-Prohibido Enamorarse-

C - 20

Llegué a mi cuarto y me senté a leer el libro pasé horas leyendo aquel libro, que quedé con una parte <el primer paso para mejorar es aceptar, aceptar tus errores y las cosas que haces mal> palabras que me dieron mucho aliento.

Era hora del almuerzo y como era de costumbre Camila llegaba para bajar juntas, ya que por lo que estaba pasando entre Santiago y yo, él se alejaba en la hora que Camila y yo estamos juntas.

Llegamos al comedor, nos sentamos junto al resto, Santiago, Jhon, Daniel y Luisa nos sentamos junto a ellos.

-hola chicos, como están-habló Camila, todos respondieron con un hola- tengo que contarles algo-sonrió emocionada-

-¿los números?- dijo Santiago gracioso-

-no, pasaré otro fin de semana con mis papás- volvió a sonreír emocionada-

-qué lindo Cami me alegro mucho por ti- le sonreí-

-eso es algo bueno, tu amas pasar tiempo con ellos-agregó Jon-

-¿eso quiere decir que te irás otro fin de semana?- preguntó Santiago alzando una ceja-

-sí-alargó- pero solo es fin de semana- y esta vez ustedes me llevarán- alzó la cabeza victoriosa-

-¿ustedes quienes?- pregunté confundida-

-tú y Santiago -obvio se refería a mí-

-¿yo y Andrea?-nos señaló a lo que Camila asintió con la cabeza-

-se comerán vivos y si no se matan tienes suerte -añadió Luisa y todos rieron ante su comentario, menos yo y Santiago que mirábamos con cara de desagrado-

-no, no hay forma que él y yo estemos en un solo lugar, no, no lo acepto- me crucé de brazos-

-ay por favor solo me llevarán a mi casa y me recogerán-Camila nos miró- háganlo por mí, es la primera vez en un año que pasaré un fin de semana con mis papás- me dio penita - por favor- su mirada suplicaba a gritos que la llevemos-

-ya no me mires así, está bien te llevaré-dijo Santiago rendido-

-sí, ya ves, él te llevará, tranquila,-ella se regresó a verme-

-es que le dije a Sara que los dos me llevarían y así conocían a mis papás y ellos a ustedes, pero si no quieren dejar de lado sus diferencias está bien- giró las llantas de su silla de ruedas y las dirigió hacia la puerta –

-Camila espera- Santiago intentó detenerla, se regresó a verme y dijo- ¿a que le temes Andrea?- miró retándome, me dio rabia me paré y puse las manos sobre la mesa y le dije mirándolo fijamente-

-a nada- fui atrás de Camila me puse delante de ella y le dije- sí vamos a ir contigo-

-Camila se inclinó a abrazarme- gracias-susurró-

Llegué a mi habitación, pensé y pensé, en verdad quería mejorar ya quería estar sufriendo por cosas que se podían solucionar, se me hacía raro pensar que iba a ir con Santiago, yo que trato de alejarme de él y a Camila que se le ocurre que los dos la llevemos <¿Por qué los dos? ¿Porque?, pero está bien la llevaremos y no diré ni una sola palabra en todo el camino> pensé.

Era sábado y ya estábamos listos para partir a la casa de Camila, yo llegaba y me encontré con Sara y juntas fuimos al auto que nos habían dado del centro de rehabilitación para llevar a Camila.

-ok chicos, esto no es algo que solemos hacer con frecuencia de enviar a los internados juntos-hablaba Sara-solo que se trata de ustedes y hay excepción, Santiago con cuidado y con responsabilidad por favor, los papás de Camila los estarán esperando en la puerta de su casa- nos habló parada fuera del auto.

-sí Sara, tu tranquila, estaremos bien- dijo Santiago mientras subía a lugar del piloto en el auto-

-muchas gracias Sara, regresaré el lunes- le sonrió desde la parte del copiloto a lado de Santiago-

-adiós chicos-se despidió Sara, levantó la mano- ah por cierto Andrea y Santiago menos de las 4 ustedes ya deben de estar aquí-ordeno-y por favor no se maten-añadió graciosa-

-no te preocupes Sara aquí estaremos- le dije desde el asiento trasero del carro-

El auto arrancó, sonreíamos nos reíamos de nosotros mismos y sin creerlo me estaban enseñando que la vida si tiene sentido pero hay que buscarlo hasta encontrarlo, pasarla bien era uno de ellos, Santiago en algunas ocasiones me veía por el espejo sonreía y su mirada volvía a la carretera, era increíble como la pasábamos tan bien en unos minutos.

Llegamos a la casa de Camila, nos estacionamos al frente de una casa muy linda color blanco con celeste de 2 pisos, tenía un hermoso jardín por afuera lleno de rosas y flores, en la puerta estaban los papás de Camila, la mamá con el cabello rubio suelto hasta el cuello vestía una chompa rosada acompañada de un abrigo encima, un pantalón negro hasta la cintura el cual se amoldaba perfecto a su cuerpo y unos botines marrones, el papá tenía unos gens junto a una chompa gris y unos zapatos negros, ellos nos esperaban en la puerta de su casa, Santiago ayudó a bajar a Camila quien sonriente abrazó a su papás y nos presentó.

-ellos son Andrea y Santiago- dijo Camila sonriente señalándonos- chicos ellos son mis papás Carlos y Melania.

-es un gusto señores- los saludé con la mano, traté de mostrar mi mejor cara y ser muy amable-

-es un gusto igual señorita- respondió sonriente su papá-

-un placer-Santiago también los saludó-

-por favor pasen, acá afuera hace mucho frio-la mamá de Camila nos invitó a pasar.

Por dios aquella casa era muy linda, es pequeña pero muy bien acomodada y ordenada, nos sentamos en los sillones y comenzamos a conversar.

-muy bien chicos- suspiró- de ante mano quiero agradecerles que hayan hecho llegar a Cami hasta mi casa- hacía muchos gestos con las manos, el señor Carlos-

-no señor no tiene que agradecer, nosotros queremos mucho a Cami y lo hacemos con gusto-Santiago respondió-

-qué lindo que se lleven bien, eso es bueno Cami no tiene muchos amigos – sostuvo Melania-volteó a mirarnos sonriente- ¿ustedes son novios?- preguntó.

El escalofrío invadió mi cuerpo y los nervios se apoderaron de mí, Santiago volteó a verme sonrió, que manía la mía de derretirme con su sonrisa.




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