Propuesta Millonaria

Capitulo once

Melissa Willson
 


 

¡Me cago en tus antepasados Thomas Drew!
 


 

Le he dejado bien en claro que no debía meterse en mi trabajo, pues bien, me meteré ahora yo en el suyo.
 


 

Me arreglo un poco y salgo escopetada hacia su estupida empresa.
Espero que con lo que voy a hacer le quede bien en claro que conmigo no debe meterse y con mi empleo mucho menos.
 


 

Me dejan pasar al instante ya que saben quien soy, he venido tantas veces, subo hacia su piso y me dirijo a su secretaria.
 


 

– Clary hola, ¿dónde está el idiota de tu jefe?
 


 

Ella me sonríe dulce, es un amor de mujer.
 


 

– Hola Mel, se encuentra en la sala de juntas pero puede esperarlo aquí, le traigo un café.
 


 

– Hazme un té mejor que no puedo tomar café, ahora vengo, iré a cobrarme una.
 


 

Me mira con el ceño fruncido y comienza a gritarme al momento que cruzo al pasillo para dirigirme a dicha sala.
 


 

Oh no Clary, no hay nadie que me detenga.
 


 

Abro la puerta fuertemente y todas las miradas de los presentes son dirigidas hacia mi, el rostro pálido de Thomas resalta entre ellas.
 


 

Oh cariño, no debiste meterte con mi empleo.
 


 

– ¡Buenas tardes muchachos! Me alegra poder presenciar su junta pero necesito al imbecil que tienen por jefe en estos momentos.
 


 

– Señorita creo que no debería estar aquí. - me habla un hombre de unos 40 y pico de años.
 


 

Podría llegar a ser intimidante pero con el humor que traigo nada me intimida.
 


 

– Creo que no me presente, soy Melissa Wilson, futura madre del primogénito de tu jefe. Más respeto como te diriges a mi y ahora, Thomas ¿quieres salir o quieres hacer una escena más incómoda frente a tus empleados?
 


 

Lo veo tragar saliva.
 


 

– No puedo dejar la sala ahora, hablamos luego te he dicho. - en su mirada me pide por favor que no arruine su reunión.
 


 

Pero ¿saben que? Me importa un pepino, él arruinó mi empleo.
 


 

– No me iré hasta no hablar contigo, si quieres hablamos aquí.
 


 

Suspira pero finalmente se levanta de la silla.
 


 

– Vengo en cinco minutos muchachos.
 


 

Ambos salimos al pasillo, Clary no me ha seguido por lo que me la hizo muy fácil.
 


 

Una vez estamos solos le doy vuelta la cara de una bofetada, me mira horrorizado.
 


 

– ¿Que demonios te sucede? ¿Interrumpes una reunión importante para mi empresa y luego, para colmo, me golpeas?
 


 

– ¿Que mierda te sucede a ti? ¿Me embarazas y luego te crees dueño de mi vida? ¿Que puedes decidir sobre mi empleo? Estas muy equivocado, no soy un puto adorno, ¿quieres casarte conmigo no? Pues hay cosas que debes cambiar, esta actitud principalmente. 
 


 

》No sos mi dueño, no tienes poder sobre mi por el simple hecho de que lleve a tu hijo en mi vientre ¿lo entiendes? Si sigues actuando así me voy a ir de tu apartamento y nuestro hijo será criado por padres separados.
 


 

》Ahora si lo entendiste, me iré a tener una bonita charla con Clary, mientras tú tienes tu reunión, luego quiero que llames a mi jefe y le digas que te volviste loco, que en realidad puedo seguir trabajando con normalidad.
 


 

Asiente y sin nada más se mete nuevamente en aquella sala de juntas.
 


 

Toda empoderada voy hacia recepción, con un sentimiento de culpa en el pecho por haberlo abofeteado, eso estuvo mal pero fue un impulso que me gano.
 


 

Así como el impulso suyo de querer tenerme encerrada en su apartamento como a una estupida muñeca de cristal que no sirve para nada.
 


 

Al llegar a recepción Clary me esta esperando con una taza de té y una pequeña sonrisa.
 


 

– ¿Te agarro la locura?
 


 

– Tu jefe me vuelve loca.
 


 

– Me enteré del embarazo por la señorita Alexa, ¡felicidades!
 


 

Se levanta de su silla y me abraza con cariño. 
 


 

– Gracias pero si Thomas sigue actuando así mi hijo no tendrá hermanos.
 


 

Se ríe. 
 


 

– ¿cuándo es la boda? El señor Drew me ha pedido que busque algunos lugares donde vendan vestidos de novia bonitos.
 


 

– Supuestamente es en dos meses pero pronto no habrá novio, solo espera a que salga de esa sala.
 


 

Maldita sea, tengo mis instintos asesinos más fuertes que nunca.
 


 

¿Será que mi hijo va a odiar a su padre?
 


 

– Cuidado con odiar a alguien en un embarazo, o no poder verlo, porque el bebé sale igual a esa persona.  Mi mamá no podía ni ver a mi padre durante los nueve meses que estuve en su vientre y cuando nací era la copia exacta de él.
 


 

Me río.
 


 

– ¿Nueve meses dentro mío para que salga igual a Thomas? Ni lo sueñes bebé. 
 


 

Una hora más tarde Thomas sale de la junta y se dirige rápidamente hacia mi.
 


 

Como me encuentro sentada él se acuclilla para hablarme.
 


 

– Cariño, sabes que soy muy protector, lo era cuando no estabas embarazada y ahora lo soy muchísimo más ¿recuerdas todas esas veces que te ibas a alguna discoteca e iba a buscarte antes de que entres en un coma alcohólico?
 


 

Sonrio.
 


 

– Pero eso fue antes de que te metieras con mi empleo, me gusta que seas protector pero no te pases tampoco, sabes que soy liberal y me esta costando tener límites por estar embarazada, lo mínimo que puedes hacer es ayudarme, no tenerme como tu mantenida.
 



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En el texto hay: amor, miedos, embarazo

Editado: 15.08.2021

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