-imposible, ellos se llevan algo mal- Camila nos miró como si supiera lo que había pasado entre Santiago y yo - aunque ya están empezando a tratarse mejor- sonrió-
Pasamos casi una hora hablando y nos invitaron a comer, pero era casi las 4 y teníamos que irnos Sara nos mataría si llegamos después de la hora que nos indicó, nos acompañaron a la puerta.
-me hubiera gustado que se queden más tiempo- dijo la señora rubia despidiéndose-
-regresen cuando quieran- se despedía el señor Carlos, que por cierto me gustaba su voz, era como la de un locutor de radio-
-muchas gracias señores, el lunes estaremos aquí para recoger a Cami- dije mientras me subía al auto- oh Cami- casi no me despido de ella, me bajé y fui a darle un abrazo- adiós te veo en dos días-
-muchas gracias, nos vemos pronto- añadió Santiago mientras se despedía de todos y subió al auto-
La ruta es casi larga así que es mejor dormirme o escuchar música antes que Santiago empiece a hacer preguntas o hablar cosas. Me recosté sobre el asiento y cerré mis ojos, buscando tranquilidad-
-me cayeron bien los papás de Cami-rompió el silencio que nos invadía-
-sí, a mí igual, es una familia muy linda- abrí un ojo al escucharlo hablar-
-muy curiosa la señora Melania al preguntar si somos novios- sonrió burlándose-no entiendo por qué hizo esa pregunta
-yo tampoco entendí- abrí los ojos para recordar la escena-
-no era necesario que te pongas nerviosa- volvió a sonreír, maldita sea! Su sonrisa era tan bella que me dejaba sin aliento, pero, no podía demostrarlo-
-yo no me puse nerviosa, o tal vez sí un poco, tuve miedo que sospechara y le diga algo a Sara y ahí si estuviéramos en problemas-dije con claridad-
-qué más quisiera yo- susurró despacio pero logré escucharlo y rápidamente dijo otra cosa- oh no rayos!- miró al timón-
-¿qué pasa?- lo miré asustada- ¿Santiago que pasa?
-se acabó la gasolina, y no hay grifos cerca para recargar! Nos aremos tarde Sara me matará- respondió algo alterado-
-tranquilo busquemos alguna solución -comenté- ok esperemos que pase un auto y le pedimos teléfono llamamos a Sara y le decimos lo que pasa, ella vendrá por nosotros y ya- traté de calmarlo-
-wau que gran idea Andrea- respondió haciendo gestos sarcásticos- por aquí no transitan muchos carros tal vez uno o dos a la hora, y ese uno somos nosotros-continuó-
-a mí me hablas bien, y no uses tu estúpido sarcasmo con migo, solo trato de darte soluciones- le hablé, pero él no me miraba hasta que le dije eso y se regresó a decirme-
-trato de ser realista Andrea- respondió con el mismo tono, estábamos discutiendo una vez más- no tengo ni idea que vamos hacer ahora.
Preferí callarme antes que explote, él estaba muy alterado y preocupado, así que decidí esperar que se calme, él se bajó del auto y se sentó sobre éste de la parte delantera, se agarraba la cabeza, se sobaba las manos sobre las piernas. Pasó unos 4 a 5 minutos y vi que se volteó a verme, caminó hasta la ventana abrió la puerta me cogió del brazo.
-¿Santiago qué te pasa? Suéltame!- dije sin querer bajar del auto-
-Andrea ven, no te aré nada tranquila- no dejaba de jalarme del brazo- ven quiero hablar contigo.
Bajé y nos paramos en el mismo sitio donde estaba él hace unos segundos.
-ahora la que está molesta soy yo!- dije haciendo que me suelte- pudiste haberme llamado desde afuera, pero no el niño viene y me jalonea.
-¿si te llamaba hubieses venido?- se paró delante de mí mirándome a los ojos- yo te quería pedir disculpas por cómo te hablé, perdón estaba muy alterado.
-ok te disculparé, pero-alargué- solo si te arrodillas- sonreí divertida-
-oye oye eso es abuso- se acercaba más a mí, yo retrocedía y choqué en el auto ya que no había más espacio atrás-
-entonces no hay disculpas aceptadas- me crucé de brazos-
-y si hago otra cosa como por ejemplo esto- se acercaba más y más cada vez más, y como ya se nos hizo costumbre besarnos después de discutir, ahora procedía el beso, tomó mi cintura con sus manos y sus labios con los míos, yo me sostenía de su cuello, juro que podía pasar el tiempo y no nos dábamos cuenta, miles de autos podían pasar y no los sintiéramos porque solo nos sentíamos los dos, sentía como mis pies se despegaban del piso y empezaba a volar, con Santiago sentía el cariño y el amor que estaba buscando en cualquier persona, me hacía falta que alguien me demostrara de alguna forma su cariño, si mi familia me quería y no lo demostraba Santiago lo hacía por todos.
Mientras nosotros estábamos en nuestro momento, escuchamos una voz que dijo –¡ llévala a un hotel! Acá estamos en la vía pública- era un hombre que venía en auto, rápidamente nos separamos y volteamos a verlo, era un auto que solo traía solo dos asientos en la parte de adelante, Santiago y yo nos miramos.
-no importa lo que haya dicho, si nos ayuda nos vamos con él- asentí al igual que él-
Movimos los brazos y gritábamos –hey!- repetidas veces para que se detuviera cuando lo logramos nos acercamos,
-hola amigo buen día- Santiago le habló por la ventana- nos hemos varado y no tenemos comunicación, ¿nos podrías ayudar por favor?-Santiago se estaba tragando todo su enojo.
Aquel hombre sonreía de una forma enferma me daba miedo- oh pensé que estaban de escapada del colegio por la ropa que traen- respondió, y sí, llevábamos la ropa del centro de rehabilitación- como verán solo tengo asiento para uno- me miró de pies a cabeza hasta llegar a mi ojos- tú podrías venir conmigo- dijo dirigiéndose a mí, Santiago me cogió de los hombros y me hizo retroceder junto a él y le dijo al hombre.
-juntos llegamos y juntos nos vamos, gracias puedes irte, ah y si no te partí la cara por la estupidez que dijiste fue porque necesitaba tu ayuda, así que lárgate antes de que lo haga - le dijo alejándose de él-