Protector

Pesadilla.

No hacia mucho tiempo desde que había podido cerrar sus ojos y quedarse dormido cuando los abrió de nuevo, había escuchado un quejido que después se transformó en un grito ahogado, se puso un pantalon de chandal y saco su arma para salir de la habitación con cautela. Mila y Chris seguían abajo ya que podía escuchar sus voces hablando por lo bajo, camino hasta la habitación de Yuuri que era de donde provenían los gritos y abrió la puerta con mucho cuidado, todo estaba muy ordenado y las ventanas estaban cerradas, el lugar estaba solo y vio al chico removerse entre las sabanas muy agitado, sabia que podía hacer sonidos y supuso que eso incluía gritar, se acerco y lo tomo de los hombros para evitar que siguiera moviéndose.

- Yuuri despierta, solo es una pesadilla...- dijo moviéndolo un poco para despertarlos.

- ¡Aah... no... decir!- susurro el chico entre dientes.

Viktor alcanzo a escuchar aquellas palabras y al ver que la pesadilla parecía aumentar lo pego a su pecho cuando dio un grito aterrado y lo sintió clavar las uñas en su espalda, Yuuri abrió los ojos asustado y su frente bañada en sudor, las pesadillas habían dejado de ser tan constantes al pasar del tiempo sin embargo seguían siendo aterradoras. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo quiso separarse, pero Viktor no se lo permitió, lo dejo recostado en su pecho mientras lo abrazaba, aquel acto rompió la barrera que trataba de mantener sus emociones reprimidas, se sentía bien estar en aquellos brazos y era hasta cierto punto reconfortante, comenzó a llorar escondiendo su rostro en el pecho de Viktor quien solo sonrió y se acomodo mejor para sostenerlo. Dos minutos después la puerta se abrió dejando ver a sus dos amigos preocupados ya que también escucharon el grito pero recorrieron la casa asegurándose de que nada malo la rondará, el peliplata puso su indice en los labios diciéndoles que no hicieran ruido pues Yuuri volvía a quedarse dormido.

Constantemente Yuuri soñaba con el asesino de su hermana, en su mente se revivían los hechos de ese día y era un tormento constante, cada vez que le sucedía eso iba corriendo a la habitacion de Minako y se quedaba dormido junto a ella, esa vez pudo sentir como alguien lo tomaba por los brazos y le hablaba sin embargo no sabia distinguir la realidad de la pesadilla, al abrir los ojos se encontró entre los brazos de peliplata los cuales no lo soltaron, podía sentir el rezagado perfume en la piel mezclado con el olor natural del mayor, no era una combinación mala, incluso le agradaba, tanto así que termino sintiendo sus ojos pesados de nuevo, escucho la voz de Chris preguntando si todo estaba bien sin embargo no quiso moverse.

Despertó de forma perezosa, no tenia ganas ni de mover un solo musculo pues era uno de esos días donde su cuerpo le dolía sin un motivo, donde se sentía mas pesado y donde sus parpados eran de cemento, sentía un peso ajeno sobre su cintura y para estirarse metió las manos bajo la almohada tocando algo frió, arrugó su nariz y lo saco preguntándose que podría ser, al verlo dio un salto de la cama y cayo al suelo. Viktor despertó aturdido por el golpe seco que escucho, vio a Yuuri tirado en el suelo con un rostro de terror y después vio el arma sobre la cama, la tomo y escucho un quejido asustado, el pelinegro retrocedió arrastrándose por el suelo aterrado.

- No Yuuri... no te asustes, no te voy a hacer daño.- alzo las manos y la puso sobre la cómoda.

El menor negó con la cabeza asustado de ver al mayor acercarse, Viktor puso una rodilla en el suelo mientras alzaba de nuevo los brazos mostrando las palmas de sus manos demostrando que era inofensivo, Yuuri estaba pegado a la pared y sus ojos se llenaron de lagrimas haciéndolo sollozar, el peliplata se lanzo hacia el para abrazarlo recibiendo un par de golpes en busca de alejarlo, lo sostuvo abrazado por un momento hasta que se calmo y logro levantarlo para llevarlo a acostar en la cama. Lo dejo acostado mientras se abrazaba a una de las almohadas, tomo el arma y la metió en el elástico del pantalón, para salir y dejarlo acostado. Yuuri le tenia un pánico espantoso a las armas de fuego, al principio sufría de ataque de pánico cuando veía un cuchillo y con el tiempo logro tomar uno sin embargo el temor por las armas aun no se le quitaba.

Víktor bajo mientras sobaba su sien, ese despertar no había sido nada agradable ya que se sintió culpable al ver el rostro de Yuuri cargado con terror hacia el, su amigo Chris tenia una botella de ron sobre la mesa de la cocina, sin decir nada la tomo y se sirvió un poco en un vaso el cual bebió de un solo trago.

- ¿Que te paso?- pregunto Mila al verlo.

- Debimos rechazar este trabajo desde un principio.- dijo en un gruñido mientras apretaba la mandíbula.

- Pues anoche no lucías como si desearas cancelar nada.- Chris sonrió.

- Casi le da un ataque cuando vio esto...- puso el arma sobre la mesa- ¡Casi se orina en los pantalones por eso!- alzo un poco la voz.

- A cualquiera que no esta acostumbrado a tener una de esas le daría miedo.- dijo el rubio tomando la situación mas en serio.

- A cualquiera no, es un chiquillo trastornado que elige no hablar.- Viktor se estaba cabreando.

- ¿Que estas diciendo?- cuestiono Mila cruzándose de brazos.

- Entre la pesadilla de anoche exclamó unas palabras, no habla porque no quiere o porque solo busca llamar la atención.- sentenció el peliplata.

- ¡No puedes asegurar eso, no sabes lo que vivió Yuuri!- dijo Mila.

- ¿Acaso tu si? Viste su expediente y buscaste información de lo que paso, no hay nada...- vio a sus dos amigos y después dio un suspiro- Nos vemos...- salio de la cocina.

Yuuri no se había quedado mucho tiempo en la cama y se levanto unos minutos después de que Viktor saliera, al bajar tuvo la mala suerte de escuchar la discusión entre todos ellos, le molesto que Viktor pensara que lo hacia solo por llamar la atención, cosa que no era así, se oculto tras un mueble cuando escucho que iba a salir y se quedo ahí hasta que el peliplata bajo y salio de la casa dándole un azote a la puerta. Víktor se había ido sin desayunar y sin decirle nada a sus dos amigos, se sentía frustrado y sentía que su lugar no era en esa casa cuidando a nadie, había visto muchos rostros de miedo en su vida pero jamas uno que le hiciera sentir una puñalada en su pecho, un recuerdo al maldito pasado al cual siempre trataba de aterrar.




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