Prometimos no amarnos

Capitulo 7

  

John y Sarah se habían pasado el día juntos (día que John tenía libre) jugaron videojuegos, vieron una película, un comentario de John los llevó a tener una guerra de almohadas, en ese momento llegó Olivia. 

— ¿Qué está pasando aquí? — preguntó Olivia.

— Estábamos teniendo una pelea de almohadas — dijo John en modo casual.

— Sí — dijo Sarah sacándose una pluma del desarreglado cabello — y yo estaba ganando.

— Eso no es cierto — dijo John.

Sarah le dio un último cojinazo y se burló de él.

— No puedo creer qué sean tan infantiles — les dijo Olivia — deberían aceptar qué ya están grandes para esos juegos.

— Vengo ahora — dijo Sarah — voy al baño.

John se quedó con Olivia en la sala.

— ¿Cómo te fue hoy? — le preguntó John a Olivia.

— Bien — respondio ella — ya sabes mucho papeleo.

— ¡¡John!! — llamó Sarah desde el baño. 

— Dime… — respondio él.

— ¿Podrías venir un momento?

John se paró y fue a la habitación en donde estaba Sarah.

— ¿Pasa algo?

— Necesito que vayas a buscarme toallas.

— …

— Por favor.

— ¿Enserio? — le dijo John — ¿cómo puedes no tener?

— No sabía que estaría aquí tanto tiempo.

— Cómo sea — le dijo John —  deberías ser más precavida con eso.

— No me regañes cuando estoy menstruando… — le dijo — No es mi culpa que me llamaras porque estabas aburrido, tú fuiste quien me dijo que viniera.

— Pregúntale a Olivia si ella tiene.

— Pregúntale tú — le dijo Sarah — me da vergüenza.

— ¿Y conmigo no te da vergüenza?

— No.

— … — John dio un pequeño suspiro y llamó a Olivia.

— Te odio — le dijo Sarah y John se rió un poco.

Olivia llegó a donde estaba el par.

— Sarah quiere saber si tienes toallas sanitarias, ya qué tu si eres una chica normal. — le dijo John.

— … No, no tengo ahora — respondio Olivia un poco incómoda.

— ¿Pero cuando tienes la menstruación andas con toallas verdad? — le dijo John.

— Bueno sí, pero yo no uso esas — dijo Olivia.

Era notorio qué para ella era un tema incómodo.

— John — dijo Sarah — Ya deja de perder el tiempo y ve a la tienda.

 — ¡Bien! — le dijo John en tono de queja — ya bajó a comprarlas.

— Ven rápido que tenemos que ir a ver los apartamentos — dijo Sarah — solo estábamos esperando que Olivia llegará.

John salió y Sarah se quedó sola con Olivia.

— ¿No crees que para John es demasiado incómodo ir a comprar toallas femeninas? — le dijo Olivia a Sarah.

— No creo — respondió Sarah — Aunque la primera vez que lo hizo si parecía avergonzado, pero eso fue hace mucho.

— Aja.

Un pequeño silencio incómodo tuvo lugar entre ellas, Olivia sentía que no podía hablar con Sarah y a Sarah aún no le resultaba cómodo conversar amablemente con Olivia, porque sentía que ella guardaba una distancia.

— No creo que a esta hora podamos ver muchos apartamentos — dijo por fin Olivia.

— No te preocupes — le dijo Sarah — ya seleccione el apartamento; solo falta que John lo vea y firme los papeles.

— ¿Qué? ¿Tú elegiste el apartamento de John?

— Sí — respondio Sarah — él casi no tiene tiempo y me pidió que lo hiciera por él; encontré el apartamento perfecto, vas a ver.

— …

En eso llegó John y le dio la bolsa a Sarah.

— ¿Me trajiste chocolates?

— Sí — respondio John — están en la bolsa; y también papitas sabor limón.

— Te amo.

— ????!!!

John y Sarah se echaron a reír.

— Perdón — le dijo Sarah a Olivia — suena raro, pero es solo una manera de decir gracias.

Sarah se retiró al baño a cambiarse.

— Sé qué lo del te amo es raro — le dijo John a Olivia — pasa qué cuando Sarah era pequeña sus hermanos la enseñaron a decir “Te amo”  en vez de “gracias”…un dia le regale algo y se emocionó y me dijo “te amo”, comencé a burlarme y luego se convirtió en algo nuestro.

— Entiendo — respondio Olivia — pero cuando volvamos tenemos qué hablar de eso.

Sarah salió del baño.

— Mucho mejor — dijo Sarah sintiéndose limpia y fresca — ya podemos irnos.

Llegaron al apartamento y en efecto era perfecto, gran espacio, dos habitaciones, buena vista.

— Tengo qué admitir qué está muy bien — dijo Olivia — tiene una excelente ubicación.

— Me imagino qué harás remodelar la cocina — le dijo John a Sarah.

— Claro — respondio ella —  estará listo antes de qué te mudes.

— Pero la cocina está bien — dijo Olivia abriendo los gabinetes.

— El espacio podría distribuirse mejor — dijo Sarah —  y necesitamos un buen horno, un lavaplatos y otra mezcladora de agua.

— Y un tope mas resistente — agregó John.

Seguían inspeccionando el apartamento.

— Vengan a ver esto — les dijo Sarah parada frente al ventanal.

— La vista — dijo John — ya me fijé, me encanto.

— No es eso — le dijo Sarah — Fijate en ese edificio.

— ¿El quemado y abandonado? — dijo Olivia.

— Si — dijo Sarah — lo compre.

— ¿Para tu restaurante? — le preguntó John.

— Sí — respondio Sarah — el edificio se incendió hace un par de años, me lo vendieron a un excelente precio. 

— …

— …

— ¿Lo quemaste? — le pregunto John en tono de broma.

— Shhh — dijo Sarah — ¡Callate, aquí hay testigos!

Ellos miraron la cara de desconcierto de Olivia y el agente y se echaron a reír.

— Estamos bromeando — dijeron casi al unísono.

— No veremos otra opción — le preguntó Olivia a Sarah.

— Había otro apartamento  — respondio Sarah — y la verdad estaba muy bien.

— ¿Y qué pasó con ese?

— No te lo vas a creer pero el agente se me insinuó, no me sentí muy segura así qué lo descarte.

— Si te diste cuenta no fue qué se te insinuó — le comentó John.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.