Propuesta Millonaria

Capitulo diez

Thomas Drew
 


 

Noto a Melissa un tanto extraña durante el almuerzo, creo que la actitud de Claudia la molestó. 
 


 

Tomo su mano por debajo de la mesa y le sonrío dulcemente. 
 


 

- ¿Estas bien?
 


 

Ella asiente y suspira.
 


 

Para el momento del postre nos traen flan con un baño de caramelo, se ve riquísimo y seguramente a Melissa le encantará.
 


 

Pero en el momento en el que Hope le pone el plato frente a ella se tapa la boca y se levanta de la mesa.
 


 

- Lo siento. 
 


 

Va hacia el baño y yo la sigo mientras escucho de fondo a mi mamá pidiéndole a Hope que cambie los postres por alguna otra cosa que haya en la nevera.
 


 

Al llegar al baño le sujetó el cabello mientras ella vomita.
 


 

- Esta bien cariño, sueltalo todo.
 


 

Al cabo de un rato levanta la cabeza y la ayudo a levantarse del piso, se acerca al lavamanos y comienza a enjuagarse la boca.
 


 

- Jodidas náuseas. - me mira a través del espejo y le regalo una sonrisa.
 


 

- Lo se, el médico dijo que en unos pocos meses se irían.
 


 

Asiente y caminamos de la mano hacia el comedor nuevamente.
 


 

- Lo siento. - es lo primero que dice a penas llegamos.
 


 

Mi madre le sonríe dulce.
 


 

- Yo pase por eso dos veces cariño, era un desastre de nauseas y antojos.
 


 

Mi padre asiente.
 


 

- Casi la dejo de todas las veces que vomitaba.
 


 

Con Melissa nos sentamos nuevamente en el lugar que estábamos ocupando hace un rato y me río.
 


 

- Hoy me vomitó el auto, casi la asesino. 
 


 

Todos en la mesa se ríen y Melissa se encoje a mi lado.
 


 

- No pude controlarlo.
 


 

- No te culpes cariño, esas cosas pasan.
 


 

Claudia y Hope sirven nuevamente el postre, esta vez es gelatina con unos frutos silvestres al lado.
 


 

Involuntariamente Melissa suelta un pequeño jadeo.
 


 

- Eso se ve riquísimo. 
 


 

Me río porque es algo simple pero a ella tal parece que le encanta.
 


 

Hope le pone el plato delante a Melissa y le pregunta que tal se sentía y que si tenía algún antojo no dude en pedirle.
 


 

Esa chica tiene el cielo ganado de lo amable que es.
 


 

Claudia me lo sirve a mi y prácticamente me restriega sus pechos en el rostro a lo que frunzo el ceño para alejarme lo más que puedo.
 


 

- Gracias.
 


 

- Un placer señor Thomas.
 


 

Al momento que se va siento una patada debajo de la mesa, levanto la mirada y me erncuentro con el ceño fruncido de Alexia.
 


 

- ¿Que mierda fue eso? - mueve sus labios pero no hace sonido alguno.
 


 

- No lo sé, está loca. - le respondo del mismo modo.
 


No me responde y se queda mirando la puerta de la cocina con el ceño fruncido, se lo que piensa y no tengo problema en que lo haga.

La mujer a mi lado coloca su mano en mi rodilla y la aprieta levemente, volteo la vista hacia ella y me sonríe, le devuelvo la sonrisa debido a que tiene un trozo de gelatina a un costado del labio.

Se lo limpió.

- ¿Todo bien?

- Si cielo, no te preocupes.

Asiente y sigue enfocada en su postre, mamá y papá la observan con dulzura.

- No me quiero imaginar lo mimado que va a ser tu hijo Melissa. - habla Alexia.

- ¿Por? - se lleva una fruta a la boca.

- ¿No ves como te miran mis padres? Y eso que él esta en tu vientre aún, mi sobrino no va a conocer un "no" por respuesta.

Mel se ríe y asiente.

- No van a ser los únicos que lo van a consentir.

Mi papá es el que habla ahora:

- ¿Tus padres ya están enterados del embarazo?

- Por supuesto que lo están cariño, ¿o te olvidas que fueron a visitarlos el fin de semana? - la que le responde es mi mamá.

- Claro pero le preguntaba a Melissa, ¿cómo reaccionaron cariño?

- Bastante bien, aunque hay un detalle de esa visita... - me mira de reojo y asiento, tengo que decirles ahora o me asesinaran.

- Nos casamos en dos meses, quizá en menos tiempo.

Mis padres me miran boquiabiertos.

- Pero si apenas nos has avisado del embarazo, ¿ahora un casamiento?

- Mi padre es un tanto chapado a la antigua y Thomas no quiso quedar mal, ni siquiera me lo había pedido así que cuando lo dijo tuve la misma reacción que ustedes.

Mi mamá me mira y se ríe.

- Cariño, ¿y si Melissa no quería?

- Y no quería mamá, la tuve que convencer.

Le guiño un ojo y todos en la mesa se ríen.

Tras pasar la tarde en casa de mis padres dejó a Melissa en mi departamento y me voy a la empresa, tengo una reunión dentro de media hora.

Al llegar ninguno me habla, me dirijo directamente hacia mi secretaria.

- Señorita Lombardi, ¿algo que haya pasado durante mi ausencia?

- Nada muy importante señor, solamente la junta que es dentro de diez minutos, todos sus socios ya se encuentran en la empresa.

Asiento.

- Gracias.

Me dirijo a la sala de juntas y cono todos ya se encuentran allí decido empezar con la reunión antes de tiempo pero cuando vamos a mitad de junta recibo una llamada.

Es Melissa por lo que pido que me perdonen y salgo a contestarle.

- ¿Si cielo?

- ¿Que es esa mierda de que hablaste para que me dieran dos malditos años libres de mi trabajo?

Mierda.

- Estoy en una reunión importante cielito, cuando vaya a casa lo hablamos.



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En el texto hay: amor, miedos, embarazo

Editado: 15.08.2021

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