Propuesta Millonaria

Capitulo tres

Melissa Wilson
 


 

- Este diseño esta bastante bueno, me encanta.
 


 

- No me importa si te gusta a ti Thomas, necesito la opinión de la clienta pero muchas gracias.
 


 

Se ríe y continúa tomando de su café.
 


 

- Deberías comer, a penas haz tocado tu desayuno.
 


 

- Estoy demasiado ocupada decidiendo cual de estos diseños es mejor para la historia.
 


 

- Me importa un comino. - me quita los papeles y los deja en un estante. - es hora de desayunar, si no quieres comer tú no me importa, lo importante aquí es Junior.
 


 

- ¿Junior?
 


 

- Nuestro hijo, puede ser Juniorcito o Juniorcita, de las dos formas sería hermoso.
 


 

- Esta bien señor cursi, comeré.
 


 

Me sonríe y se sienta frente a mi como estaba hace un momento.
 


- Ayer fuí a ver a Andrew.

- ¿Kouzouni? - mastico mi tostado.

- Si.

- ¿Como esta Alice? Debe estar enorme.

- La vi unos minutos nomas ántes de venir de nuevo al hotel, tuve miedo de cargarla y no lo hice pero me imagine viendo a nuestro hijo de esa manera.

- Te despertaste muy cursi hoy ¿no es así?

- Tuve una buena noche. - me guiña un ojo a lo que me sonrojo.

(...)

- Melissa, son hermosos, no se cúal me gusta más.

Sonrío viendo a Claire, es tan tierna.

- Vamos, debe haber uno que te guste más que el otro por algún minimo detalle.

Se queda rato mirando ambos diseños hasta que sonríe y señala uno, mi favorito.

- Tiene el detalle de la rosa aquí y va todo perfecto con mi historia.

- Entonces ese será, ha sido un placer trabajar contigo Claire, ojala todo salga perfecto.

- Es un sueño hecho realidad que mi libro vaya a salir en fisico dios mio.

- Me imagino, que todos tus deseos se cumplan y ahora, bueno, tengo toda la semana libre aquí en Estados Unidos ¿que lugares me recomindas visitar?

(...)

- Thomas, tengo un antojo.

- ¿Qué? ¿De qué? ¿Pizza? ¿Con peperonni o si el?

- No, ositos de goma, hay una tienda de dulces aquí a media cuadra, compra muchos.

- Si sigues comiendo cosas dulces en vez de un bebé saldrá una bolsa de azúcar.

Me rio y salto sobre él llenandolo de besos.

- Por favor, serás un excelente padre si cumples los deseos de Junior como cumples los míos en la cama.

- Mm... estamos juguetones ¿no es así? - me pellizca el culo. - iré, pero en la noche saldremos, Andrew me recomendó un lugar dónde hacen las mejores pizzas.

- Esta bien pero ve a por mis ositos de goma o de lo contrario no habrá postre para ti luego de esas pizzas.

- Corriendo. - me besa y me deja sobre la cama cuidadosamente para luego salir de la habitación.

Normalmente no somos así de calentones pero al parecer el embarazo me pone de esta manera y, por supuesto, que él lo disfruta.

Parezco una maldita adolescentes con las hormonas tan descontroladas.

(...)

Disfruto de mis osos de goma mientras esperamos a que nos traigan la pizza que ordenamos.

- Tengo un viaje a Argentina en dos semanas ¿quieres acompañarme?

- Thomas, me encantaría acompañarte pero, al contrario de ti, yo no soy mi propio jefe y no puedo darme ese privilegio de faltar una semana al trabajo.

- ¿Olvidas que tu jefe es mi amigo?

- No uses tus influencias con Mattew para conseguir lo que quieres.

- Irás conmigo, no te olvides de eso.

Maldito egocentrico.

- Iré al baño, si al volver me falta tan solo un oso de goma eres hombre muerto Drew.

Al entrar al baño hay solo una mujer viendose al espejo y arreglando su maquillaje.

- Buenas noches. - me sonríe, tiene un acento muy parecido al mío.

- Buenas noches. - correspondo a su sonrisa, parece una mujer agradable.

Camino hacia un cubiculo pero soy detenida por golpes fuertes en la puerta y unos gritos masculinos del otro lado.

- Maeve, sal ya mismo de ahi, haz tardado demasiado y me estas haciendo enfurecer mujer.

La mujer a mi lado se pone palida y corre silenciosamente hacia mi.

- Por favor, tengo que salir de aquí. - susurra.

- ¿Que sucede?

- Maeve, tiraré la jodida puerta.

- Te lo diré pero primero sacame de aquí.

- No hay salida pero tengo una idea. - le sonrío calidamente y la acompaño hacia el cubiculo. - haz silencio y levanta tus piernas para que no se vean.

Se escucha la puerta ser violentamente abierta y mi corazón comienza a latir velozmente contra mi pecho pero me preparo para la actuación.

Vamos Melissa, fueron tres años en la escuela se actuación, de algo te debió servir.

Salgo del cubiculo con rostro escandalizado.

- ¿Quien eres? ¡Sal de aquí! Es el baño de mujeres.

- ¿No hay nadie más aquí?

- Por supuesto que no, cuando entre no habia nadie y me encantaría que continúe de esa manera ¿Puedes salir grandote? Me incomoda, debo hacer de lo segundo y contigo aqui todo se me complica.

- ¿No viste salir a una mujer rubia, con curvas generosas y rostro palido levemente maquillado?

Frunzo el ceño. - No, no he visto a nadie salir, cuando entre ya no había nadie aquí, al parecer tu cita huyó.

- Maldita perra.

- ¿Puedes salir? - lo miro impaciente.

- Esta bien, lo siento hermosa, ¿te gustaría acompañarme a cenar? Como disculpa por mi comportamiento. - baja su mirada por todo mi cuerpo.

- Lo único que te acompañará a cenar será mi puño si no sales de aquí amigo. - joder Thomas.

- Lo siento no sabía que era tu mujer iré a por la mía. - y sin más sale.

Bueno, tan hombre no es al parecer.

- Vine a ver por qué tardabas tanto.

- Tenemos un problema Thomas ¿podemos llevarla al hotel? Necesita de nuestra ayuda, no podemos dejarla aquí. - señalo el cubiculo.



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En el texto hay: amor, miedos, embarazo

Editado: 15.08.2021

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