pecados- comentó mi abuela-tienes que hacerlo, no le causes daño a tu mamá.
No le causes daño a tu mamá...
No le causes daño a tu mamá... eso se repetía muchas veces en mi cabeza. ¿yo, le estaba causando daño a mi mamá? Me pregunté, y detestaba la idea de ir a ese centro de rehabilitación y también detestaba saber que mi mamá sufría por mí.
-tú mama podrá ir a verte 1 ves a la semana y si te portas bien vendrá 2 veces, para que puedan recibir terapia juntas, todo depende de ti Andrea –Sara dijo amable- lo que estás pasando todo depende de ti.
Pues si todo dependía de mí, no tenía idea de como depender y arreglar aquella situación que de cierto modo afectaba a mi familia.
-¿qué dices cariño? ¿Lo harías, lo harías por mí y por ti cielo?- me miró con lagrimas en los ojos me dio tanta tristeza verla sufrir por mi culpa y me decidí-