Melissa Wilson
Llegamos a tiempo a la ceremonia, ver a la novia caminando hacia el altar, tan hermosa y con una bella sonrisa adornando su cara me hizo recordar que en un mes seré yo la que estará de esa forma.
Alexander e Isabella son una pareja bastante bonita, se nota de lejos que lo suyo es amor, lo expresan sus ojos.
Chloe a mi lado no paraba de acariciar mi, ahora abultado, vientre. La pequeña niña en sus piernas también, hasta me pidió que la tomara en mis brazos.
— Es extraño que Alice quiera estar contigo, nunca te vio. - habla Andrew cuando alzo a su pequeña hija. - con la única que se fue directo fue con Chloe.
— Kouzouni, tu hija siente el instinto materno, deja de joder.
Me río y la pequeña niña me muestra una sonrisa de pocos dientes.
— Vamos al salón antes de que lleguen los novios.
Me levanto de la cómoda silla y, aún con Alice en brazos, nos dirigimos a la salida.
Antes de subirnos a los autos Andrew intenta tomarla para que se vaya con ellos pero la pequeña se pega a mi y llora cuando su padre la quiere tomar en sus brazos.
Me río.
— Deja que la llevo yo, de igual forma nos vamos a ver ahora en el salón, no me voy a robar a tu hija.
Me sonríe y me la vuelve a dar.
— Gracias.
Él se va en su auto junto con Chloe y yo me subo con Thomas en el nuestro.
— Iré en el asiento trasero con ella.
Asiente.
— Debemos ir comprando sillas para niños ¿no? En unos meses llegará el nuestro. - habla encendiendo el auto.
— Más adelante lo haremos.
Cuando llegamos al salón vuelvo a encontrarme con los Kouzouni, su boda también fue hace poco, al parecer los amigos se pusieron de acuerdo para casarse el mismo año.
Chloe es una persona hermosa y también está media loca, fui a su despedida de soltera y maldita sea, terminamos todas en la comisaría, y no exagero. Supo ganarse el corazón de su jefe y también el de su hija, y no es fácil penetrar el corazón de un hombre que creía todo perdido en el amor.
Aunque debo decir que el más frío de los tres amigos es Alexander, es de poco hablar y siempre está con cara seria como si quisiera matar a alguien, en definitiva Isabella ha de haber trabajado mucho para lograr quebrar esa imagen de hombre helado.
Hombre helado... me río internamente por mi pensamiento.
Nos acomodamos en las mesas, y va pasando la fiesta, trato de comer poco y saludable, cuando veo una fuente de chocolate intento correr hacia ella pero Thomas no me deja.
— Es para Alice, ella quiere. - miento.
— Oh, en ese caso yo la llevo, no puedo dejar que rompas tu dieta. - Chloe agarra a la niña que ahora no se resiste y va con ella hacia la mesa dulce.
Le hago un puchero a Thomas.
— Quiero chocolate.
Me agarra de los cachetes y me da un casto beso en los labios.
— Segui queriendo.
Estoy por mandarlo a la mierda cuando una voz femenina me interrumpe.
— ¡Hola! ¿Ustedes son Thomas y Melissa?
Volteo e Isabella se encuentra a unos pasos de nosotros con una hermosa sonrisa en el rostro.
— Si, lo somos, por cierto, estas hermosa. - le sonrio sincera.
Esta mujer tiene un aura que te quita el mal humor.
— Perfecto, ¿puedo hablar contigo? Alexander me dijo que iba a planear tu boda y, aunque es la mía ahora, estoy algo aburrida.
Me estira su mano y yo la tomo rápidamente mientras nos dirije a la mesa principal.
Me habla de algunas cosas que tiene pensadas hacer y yo le cuento de las cosas que ya tenía planeadas, de vez en cuando tiro algún comentario y ella se ríe.
— ¿puedo? - pregunta mirando mi vientre.
— Si, claro.
Ella acaricia a mi, ya no tan pequeño, hijo y sus ojos se cristalizan.
— Es hermoso sentir que tienes vida dentro tuyo ¿no?
Asiento y limpio la pequeña lágrima que se le escapó.
— ¿Estas bien?
— Si, solo... no es importante ahora, quiza un día te cuente, hoy es mi boda y si arruinó el maquillaje me asesinaran. - se ríe.
Alexander aparece detrás de ella.
— Isabella, es momento de irnos. - me mira- Hola Melissa ¿cómo estás después de eso?
Le sonrio, este hombre me intimida un poco.
— Bien, de reposo pero lo rompi para venir a tu boda, valoralo. - me sonríe y me levanto. - bueno felicidades, son una pareja hermosa.
Beso la mejilla de Isabella y le susurró algo al oído, ella se ríe y se tranquiliza un poco.
Vuelvo de nuevo a la mesa y Thomas se encuentra con Alice.
— ¿Y Chloe y Andrew?
— Fueron a coger supongo.
Me río y agarró a la niña.
— ¿Vamos a bailar?
Asiente y se levanta tomándome de la cintura, apoyo bien a Alice en mi cadera e intento seguir sus pasos. Sus ojos tienen un brillo hermoso mientras me mira.
Editado: 15.08.2021