Visitantes”!
Una risa general se escucho en todo el poblado, mientras nuestro guía abría paso entre los pobladores, pronto se hizo una calle de “honor” por la cual seguimos a nuestro anfitrión. Juan Jacob resulto ser un guía bastante meticuloso en lo que se refería a mostrarnos los encantos de un Pueblo que no tenia ninguno, pasamos mas de media hora contemplando la belleza del poso de agua y ni que decir del tiempo dedicado al pozo séptico. Varias veces tuve que pellizcar a Mery para que no se durmiera y otras tantas fue ella la que izo lo mismo por mi.
Cuando esta “tortura” parecía acabar nos dirigimos misteriosamente a una loma que custodiaba al poblado, durante mas de diez minutos nuestro anfitrión no dijo una sola palabra, lo cual nos permitió concentrarnos en nuestros propios pensamientos, así al llegar a la mitad de la colina nuestro nuevo amigo se detuvo, y haciendo una reverencia “magistral” nos dijo:
Pronto fue claro el por que nos había guiado hasta esta loma, el tono rojizo del atardecer le daba al poblado un color dorado intenso, tan hermoso que se podía olvidar que se encontraba en la mitad del infierno. Mery y yo no pudimos hacer otra cosa que agradecer a nuestro nuevo amigo el esfuerzo que hizo al mostrarnos su poblado.
Cuando comenzamos a descender Juan Jacob nos informo que por problemas de hospedaje deberíamos compartir el cuarto que pronto nos tendrían preparado para descansar de nuestro viaje, le agradecí de antemano su esfuerzos diciéndole que ya había hecho más que suficiente por Mery y por mi, que cualquier lugar estaría bien para nosotros. Juan acepto con su cabeza y agrego que esperaba que esta pequeña incomodidad no mortificara demasiado a Mery.
Cuando dirigí la mirada a Mery, esta se encontraba con la cabeza agachada y su rostro se había llenado de un color rojizo que jamás había visto en ella, era claro que la oferta de Juan la había avergonzado de alguna forma, pero no era la hora ni el momento para peguntarle sus razones, tan solo la tome de la mano y continuamos el camino.
Al final de este recorrido nos encontramos en las puertas de una pequeña casa, Juan nos indico que este era el lugar que habían preparado para nosotros, cuando abrió la puerta nos dimos cuenta que la casa estaba constituida tan solo por una pequeña habitación en la cual trataban de convivir cama, cocina y una pequeña mesa con cuatro sillas. El lugar no era cómodo o lujoso pero nos serviría para descansar “nuestros agotados huesos”, Juan se despidió de nosotros para que pudiéramos descansar y nos informo que mañana nos presentaría “a la crema innata” de Sant Remé.
Cuando por fin nos encontramos solos nuevamente aproveche el momento para cambiar los vendajes de Mery y aplicar mas de la crema que nos había dado Anuar, cuando me encontraba colocando los vendajes nuevamente aproveche para preguntarle a Mery el porque se había sonrojado cuando Juan nos informo que debíamos compartir el cuarto.
Los dos reímos un poco, Mery me informo que se encontraba bastante cansada, así que le dispuse la cama para que descansara, cuando ella me pregunto sobre como compartiríamos la cama, le dije que no se preocupara por eso, que yo no me encontraba cansado y que por el contrario lo que deseaba hacer era recorrer aquel lugar sin nuestro “guía personal, se conoce mejor un lugar caminando sin rumbo fijo”, le pedí que descansara que cuando ella despertara yo me encontraría nuevamente ahí, Mery acepto aguarde hasta que se quedo dormida para salir de la casa y recorrer las calles de aquel lugar.
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Editado: 20.03.2020