Prohibido para ambos

Capítulo 40

Las últimas semanas han sido una locura total. Con mi denuncia formal pudimos llevar a juicio, tengo que admitir que mirar a Benjamín del otro lado de la sala me mantuvo presa del miedo del cual he sido, pero aún con el miedo en cada partícula de mi cuerpo me mantuve firme mientras declaraba, mientras mostrandon las pruebas y mientras sus ojos lanzaban muchas advertencias que ignorar.

Nunca más le atreveré el poder de tener mi vida en sus manos.

Las declaraciones de los testigos, entre ellos mi terapeuta fueron de vital importancia, admito que muchas veces tuve que aguantar las ganas de correr lejos de ahí que tenía, pero saber que ese infeliz podría volver a lastimarme me dio fuerzas para continuar. No perdería la oportunidad de ser feliz, no otra vez.

Varios días de encuentros porque el abogado que consiguió fue muy bueno, entre esos días pude sonreír de felicidad al ver que conseguí mi divorcio porque las pruebas de su infidelidad hacia nuestro “matrimonio” salieron a la luz. Algunas chicas que él llevó al infierno que llamaban casa declararon a mi favor, algunas en contra. Temí cada encuentro que el juez le diera la libertad a ese infeliz.

Al final Benjamín es condenado a 16 años de prisión por intento de homicidio, abuso sexual, psicológico, verbal y secuestro. Cuando el juez menciona esas palabras siento un alivio que jamás pensé sentir, las lágrimas de felicidad que sueltas en ese momento son unas que jamás había sentido. Benjamín me mira a la distancia con tanto odio que me hiela la piel, sin embargo, ahora sé que jamás podrá hacerme nada ese jodido bastardo.

—Eres mía y aunque esté en prisión seguirás siendo mía Allen, nadie te salvará y procurará huir cuando salga porque te daré caza, ya lo verás—dice cuando pasa por mi lado, los agentes policiacos lo agarran con fuerza y ​​siento la presencia de Jasper a mi lado mientras lo miro fijamente.

—No soy tuya y nunca lo fui, puedes quedarte con los malditos recuerdos, porque hasta de esos yo te borraré, ya nada me atará a ti. No dejaré que tengas el control de mi vida nunca más Benjamín—hablo con voz firme y él mira a Jasper con rencor.

—¡Los mataré a los dos!—grita fuerte—¡los mataré traidores!—siento el brazo de Jasper rodearme.

—Espero que tu celda sea igual que tu corazón, un lugar muy podrido—le lanzo con voz fuerte mientras él pelea con los agentes para venir por mí, pero no tiemblo, me mantengo firme mientras lo veo alejarse a la fuerza.

Cuando desaparece mis piernas no me sostienen y son los brazos de Jasper los que aguantan mi peso, siento que el aire no me falta y que necesito respirar para poder creer que realmente Benjamín ya no estará en mi vida nunca más.

—Allen, ¿estás bien?—la pregunta viene de Jasper quien me sostiene con firmeza y seguridad. Mis labios tiemblan antes de que gruesas lágrimas se deslicen fuera de mis ojos.

—Se acabó—susurro—realmente se acabó—dejo salir un sollozo fuerte.

Años, años de maltrato, de dolor, de miedo, de amargura, de inseguridad. Años queriendo que mi vida termine para poder ser libre, años queriendo que Benjamín desaparezca para siempre. Años siendo víctima de abuso sexual, abuso psicológico. Años de maltratos y golpes, años. Son años que acaban de terminar justo ahora. Siento que mi cerebro está reiniciando porque no sé qué hacer en este momento, solo siento que por fin acabó mi infierno.

—Sí, se acabó—me confirma y como puedo girar para abrazarlo con fuerza. Dios, realmente se terminó y yo aún no puedo con lo que genera esto en mi—ya nada te ata, eres libre totalmente Allen—susurra acariciando mi espalda. Pronto estoy abrazando a mamá, a Diana y dándole las gracias entre lágrimas a Santiago quien fue mi abogado, uno excelente.

—Oh Dios, por fin, esta pesadilla termina—susurro entre el llanto que me ataca cada vez con más fuerza—Dios mío—sonrío por primera vez sintiéndome tan en paz, tan… liviana.

Es como si un peso enorme fuese arrancado de mis hombros y por fin puedo sentirme así. Jasper me mira con orgullo al igual que mis amigos y mi madre. Lo logré, logré terminar con todo este infierno al que por años estuve sometida. Ya no habrá un maldito bastado que lastimará mi piel, mis deseos, que me haga sentir menos. Ya le puse punto y final a eso que tanto me atormentaba.

Ya soy libre.

Entre lágrimas y abrazos ellos me guían fuera del juzgado para poder respirar profundamente.

Libre.

Saboreo esa palabra más de lo que imaginé, hasta ahora soy consciente de cuanto deseaba poder decir realmente que soy libre de él, Dios mío. Sonrío sintiendo mis mejillas húmedas.

Veo que al salir Sabrina viene corriendo hacia mí, hace una semana que pude por fin tenerla, aún estoy bajo supervisión, pero hasta el momento todo el proceso va bien, aunque es gracias a que Jasper mueve sus hilos con los contactos que tiene y que Santiago me asesora muy bien. Siento que mi vida justo ahora está marchando hacia el punto que quiero, hacia el punto que necesito.

— ¿Cómo fue?—pregunta ella mirándome con preocupación. Le regalo una enorme sonrisa como respuesta y ella chilla.

—¡Hay que celebrar esto!—grita Diana abrazándome con fuerza. Cuando se separa de mi corro escalones abajo hasta subirme a orillas de la fuente, ellos parecen sorprendidos de lo que hago, pero solo yo entiendo lo que estoy sintiendo, la felicidad que estoy experimentando.

—¡Soy libre!—grito fuerte, alto, tanto que mis cuerdas vocales duelen, pero eso no me interesa eso ahora no importa porque lo que antes fueron gritos de auxilio que nadie podía escuchar, ahora son gritos de alegría que quiero que todos si Escuchen—¡soy libre!—grito una vez más con una sonrisa.

Miro a Jasper quien se acerca con una sonrisa junto a las personas que amo, personas que me ayudaron, personas que nunca me abandonaron.

 

Jaspe

 

Pensé que yo ya conocía todas las facetas de Allen, pero tal parece que no, que cada día ella me mostrará algo diferente y fui un ingenuo al creer que no caería más por esta mujer, que simplemente no lo iba hacer. Allen tiene la sonrisa más hermosa que alguna vez fuese capaz de ver. Ella brilla tanto ente momento que ninguno es capaz de apartar los ojos un segundo de su cuerpo, de sus ojos brillantes y rebosantes de alegría. De sus labios estirados en una hermosa sonrisa, de sus mejillas sonrojadas haciendo que su rostro sea más hermoso.




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