Finalmente llegó a mi casa, a paso veloz y con el corazón acelerado. Cierro la puerta con seguro y recargo mi espalda sobre ella. —Carajo...—exclamó con mucho miedo.
Mi madre se asoma por el pasillo. —¿Nena?—inquiere mientras me busca.
Sonrió. —Ya llegue mamá—contesto. Sinceramente me ayuda escuchar su voz, después del terror que sentí.
Apenas me despego de la puerta y corro hacia las escaleras, mi madre está recargada sobre la barandilla. —Te llame y no me contestaste, también te mande algunos mensajes. ¿Por qué no me contestas? Entiende que debes contestarme en cuanto te llamo, niña. El mundo es muy peligroso y tú andas por ahí... se suponía que te vendrías en uber—me comienza a regañar, con una voz muy dura y un rostro de miedo.
Yo solo le escucho. —Se supone que vendría en Uber... pero se me cayó el dinero y... pues caminé casa. No le mire problema...—contesto mientras intento evadirle para llegar a mi habitación.
—¡¿Qué?!—pregunta exaltada. —Se supone debías regresar en uber Sofi... no te doy dinero para que lo tires y te regreses caminado a casa... no, no—se lleva las manos a su cabello. —Es súper peligroso andar caminando y más de noche. ¿Qué no piensas?—se acerca a mi, muy molesta.
Me comienza a molestar sus palabras. —Ay, por favor. No sucedió nada... aquí estoy. Solo se me cayó el dinero—agarro más fuerte mi mochila y le acedo para caminar a mi habitación.
Ella solo me observa y puedo sentir su mirada pesada. —¡No te vayas mientras te hablo! Sofía. Eres una mujer y es súper peligroso...
Volteo con mucho enojo. —¡No digas eso!—le grito con algunas lágrimas y con molestia.
Ella sin duda se extraña por mi reacción y cambia su semblante. Se acerca a mí. —¿Estas bien?—pregunta.
Yo asiento y tomo aire. —Lo siento, mami—respondo. —No volverá a pasar, y perdón por llegar tarde, no lo volveré a hacer—agregó, bajando mi defensa y con arrepentimiento sobre lo que hice. Y vaya que me arrepiento de caminar, pero no tenía opción.
Ella sonríe y se acerca a mi para abrazarme, después toma mis manos. —Nena, eres mi princesa. Quiero protegerte... parezco loca, pero si algo te pasa movería cielo mar y tierra para encontrarte. El mundo es muy peligroso, y más para chicas hermosas como tú—añade mientras me observa a los ojos.
Yo me disculpo y asiento.
Mi madre me observa fijamente. —Pero quiero preguntarte: ¿Todo en orden?—interroga mientras me lanza una mirada curiosa.
Yo sonrió. —Sí. Todo bien, solo que me moleste por el regaño...—contesto.
—Tu padre llegará en un rato, para que comamos los 3 juntos—comenta ella y después me dirijo a mi habitación. Apenas lanzó mi mochila sobre la cama y tomo mi iPhone, le mando mensaje a Alan.
Alan
Sofía: ¿Dónde estás?
Llamada saliente (Perdida)
Me molesta que no me responda los mensajes ni las llamadas. Y estoy segura, que sabe el porqué de mi llamada.
Me siento sobre la cama, solo escucho mi respiración aún acelerada. Las intenciones de esa bruja, no son buenas.
Salto de mi cama al escuchar que tocan múltiples veces a mi puerta. —Adelante—contestó mientras sonrió nerviosamente.
Mi madre pasa a mi habitación. —Tu padre está por llegar y quiere que comamos los 3 juntos. Además que después quizás vayamos a comprar algo, aún no se qué, pero quizás salgamos—exclama mientras me observa. Parece notar algo extraño. Mi sonrisa le contagia. —¿Todo bien?—inquiere.
Yo asiento. —Sí, es que estaba viendo algo gracioso en Instagram. Prepare mi ropa para darme una ducha—comentó mientras me pongo de pie.
Mi madre se acerca a mi cama, hay una pequeña mancha.
—Genial—pienso mientras entrecierro los ojos.
—Se supone que llevas pañal, ¿no?—pregunta mi madre después de ver la macha Justo debajo de yo estaba sentada.
—Sí, pero...
Ella se adelanta a responder— Lavaré tu colcha y pondré una nueva. —Apunta a mi cajon donde tengo mis pañales. —Póntelos todos los días, de pronto tienes escapes y será muy incómodo que los demás se den cuenta, es mejor prevenir...—dice mientras con sus manos toma la colcha. —Además tu padre y yo gastamos dinero todos los meses para tenerte pañales y que no pases por estos incidentes.
Mientras le veo, por mi mente cruzan momentos de charlas con mi madre.
<<Flashback>>
Nos encontramos caminando por el súper mercado, transitando por el pasillo de pañales.
Mi madre me voltea a ver mientras observa diversos pañales. —¿Y sí te llevo los de bebé en su talla más grande? Eres súper delgada y te quedarán—comenta de forma burlona.
Ruedo los ojos. —No lo digas tan alto. Pueden escuchar...—respondo.
—Nadie escuchará. Parece casi como si fuese ayer cuando compraba pañales para ti, jamás creí que volverías tan rápido a ellos—continúa charlando, mientras caminamos por el pasillo.
Sonrió. —Llevemos entonces esos de color rosa para niña, ya me convenciste—exclamó con sarcasmo. —Llevemos lo que dijo la doctora, los Goodnites. Además el color lila y la imagen de cupcake me gustan. Son lindos—señaló mientras me acerco a esa bolsa morada.
Creo que como dice mi madre, jamás creí volver a los pañales tan pronto. Tomo algunos paquetes de talla "L" y los coloco en el carrito.
—Estos después los encargare por Amazon, para que los estén llevando cada mes—dice mientras salimos del pasillo y caminamos al de chocolates y galletas.
Creo que pocas veces en mi vida se presenta la ansiedad e inquietud, no permito que eso me afecte y opaque mi vida. Pero esta vez observo a todos lados mientras caminamos, no quiero que nadie vea las bolsas que llevo en el carrito. Mi madre nota algo muy obvio en mí.