Propuesta Millonaria

Capitulo catorce

Thomas Drew 
 


Bueno, ahora llego el momento de la gran pregunta.

Aunque bien podría ir igual, me importa su opinión.

La veo arreglarse el cabello frente al espejo y le sonrio tiernamente.

– ¿Mel?

– ¿uhm?

Sonríe a su reflejo y se voltea para mirarme.

– Mañana en la noche iré a una despedida de soltero, espero que no te moleste quedar sola en casa.

– ¿Despedida de soltero? ¿De quién? - su ceño se frunce.

– Alexander, estudió finanzas conmigo y Andrew, los tres somos muy unidos y se casa este fin de semana, por cierto tienes que buscar vestido porque iremos.

Abre los ojos como platos.

– ¡Me lo dices ahora! Solo tengo dos días para eso ¿eres idiota?

Me acerco a ella y la abrazó.

– hasta con una bolsa de papa eres hermosa, y no fue mi culpa, Clary se olvido de darme las invitaciones.

– esa idiota.

La miro.

– crei que era tu amiga.

– Lo es, pero ahora tengo dos días para buscar un vestido que sea lindo y adecuado, aparte se va a notar mi vientre, no más talle único. - hace un puchero que pone mi corazón a latir descontrolado.

Estas hasta la mierda en amor.

Las palabras de Andrew me llegan y si, tiene razón, estoy enamorado de esta hija de lucifer.

– Todavía no se nota tanto. -acaricio su vientre.

– Hay un pequeño bulto que yo noto, y eso es importante para mi.

Beso su cabello y la abrazo a mi cuerpo mientras sigue protestando acerca de su vestimenta para la boda.

(...)

Bien, tendré que disfrutar esta noche como mi propia despedida de soltero. 
 


 

Maldita sea.
 


 

Estaciono el auto en el famoso club de Alexander y al lado de la entrada se encuentra parado Andrew, con el celular pegado en la oreja, me acerco a el.
 


 

– ¿Que pasa Kouzouni? - nos abrazamos.
 


 

Él cuelga la llamada y me mira.
 


 

– Me cuesta estar lejos de mi hija, según Chloe esta todo bien pero la echo de menos.
 


 

– Ya me imagino todo baboso como tú. - me río.
 


 

– Si te burlabas te iba a decir lo mismo, entremos, no hagamos esperar al novio. - se ríe.
 


 

Ambos entramos a aquel club y la música electrónica retumba fuertisimo en nuestros oídos.
 


 

– Que raro que Melissa te haya dejado venir.  - Grita Andrew sobre la música.
 


 

– No tiene porque "dejarme", no es mi mamá. - le respondo de la misma forma y él se ríe.
 


 

Sabe que si Melissa me dice no, es un no, desde que comenzamos a tener exclusividad a sido así y nunca entenderé porque, ella al principio lo decía de broma pero yo me lo tomaba enserio y le hacía caso.
 


 

Soy muy dominado, como me decía Andrew.
 


 

Subimos al sector VIP y las luces parpadeantes blancas me ciegan por un momento, desde aquí arriba pegan más contra mis ojos.
 


 

– Allá está.
 


 

Andrew camina rápido y lo sorprende desde atrás con un fuerte abrazo.
 


 

– El pequeño del grupo está a punto de casarse, quien lo diría.
 


 

Lo abrazó yo también y vuelvo al lado de Andrew.
 


 

– Todo son negocios.
 


 

Volteo los ojos.
 


 

– Por supuesto señor "no tengo corazon" te quiero ver en un año, estarás igual o peor que nosotros. 
 


 

Los tres nos reímos pero sabemos que tengo razón.
 


 

(...)
 


 

Otra ronda de whisky. 
 


 

Siento que ya veo doble.
 


 

Miro la hora en mi celular:
 


 

04:08AM
 


 

Mierda.
 


 

Es tardisimo y es raro que Melissa no me haya llamado para preguntarme si ya vuelvo a casa, de repente siento algo apretandome el pecho, como un mal presentimiento de algo.
 


 

Como puedo y tambaleando me levanto de la mesa y me dirijo hacia una terraza que hay en el piso en el que nos encontramos, el aire fresco de la noche golpea mi rostro caliente y hace que me calme por un momento.
 


 

Marco el número de Melissa y espero a que conteste.
 


 

Uno...
 


 

Dos...
 


 

Tres tonos...
 


 

– El número al que usted ha marcado no se encuentra disponible en este momento, por favor deje un mensaje después del tono.
 


 

Buzón de voz.
 


 

Malditasea.
 


 

Vuelvo a marcarle y lo mismo, llamo al número del apartamento y nadie contesta.
 


 

Mi corazón comienza a latir descontrolado contra mi pecho y mis manos comienzan a sudar, de repente todo el alcohol de mi sistema se ha ido.
 


 

Me volteó y encuentro a Alexander y Andrew detrás mío mirándome preocupados.
 


 

– ¿Que sucede? 
 


 

Ellos casi ni han bebido, al contrario mío, por lo que están bastante lúcidos.
 


 

– Melissa no me contesta y siento que esta pasando algo, creo que iré a la casa ya.
 


 

– Iremos contigo, no puedes conducir tú.
 


 

(...)
 


 

Los pocos minutos en el ascensor se me hacen eternos, siento que voy a morir si no llego pronto.
 


 

Cuando las puertas metálicas se abren corro hacia la habitación, la cama se encuentra desarmada pero no hay rastro de ella. Me dirijo al baño y tampoco hay nada.
 


 

Pero veo algo que llama mi atención, al costado del inodoro hay un poco de sangre.
 



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En el texto hay: amor, miedos, embarazo

Editado: 15.08.2021

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