Pueblo Mágico

Capítulo 1 | Palabras mágicas.

Veo por la ventana del autobús los árboles y algunos lagos. Ese viento con aroma de hojas caídas y que el chocolate caliente está a la vuelta de la esquina.

Me rehusé a venir en un inicio, me parecía aburrido. Pero eso pinta mejor de lo que imaginé, el trayecto ha sido como adentrarse dentro de un bosque con extensos árboles, parecieran rascacielos. El camino por el cual transitamos es el único que cruza y se adentra en este extenso bosque, debe ser fácil perderse aquí.

—¿Contemplando la naturaleza?—me interrumpe una voz dulce y que conozco bien. Es Sofía, mi mejor amiga.

Sofía es una chica muy agradable, de cabello rubio, de estatura promedio, aunque un poco más bajita que yo. Su figura es algo que cuida demasiado, aunque no tanto como otros pensarían, va al gimnasio 3 veces a la semana y cuida lo que come, le gusta mantenerse saludable. Sus facciones y su nariz siempre me han parecido curiosas, tiene una nariz pequeña. Su tono de piel claro contrasta con su cabello amarillo rubio.

Yo le volteo a ver. —Sí, hasta que llegaste a interrumpirme—respondo con sarcasmo.

Ella me lanza una mirada seria. —Vuelve a decir algo así y te lanzo por la ventana, créeme... te perderías fácil por aquí—replica con una sonrisa de oreja a oreja.

Detrás de nuestro asiento se asoma lentamente su mejor amiga. Valeria, una amiga cercana a mi mejor amiga, pero no se podría decir que formamos el típico trío de oro, no siempre esta tan unida a nosotros. La chica es un poco más bajita que Sofía, si nos pusieran de lado a lado, podríamos formar una escalera con nuestras estaturas. Su cabello es oscuro y muy extenso, es un poco bromista cuando está con amigos cercanos, pero más seria cuando está con el resto de personas. Es de tez un poco morena clara, ella es la más emocionada en venir a esta excursión, pues tiene raíces indias, sus antepasado formaban parte de clanes de indios que ocupaban centro de Estados Unidos y Canadá.

—Ya bésense. Puedo sentir su emoción por esta gran aventura que estamos a punto de vivir, esas sonrisas en su rostro lo dicen todo—comenta con sarcasmo.

Yo río. —Estoy super emocionado por esto—elevó un poco mi voz, algunos de mis demás compañeros voltean, aunque el transporte no va muy lleno, no todos vinieron.

Sofía niega con la cabeza. —Tu querías venir, como buenos amigos que somos te venimos acompañar—agrega mientras anuncian que estamos a poco minutos.

Logró ver por la ventana un letrero que da la bienvenida al "pueblo mágico": Bienvenidos a Caldero mágico.

Y abajo de esa leyenda rayado con un sprite <<Pueblo fantasma y maldito>>.

Levanto mis cejas, me sorprende un poco su nombre. Me causa un poco de gracia.

Sofía se quita sus audífonos y los guarda en su mochila. —Veamos si es cierto lo que dijo la maestra Belen, que ese pueblo es mágico y sepa que tantas cosas más—comenta mientras al fondo se dejan ver algunas casas muy antiguas.

Pareciera que el pueblo y el bosque fueran uno mismo, donde terminan las últimas casas, hay árboles. Inclusive me atrevo a decir qué hay algunas partes donde los rayos del sol no alcanzan a llegar y por eso la oscuridad predomina. Seguimos avanzando, Valeria toma algunas fotografías y videos desde la ventana del autobús, me da un poco de ternura verla tan emocionada.

El aspecto del pueblo me gusta, un toque solitario y vintage es diferente, pero me agrada. El pueblo es algo grande, me parece increíble que fuese abandonado.

Finalmente el camión se detiene. —Chicos, podemos bajar del camión—anuncia la maestra Belen mientras se prepara para salir por la puerta del autobús.

Valeria es la primera en ponerse de pie, seguida de ella van algunos compañeros.

Sofía se pone de pie y se coloca a la izquierda del asiento. —Primero las damas—mientras hace un ademán para que me ponga de pie y avance.

—Cállate—le contestó mientras me incorpo al camino y avanzó.

Bajo los escalones y lo primero que veo es una iglesia muy enorme, aunque pareciera que la campana ya no sirve. A los costados hay más y más casas, todas en malas condiciones y abandonadas. Los caminos aún son de tierra, ninguno es de cemento.

Daniel se acerca a nosotros. —Tengan cuidado, tal vez y se nos aparezca algún fantasma y nos hechice—se pone su gorro y hace algunos sonidos de terror.

—Me voy a hacer pis del miedo—contesta Sofía mientras vemos que comienzan a dar el recorrido.

Daniel ríe y se va con el resto del grupo.

La maestra trata de mantenernos a todos reunidos.

—Sofia y Alan, no se separen del grupo—nos ordena mientras nos espera.

Ambos caminamos y nos incorporamos al grupo.

—Este pueblo se cree que fue abandonado por la maldición de una bruja y su clan. Se creía que ellas tenían maldito al pueblo, y varias veces se les acusó de utilizar brujería... por ello con el paso de los años se quedó deshabitado y al estar en medio de la nada, nadie venía—explica la maestra mientras caminamos por calle y podemos apreciar las casas, en una de ellas vidrios rotos y una especie de marcas y símbolos raros. —Algunas personas que practican la brujería, viajan hasta aquí para hacer rituales o practicar su magia, por eso las marcas—agrega mientras nos pide que continuemos.

Sofía apunta a una casa enorme que está a una cuadra, y la cual posee un patio enorme en la cual un árbol enorme da sombra. —Vamos a explorar... ¿o tienes miedo?—me susurra al oído mientas ambos caminamos cada vez más lento.

Yo sonrió. —No conozco esa palabra—contesto y al mismo tiempo ella corre hacia un callejón. Le sigo.

—Nos regañarán si nos descubren—le digo mientras corremos hacia el inmueble, por el callejón.



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En el texto hay: cambio de cuerpos, brujas, magia

Editado: 20.11.2024

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