Despierto y me encuentro con algo que no veía en mucho tiempo; el sol de las mañanas. Se filtra por el enorme ventanal que habita en la habitación. Con un suspiro me incorporo en la cama mirando detenidamente la habitación, ya que ayer no estaba concentrada en eso. Es espacioso, es cálido, es reconfortante. Es como los brazos de Jasper anoche. Miro la sábana que cubre mi cuerpo y no recuerdo haberme cubierto anoche por lo que deduzco que Jasper fue quien cuido de mi anoche.
No intenté ligar.
No intenté propasarse.
Jasper me respetó en todo momento y eso hace que algo en mi pecho lata con mucha velocidad. Estoy atrapada mientras recuerdo esa calidez y sensación de sentirme protegido, esa sensación que no he sentido en muchísimo tiempo y que quiero volver a experimentar.
Jasper no intento hacer nada conmigo y le estará eternamente agradecida. Mis muñecas se duelen por lo que las miro. Las marcas de las esposas que Benjamín puso en mi ayer aún continúan. No guardé su cena hecha ya que pensé en que llegaría ebrio y tarde, pero me equivoqué y terminé esposada mientras veía como él se divertida con su amiga. Fue de esa manera en que mis muñecas terminaron con este color horrible en ellas. Duelen, pero prefiero esto a que Benjamín se divierta conmigo de una manera sexual.
Me pongo de pie viendo la hora. Mis ojos se abren como platos, es tarde, es casi medio día. Salgo de la cama sintiendo vergüenza. Jasper creerá que soy toda una holgazana, pero la verdad es que tenía mucho sin dormir sin miedo a que Benjamín entre a la habitación y me forzara a hacer algo que no quiero. Tenía tanto sin dormir tranquila sabiendo que esa bestia no se iba a aparecer de repente y me marcaría más. Es difícil no dormir tranquila ni en tu propia casa, bueno, si se le puede llamar casa a ese lugar.
Lamo mis labios y entonces la puerta es tocada por lo que me sobresalto. Arropándome un poco grito un adelante y por ella entra un Jasper quien viste de una manera casual. Mis ojos curiosos lo recorren y me siento avergonzada ¿Qué me pasa? ¿Desde cuándo escanea a un hombre con la mirada? Esas preguntas hacen que me sonroje un poco y que Jasper me mire curioso.
—Buenos días, Allen—dice con una sonrisa—¿dormiste bien?—pregunta mirándome mientras termina de entrar cerrando la puerta.
—Si—susurro avergonzada—gracias—él me da una mirada antes de salir y luego regresar.
—Aquí hay toallas, un cepillo de dientes por si olvidaste el tuyo—me sonríe—da gracias que hoy es tu día libre por lo que no te desperté—asiento—te dejo para que te bañes—sale y doy un suspiro antes de ir al baño.
Cuando entro y me despojo de mi ropa estoy decidida, necesito superarme. Ya no quiero más de esto en mi vida, todo esto en algún momento me va a superar y no quiero volver a caer en la tentación de acabar con mi vida. No cuando estoy descubriendo la manera en la que puedo pintar el lienzo que sigue blanco en espera de color, en espera de cambios en mi vida. Necesito terminar con todo esto.
Quiero luchar, aun con miedos en mi quiero comenzar dando pasos pequeños para lograrlo, pero sé que el primer paso es aceptar que necesito ayuda. Nada de lo que me sucede es normal, sé que no y que debo terminar con eso antes de que toda la situación con Benjamín lo haga conmigo.
Cuando salgo me visto como usualmente lo hago. Respirando hondo salgo de la habitación y camino hacia abajo. La casa es enorme por lo que me distraigo mirando todo con curiosidad, puede que sea muy mirona, pero saber que Jasper vive aquí provoca que quiera perderme en todo para conocer más de él.
—Jasper—lo llamo porque fácilmente podría perderme en esta casa, es enorme.
Jasper aparece en mi campo de visión por lo cual mi mirada cae en él.
—Ven, vamos a desayunar—lo sigo en silencio y todo esto me parece agradable, no estoy asustada, no estoy alerta. Se puede decir que es la primera vez luego de mucho tiempo que me relajo. Me relajo totalmente.
Jasper me sonríe y estoy creyendo que quizás Jasper…
Quizás Jasper me atrae.
Espanto ese pensamiento, eso sería la muerte de ambos. Jasper está prohibido para mí y yo para él, eso jamás debo dudarlo. Eso estaría prohibido para ambos.
Alejo todos esos raros pensamientos, creo que estoy confundiendo todo, creo que es porque Jasper es amable y agradable conmigo, si, debe ser eso. No puedo mirarlo como algo más que un amigo, además de que el ama a otra mujer. Él tiene a Raisa en todos sus pensamientos.
—Allen—pestañeo y lo tengo cerca de mi mirándome a los ojos, muy cerca, mi nombre en sus labios es suave, como si hasta al nombrarme me tratara con delicadeza—Allen—repite, me asusto por lo que trato de retroceder causando que Nuestros labios se rocen por accidente, se rocen lentamente. Abro los ojos con sorpresa y Jasper está igual alejándonos con mucha rapidez. Siento las mejillas increíblemente rojas y no puedo evitar mirar el sonrojo de las de Jasper.
—Yo creo que es mejor que me marche—murmuro alterada tomando mis cosas de manera nerviosa. Muerdo mis labios con una adrenalina alta en mi cuerpo.
—¿Tienes dinero para un taxi?—pregunta Jasper y niego avergonzada.
Él me tiende un dinero que no dudo en tomar, necesito salir de aquí. Acabo de estropearlo todo. Busco mis cosas y salgo sin despedirme. Mi corazón sigue acelerado. Solo fueron segundos, pero sus labios rozaron los míos, aún siento la suavidad de sus labios. Mis manos tiemblan sin razón, no tengo miedo, pero me siento aterrada.
Busco mi celular, pero un auto se detiene frente a mí.
—Allen?—Diana me mira con la boca abierta—sube—avanzo al copiloto y tomo asiento.
—Llévame al grupo de ayuda Diana, ya me di cuenta de que lo necesito—ella me mira antes de que grandes lágrimas desciendan por sus mejillas—voy a tomar terapias con una psiquiatra a escondidas de Benjamín, ya estoy consciente de lo que pasa y Yo necesito acabar con todo este enredo que es mi mente. Quiero vivir sin este temor Diana, quiero ser libre de todas estas cadenas que llevo puestas atándome a él—ella me sonríe de manera temblorosa.
Editado: 24.10.2023