Pueblo Mágico

Capítulo 12 | Adaptarse y sobrevivir.

Abro mis ojos en otro día más. Hoy es diferente, pues Alan se fue y se que no volverá. Ahora solo debo acostumbrarme, no será difícil porque ya me estoy adaptando y aunque no lo quiera aceptar para engañarme a mí misma, me gusta esto. Creo que mi acto final para terminar de asentarme a esta nueva vida, será entablar una relación con Arturo. Desechando el pasado y aferrándome al futuro.

Sin duda alguna estas semanas serán mi acto final en esta loca cruzada de cambio de almas.

Sonrió, dejando de lado toda negatividad, es lunes y quizás sea la única que emane tan buena vibra, pero hoy trataré de ser diferente...

Salgo de la cama, me coloco mi bata y meto mis pies en mis pantuflas. Me estiro, tomo mi iPhone y salgo a paso veloz de mi habitación.

Corro hacia las escaleras y pareciera que me deslizo sobre ellas. Mi madre me escucha.

—Sofi.... No corras por las escaleras—me llama la atención mientras yo me acerco a ella.

Le doy un beso en la mejilla. —Muy buenos días, mami—le saludo con una voz enérgica para después sentarme en el comedor y revisar algunas notificaciones.

Ella continúa preparando el desayuno, pero si puedo observa una expresión peculiar. Le pareció extraño la forma en la que actúe.

Camina a mi con dos platos mientras sonríe. —¿Nena, y qué te dijo Alan ayer que te miró por última vez?—me pasa mi plato. —¿Algún beso de último momento?...—me lanza una mirada pícara y sonríe.

Respondo algunos mensajes de chicos en Instagram, con más normalidad desde que todo cambió.

Niego entre risas. —Ya se fue. Solo vino a decirle a su mejor amiga que se va y una despedida común...—respondo mientras observo al horizonte. Rápidamente vuelvo a sonreír y me alegro. —Pero en fin. ¿La vida sigue y hay que adaptarnos? ¿No es así, mami?—pregunto mientras me llevo el tenedor a la boca.

Mi madre asiente con una sonrisa un poco nerviosa. —Sí, princesa—afirma.

Suspiró. —Me siento bien...—exclamó mientras observo a mi madre. —¿Te apetece hoy que veamos alguna película y encarguemos una pizza? Hace tiempo que no tenemos noche familiar, le avisas a papá...—comentó mientras comienzo a comer.

Se muestra feliz. —Estaría bien. Tenemos tiempo que no vemos película y comemos palomitas... le diré—responde.

El desayuno continúa con tranquilidad. A medida que pasa el tiempo y charló con mamá, puedo sentirme mejor. Conectándome conmigo misma. No lo sé, es agradable y reconfortante.

De prisa me comienzo a cambiar para ir a la escuela. Me siento ansiosa, la fiesta de Halloween está cada vez más cerca. Y también, ya quiero que sea la noche y disfrutar con mis padres de una película. Quizás salga con mis amigas, pero no creo que sea algo que me lleve mucho tiempo.

1 hora más tarde...

Bajo del vehículo y corro hacia mis amigas, apenas me acerco y les abrazo. Las aprieto y antepongo a mí. —Chicas...—les digo mientras las 3 estamos abrazadas.

Victoria es la primera en no contenerse por saber el chisme. Anhela saber que sucede... la ansiedad le carcome... —Los rumores sobre que Alan se fue, ¿son ciertos? Tú eres la única que puede saber a detalle—pregunta mientras se aparta y Valeria igualmente esta atenta por escuchar mi respuesta.

Les miró y sonrió. —Pues aunque no lo crean. No lo sé a detalle, pero si se mudó. Ayer fue a verme solo para una despedida e irse...—respondo. —Continuó caminando y ellas me siguen. —Mi mejor amigo se fue y me dejó aquí... pero las tengo a ustedes. Somos un trío de locas que van por la vida causando desastres y haciendo estupideces...—agregó mientras tomo a las dos de las manos y corremos al salón.

...

La campana para salir de clases ha sonado. Yo aún continúo en el espejo de los baños de chicas. Observándome , al mismo tiempo que me percato de algo... mis recuerdos de mi vida pasas están muriendo, desvaneciéndose. Por eso me siento feliz y mi personalidad cambia, las preocupaciones se van... me estoy recuperando y me permito ser feliz. Disfrutando de la vida, aunque olvidando tal vez que alguna vez tuve otra.

Las memorias son nuestro tesoro más preciado. Es como un néctar o elixir que potencia nuestra alma...

—Ya no volveré. Aunque pueda... no quiero—me digo a mi misma mientras me veo en el espejo.

Valeria me interrumpe al entrar con mucha prisa a los baños. —¡Sofi!—intenta tomar aire. —Tu príncipe está afuera... te está esperando porque te quiere decir algo...—termina de hablar mientras me ve en el reflejo. —¿Estás observando lo hermosa que eres?—inquiere mientras se acerca.

Yo rio. —¿Mi príncipe?—manifiesto duda. Mi mente estaba en blanco antes de que ella llegara.

Rueda los ojos. —Arturo está afuera esperándote. Dijo que quería decirte algo...—contesta con una voz cansada. —Por cierto, me tomé la libertad de guardar tus cosas en tu mochila y aquí la tengo. Digo... por si no habías notado que aquí la tengo, estás solo observándome como cargo con tu mochila...—agrega en un tono sarcástico.

Yo rio. —Es que me recordaste a algo... por eso me quedé congelada—le digo mientras me acerco a ella para tomar la mochila.

—Andabas en tu país de las maravillas, como siempre—dice. —¿A qué te recordé?—pregunta.

Yo niego con la cabeza denotando que no importa. —Olvídalo. Salgamos—sonrió y le tomó de la mano para salir por la puerta y verme con ese chico que dicen es mi <<principe>>.

Salgo del baño, Valeria empuja la puerta para que yo pueda pasar. Arturo está de costado mientras el sol se refleja en su cabello y un poco en sus ojos, aunque el astro se esté metiendo aún emite mucha luz. —Hola—le saludo. Victoria solo se limita a observar y puedo percatarme que con su smartphone parece tomar fotos o grabar, al menos por la posición en la que lo sostiene en sus manos.



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En el texto hay: cambio de cuerpos, brujas, magia

Editado: 17.02.2025

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