Al llegar a la roca donde me encontraba sentado hacía pocos momentos mi corazón comenzó a latir por primera vez desde hacia mucho tiempo; poco a poco me aproximé y pude observar la forma de dicha roca. Era un poco parecida a un sofá de color blancuzco y de textura parecida al mármol, tal vez por eso la había elegido para mi descanso en primer lugar. Al encontrarme de nuevo sobre aquella roca pude sentir lo suave de su textura. Lentamente me acerqué a ese mar inexplorado hasta ahora, me acerqué a lo desconocido, poco a poco cambiaba el rumbo de mi historia para siempre.
El agua de aquel mar era diáfana, a tal punto que podía ver claramente las rocas de color blancuzco que yacían en el fondo. Lastimosamente no vi a ninguna criatura; Si lo soñé o ya se había ido a espantar a otro lugar jamás lo sabría, solo quedaba de nuevo mi soledad y yo. De repente algo salió del agua y tomó mi mano. me sobresalté y retrocedí rápidamente hasta ponerme de nuevo en pie, pero esta vez deseaba saber a que me enfrentaba así que regresé rápidamente hasta aquel lugar y de nuevo observé el agua de la orilla rocosa y como en la primera ocasión solo vi las blancuzcas rocas del fondo marino. No podía hacer otra cosa que esperar. Pasaron unos pocos segundos y de repente la misma cosa salió del agua y tomo mi mano, pero esta vez con algo (Bastante) de miedo deje que lo hiciera, la cosa se aferro fuertemente a mi mano y sentí como me jalaba hasta las profundidades, pero no iba a dejar que lo hiciera y si eso quería llevarme a las profundidades del mar yo la sacaría a tierra firme, no me iba a dejar ganar era una cuestión de honor.
Pasaron varios minutos de forcejeo de uno y otro lado pero poco a poco yo ganaba y con este lento triunfo podía ver la forma amorfa que salía del mar, ¿era un hombre? O ¿acaso una bestia?, en realidad tenía forma de las dos, su cuerpo era blancuzco del mismo color de las rocas del fondo, tal vez por eso lo había confundido con una en primer lugar. Su constitución era bastante rolliza, amorfa con un cuerpo acostumbrado a las rocas del fondo lo cual hacia imposible determinar su forma real. Pero al poco tiempo de hacerlo salir del agua esta criatura mostró su verdadera forma, lentamente toda el agua que tenia en su cuerpo comenzaba el lento regreso al mar y en su despedida dejaba observar la forma real de aquel ser hasta entonces de una forma espectral. Al estar por completo fuera del mar esta criatura me soltó y como todavía me encontraba jalándola caí de espaldas siendo recibido por las rocas de la orilla, cosa bastante dolorosa para alguien que estaba muerto. Me quedé mudo por unos inmensos instantes en los cuales pude por fin detallar la forma real de aquel ser. Su piel de color blanco presentaba múltiples heridas las cuales parecían haber sido hechas con un arma blanca, un cuchillo o quizás un sable y por las cuales salía toda el agua que tenía en su interior. Al poco tiempo pude notar que este ser tenía unos blancuzcos senos, por lo tanto este ser era una mujer, eso creo, pero “ella” permaneció ahí impávida sin el menor pudor y sin ninguna intención de cubrirse. Por mero reflejo me quité la gabardina que traía desde el día de mi muerte y se la ofrecí para que se cubriera; este ser tomó mi abrigo y se cubrió con ella con una lentitud desesperante.
No podía razonar nada lógico solo me decía a mí mismo - Piensa, tienes que pensar que vas a hacer ahora, piensa- pero de mi mente no salía la menor idea, de repente “ella” dio el primer paso, - Hola- dijo y lentamente se sentó en el mismo lugar que yo había designado para mi descanso minutos atrás. Me quede pasmado solo podía pensar en la extraña voz que tenía este ser, si tuviese que definirla diría que es como si todavía tuviese agua y rocas en sus cuerdas bucales.
Cosa que de nuevo me dejo sin saber si era hombre, mujer o bestia.
Al poco tiempo por fin salió algo lógico de mi boca, ¿sabes donde estamos?, a lo cual este ser me respondió - en el último lugar que desearías estar – respuesta bastante clara pero poco significativa en los actuales momentos, pensé.
- Mi nombre es Julián. ¿Cual es el tuyo? pregunte.
- No lo recuerdo, solo sé que llevo demasiado tiempo dentro del mar y que ya era hora de salir ¿no te parece?
- Si,... pero ¿cómo llegaste ahí en primer termino?
- Como todos eso creo, termine de destruir mi paraíso perdido y me lance de cabeza al mar.
- !Rayos! pensé, entonces no soy el único ¿pero porque seguías en el mar?
- Preguntas demasiadas cosas, sin duda llegaste aquí recientemente, no es que este mal pero tienes que aprender un poco de tacto al hablar con una dama, ¿no te parece?
(¡Eureka! Sí era una mujer, !rayos! hubiera apostado... pero... ¿con quien?)
- Tienes toda la razón, discúlpame pero es la emoción de encontrar otro ser humano con quien hablar, para serte franco mi soledad no es muy buena compañía y no habla de nada interesante.
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Editado: 20.03.2020