Prueba del Destino

CAPITULO 1: El Reencuentro

Me levanto como toda las mañanas a las 6 am. Me baño y me coloco la ropa escogida el día anterior que consiste en una blusa color crema de botones, una falda tubo color negro y tacones de punta a juego con la blusa.

-MAMAAAAAA!- Escucho el típico grito de las mañanas de Skyler. Y si se lo pregunta, si, Sky es igual de mañanera que yo.
Ruedo los ojos, me acomodo mi corto cabello por detrás de las orejas y camino hacia su habitación. Camino por el pasillo y abro la puerta.

-¿Que pasa princesa?.-Pregunto con la diversión plasmada en mi rostro. Aquí viene otro de sus dramas.

-No encuentro el otro zapato.-Dice con un tierno puchero.-Me quiero poner mis zapatillas azules y no encuentro la del pie derecho.-Termina levantando el pie mencionado y con una mueca triste.

-A ver, hagamos algo, yo busco tu zapatilla mientras acomodas el bolso con los cuadernos. Que esta sea una semana libre no significa que no repasaras matemáticas ¿Ok?.- Digo mientras me agacho para buscar de bajo de su camita. Ella no responde pero se levanta para acomodar su maleta.

Una vez ya desayunadas y con las dos zapatillas puestas nos montamos en mi Corolla y emprendemos viaje hacia mi trabajo. Llegamos a mi escritorio al frente de una gigante oficina. Porque si, no tengo oficina, ¿esperaban que fuera una super empresaria? Lamento la decepción, soy la secretaria de Marck Willians, el dueño de una de las mas importantes empresas de turismo, aunque haya estudiado diseño gráfico, y quisiera ser diseñadora de modas me toco este puesto ya que ningún departamento modista me aceptaba por tener una hija y que nadie la cuidara. O era alguien de confianza o me llevaba a Sky al trabajo, no estoy dispuesta a aceptar una niñera, ademas de que no la puedo costear.

Ustedes se preguntaran ¿Entonces como te aceptaron aquí?, simple, Marck esta encaprichado conmigo, me ha tratado de seducir de todas las maneras posibles, hasta usando a mi hija, lo cual solo hizo que me enfadara y pusiera limites, pero obviamente tengo que aprovecharlo. Sky toma asiento en uno de los muebles de espera y empieza a dibujar en su cuaderno. Le digo que no se mueva de ahí y entro a la enorme oficina.

-Buenos días señor Willians, aquí le traigo los papeles que pidió y el horario con todas las reuniones que tiene para hoy.-Digo lo mas seco y formal que puedo. No es un mal hombre, hasta me atrevo a decir que es muy guapo, tampoco es un viejo, debe tener mi edad o unos años mas, pero digamos que desde el "horrorifico" día, como lo llama Olivia, no he vuelto a salir con nadie, tal vez una que otra aventura sexual pero nada mas.

-Buenos días Chloe, gracias por tu siempre eficiencia.-Dice mientras se para y abotona su saco.-¿Trajiste a Sky?.-Pregunta tierno. Ruedo los ojos mentalmente y respondo igual de seco;

-Si señor, Skyler esta dibujando.-Pronuncio el nombre de mi hija mas fuerte para que entienda que no es de mi confianza.- ¿Alguna cosa mas?.-Pregunto mas calmada. Suelta un suspiro, supongo que cansado por mi constante rechazo.

-Es todo Chloe, puedes retirarte.-Dice de manera formal lo cual agradezco.

(...)

El día transcurrió medianamente normal, son las siete de la noche y todavía estoy en la oficina ya que mi querido jefe pidió papeleo extra.

Sky esta dormida en el mueble, me levanto y me despido de Marck, estoy acomodando todo en mi cartera dando la espalda al escritorio, voy a guardar los cuadernos de Sky en su bolso cuando una voz masculina y reconocida me detiene.

-Disculpa, estoy buscando al señor Marck Willians ¿Eres su secretaria?.-Esa voz... Yo la he escuchado. Me giro para encarar al hombre y mi peor pesadilla se cumple, Maximo Miller, conocido como Max, esta al frente de mi, después de seis malditos años con su típica sonrisa de lado que hace que media población femenina moje sus bragas.

-Max...- Digo en un susurro apenas audible, el no dice nada por lo que me veo obligada a continuar y ser profesional.- El-el señor Willians esta...-Suspiro pesadamente para controlar mi corazón y el sudor frió que me atraviesa.- Ocupado, ya es tarde y no estoy segura de que quiera recibirlo.-El va a contestar pero Sky hace un sonido de queja mientras se sienta estrujando sus ojitos, ¡MALDITA SEA LA VA A VER! Skyler Isabelle mas te vale no decir nada!.

-Mami...-Dice viéndome a los ojos con el cansancio plasmado en la cara apunto de hacer un berrinche, inmediatamente se me olvida la presencia y existencia de Max, ademas de mis nervios que son reemplazados por la culpa de tener que traer a mi hija al trabajo.
Ignorando a Max, y cavando mi propia tumba, me acerco rápidamente al sofá donde yace sentada, ella eleva sus brazos y yo la cargo, enrolla sus piernas en mi cintura y coloca su cabecita en mi cuello. Empiezo a mecerla y cantarle bajito, se vuelve a dormir y por fin miro a Max a la cara.
Su confusión era de foto, sus perfectas cejas estaban juntas y su mandíbula tensa, ya debió haber calculado la edad de Sky, paso de largo ignorándolo, tomo mi cartera y el bolso de Sky, me dirijo a la puerta y el no dice nada lo cual agradezco. Una vez frente al ascensor me volteo y lo veo con una expresión neutra.

-Si quiere ver al señor Willias, puede tocar su oficina y dígale que me fui por un inconveniente personal. Buenas noches.-Llega el ascensor, me meto y presiono el botón como un rayo, sin dejar que conteste.
-Bueno linda, creo que tu padre ya te conoció...-Digo en voz alta, soltando un suspiro.
Son las dos de la madrugada y no he podido dormir, apenas y toque mi cena, decidida llamo a Oli.



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En el texto hay: juvenil, mafia, toques de humor

Editado: 19.12.2018

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