Thomas Drew
Noto a Melissa un tanto extraña durante el almuerzo, creo que la actitud de Claudia la molestó.
Tomo su mano por debajo de la mesa y le sonrío dulcemente.
- ¿Estas bien?
Ella asiente y suspira.
Para el momento del postre nos traen flan con un baño de caramelo, se ve riquísimo y seguramente a Melissa le encantará.
Pero en el momento en el que Hope le pone el plato frente a ella se tapa la boca y se levanta de la mesa.
- Lo siento.
Va hacia el baño y yo la sigo mientras escucho de fondo a mi mamá pidiéndole a Hope que cambie los postres por alguna otra cosa que haya en la nevera.
Al llegar al baño le sujetó el cabello mientras ella vomita.
- Esta bien cariño, sueltalo todo.
Al cabo de un rato levanta la cabeza y la ayudo a levantarse del piso, se acerca al lavamanos y comienza a enjuagarse la boca.
- Jodidas náuseas. - me mira a través del espejo y le regalo una sonrisa.
- Lo se, el médico dijo que en unos pocos meses se irían.
Asiente y caminamos de la mano hacia el comedor nuevamente.
- Lo siento. - es lo primero que dice a penas llegamos.
Mi madre le sonríe dulce.
- Yo pase por eso dos veces cariño, era un desastre de nauseas y antojos.
Mi padre asiente.
- Casi la dejo de todas las veces que vomitaba.
Con Melissa nos sentamos nuevamente en el lugar que estábamos ocupando hace un rato y me río.
- Hoy me vomitó el auto, casi la asesino.
Todos en la mesa se ríen y Melissa se encoje a mi lado.
- No pude controlarlo.
- No te culpes cariño, esas cosas pasan.
Claudia y Hope sirven nuevamente el postre, esta vez es gelatina con unos frutos silvestres al lado.
Involuntariamente Melissa suelta un pequeño jadeo.
- Eso se ve riquísimo.
Me río porque es algo simple pero a ella tal parece que le encanta.
Hope le pone el plato delante a Melissa y le pregunta que tal se sentía y que si tenía algún antojo no dude en pedirle.
Esa chica tiene el cielo ganado de lo amable que es.
Claudia me lo sirve a mi y prácticamente me restriega sus pechos en el rostro a lo que frunzo el ceño para alejarme lo más que puedo.
- Gracias.
- Un placer señor Thomas.
Al momento que se va siento una patada debajo de la mesa, levanto la mirada y me erncuentro con el ceño fruncido de Alexia.
- ¿Que mierda fue eso? - mueve sus labios pero no hace sonido alguno.
- No lo sé, está loca. - le respondo del mismo modo.
No me responde y se queda mirando la puerta de la cocina con el ceño fruncido, se lo que piensa y no tengo problema en que lo haga.
La mujer a mi lado coloca su mano en mi rodilla y la aprieta levemente, volteo la vista hacia ella y me sonríe, le devuelvo la sonrisa debido a que tiene un trozo de gelatina a un costado del labio.
Se lo limpió.
- ¿Todo bien?
- Si cielo, no te preocupes.
Asiente y sigue enfocada en su postre, mamá y papá la observan con dulzura.
- No me quiero imaginar lo mimado que va a ser tu hijo Melissa. - habla Alexia.
- ¿Por? - se lleva una fruta a la boca.
- ¿No ves como te miran mis padres? Y eso que él esta en tu vientre aún, mi sobrino no va a conocer un "no" por respuesta.
Mel se ríe y asiente.
- No van a ser los únicos que lo van a consentir.
Mi papá es el que habla ahora:
- ¿Tus padres ya están enterados del embarazo?
- Por supuesto que lo están cariño, ¿o te olvidas que fueron a visitarlos el fin de semana? - la que le responde es mi mamá.
- Claro pero le preguntaba a Melissa, ¿cómo reaccionaron cariño?
- Bastante bien, aunque hay un detalle de esa visita... - me mira de reojo y asiento, tengo que decirles ahora o me asesinaran.
- Nos casamos en dos meses, quizá en menos tiempo.
Mis padres me miran boquiabiertos.
- Pero si apenas nos has avisado del embarazo, ¿ahora un casamiento?
- Mi padre es un tanto chapado a la antigua y Thomas no quiso quedar mal, ni siquiera me lo había pedido así que cuando lo dijo tuve la misma reacción que ustedes.
Mi mamá me mira y se ríe.
- Cariño, ¿y si Melissa no quería?
- Y no quería mamá, la tuve que convencer.
Le guiño un ojo y todos en la mesa se ríen.
Tras pasar la tarde en casa de mis padres dejó a Melissa en mi departamento y me voy a la empresa, tengo una reunión dentro de media hora.
Al llegar ninguno me habla, me dirijo directamente hacia mi secretaria.
- Señorita Lombardi, ¿algo que haya pasado durante mi ausencia?
- Nada muy importante señor, solamente la junta que es dentro de diez minutos, todos sus socios ya se encuentran en la empresa.
Asiento.
- Gracias.
Me dirijo a la sala de juntas y cono todos ya se encuentran allí decido empezar con la reunión antes de tiempo pero cuando vamos a mitad de junta recibo una llamada.
Es Melissa por lo que pido que me perdonen y salgo a contestarle.
- ¿Si cielo?
- ¿Que es esa mierda de que hablaste para que me dieran dos malditos años libres de mi trabajo?
Mierda.
- Estoy en una reunión importante cielito, cuando vaya a casa lo hablamos.
Editado: 15.08.2021