John y Olivia estaban cenando en el restaurante y pasando un buen momento hablando y bromeando, ella aun intentaba convencerlo de ir a la boda de su colega del trabajo y el seguía insistiendo en ir al juego de baseball, las boletas ya estaban compradas y tenían un lugar excelente, y estarían sus amigos, era inconcebible cambiar eso por una boda en la que no conocía a nadie.
— Dices que van tus amigos — le dijo Olivia — ¿Eso incluye a Sarah?
— Claro, también van nuestras familias, por eso es que quiero que vayamos.
— Esta bien — dijo Olivia — si es así entonces voy.
— ¿Y qué hay de la boda de tu amiga?
— No es mi amiga.
— … ok… — dijo John.
Ellos estaban probando un restaurante nuevo que había, se lo habían recomendado a Olivia, inmediatamente lo vieron a él alguien lo reconoció, pero no recordaba si era un critico u un gourmet así que de todos modos le dieron el mejor trato y la mejor comida. Era algo que le encantaba Olivia, saber que él infundía respeto, eso la hacía sentir importante.
Por otro lado.
Sarah estaba preparando una sopa, cuando ella estaba cocinando se concentraba hasta el punto de ni siquiera ver qué pasaba a su alrededor a menos que necesitara alguna cosa en cuyo caso los asistentes de cocina debía ser en extremo rápidos para dárselo o ella los regañaría.
Ryan la miraba constantemente y mostraba interés en ella, desde luego eso fue notado por Isaac y los hermanos de Sarah.
Esperaron a que se fueran los comensales se fueran y finalmente cerraron el restaurante después de una larga jornada.
Ryan estaba esperando un taxi fuera del restaurante, Sarah lo vio y detuvo su auto.
— ¿Dónde está tu carro?
— En el taller, lo están pintado, tuve un pequeño accidente este fin de semana.
— ¿Vives lejos de aquí? — le pregunto Sarah.
— No mucho vivo en **** Street.
— Puedo llevarte.
— Claro.
— ¿Por qué tienes una camioneta tan grande?
— Son de mi estilo — dijo ella.
— Ya veo, eres del tipo rudo.
— Un poco.
Sarah no tenía casi ninguna experiencia en el amor, lo más cercano a un noviazgo fue en su adolescencia, fue un acto movido por la curiosidad y aquello termino en pocos días con Isaac amenazando de muerte al muchacho.
Llegaron al destino de Ryan, pero en vez de bajar de la camioneta él la miro a los ojos.
— Sarah — le dijo hace un tiempo que he querido decirte algo.
Sarah se quedó muda y su corazón se aceleró, su familia ya le había dicho que Rayan estaba interesado en ella así que estaba preavisada, pero aun así no se lo esperaba.
— De verdad me gustas mucho — dijo después de una breve pausa — y quería saber si me darías una oportunidad para que nos conozcamos mejor.
Ella era muy despistada así que muy pocas veces supo si alguien estaba interesado en ella, sabía que no era el tipo de mujer que los hombres querían, si, era muy hermosa, pero no era delicada ni femenina, y no tenía interés en serlo. También era muy independiente, le gustaba ser ella sin estar atada a lo que se esperaba de ella, y eso espantaba a muchos. Sin embargo, aquí estaba Ryan confesándole sus sentimientos a pesar de estar consciente de todo lo anterior.
— Me gustas, eres divertida e interesante y hermosa, creo que desde la primera vez que te vi no he podido quitarte los ojos de encima.
Ryan no era muy extrovertido y era divertido y algo tierno, de este modo logró llamar su interés, y ahora que se le estaba confesando, ella no sabía qué hacer.
Sarah no respondió más que abriendo los ojos.
— No tienes que responderme ahora — le dijo Ryan — solo piénsalo.
Sarah llego a su casa y le conto a su familia lo que había pasado, no estaba segura, pero quería darle una oportunidad y dársela a sí misma.
El sábado llegó, la tarde era perfecta John pasó a buscar a Olivia, él estaba vestido con un uniforme de Baseball qué tenían las costuras como de la pelota, una vez llegaron al estadio se dirigieron al punto en el qué se iban a encontrar con el resto del grupo.
— Llegan tarde — les dijo Sarah en cuanto los vio.
Todos estaban vestidos igual o casi igual, es decir las camisas de todos eran del mismo equipo y tenían los mismos colores, pero solo los de John y Sarah tenían esas costuras lo qué llamó la atención de Olivia, entonces se dio cuenta qué se complementaban formando un corazón.
— ¿Y los demás? — preguntó Marcus.
— Hannah no se sentía bien y no pudieron venir — respondio John.
— ¿No ha mejorado? — dijo Sarah. — Creo qué pronto nos dirán qué viene otro bebé.
— Yo pensé exactamente lo mismo — le dijo John — George incluso ya se puso en modo protector.
— Sí siguen como van lo mejor será qué no deje de estar de ese modo — agregó August.
— ¿Tu hermano va a tener otro hijo? — preguntó Olivia
— Eso parece…
— Ya va a comenzar, tenemos qué buscar nuestros asientos — dijo Marcus.
Compraron algo para comer y el Juego empezó.
— ¿Cuánto tiempo estaremos aquí? — preguntó Olivia.
— No lo sé — le dijo John — cada juego dura nueve entradas.
— ¿Cuánto dura una entrada?
John se dio cuenta de qué tenía qué explicarle mucho sobre Baseball a Olivia…
Era un juego reñido, todos gritaban, hacían ruido… John tenía sed así qué sin mas ni mas le quito a Sarah el vaso qué tenía y bebió.
— Oye, no hagas eso — le reclamo Sarah.
— ¿Ya se acabó?
— No — le dijo Sarah — acabamos de empatar, vamos por la parte baja de la cuarta entrada…
Al cambio de entrada John se levantó para ir a comprar algo mas a la cafetería y Olivia fue tras él.
— ¿Vas a bajar? — le preguntó Marcus.
— Sí.
— Tráeme dos Hotdogs, y un refresco.
— Yo quiero unos nachos — agregó August.
— A mi solo el refresco — dijo Sarah — si te lo vuelves beber te muerdo.
— Como si yo no supiera qué se lo robaste a August — le respondio John.
— Ya decia yo qué no lo encontraba — respondio August