Purgatorio "La búsqueda del espíritu"

EL POBLADO DE SANT. REME

  • Permítame presentarme yo soy Juan Jacob Reme y este hermoso poblado escondido a las orillas del mar es el pueblo de Sant Reme y hoy estamos muy felices de mal recibir a estos dos nuevos pobladores.
  • Ja ja, mal venir, es un termino poco común, pero creo que tiene razón, en el infierno solo se puede mal venir.
  • Así es, en este lugar se refugian los imperdonables, los que jamás podremos ser felices nuevamente pero eso no nos impide tratar de llevar una eternidad tranquila, hacia demasiado tiempo que nadie llegaba a nuestra villa, hoy es un día muy especial para todos nosotros, así que permítanme darles el recorrido de deshonor que hacemos a todos nuestros mal venidos visitantes ¿o nuevos pobladores? 
  • Visitantes, por ahora, la verdad  es que estamos interesados en recorrer todos los rincones del infierno hasta que encontremos un lugar al cual poder llamar hogar.
  • En tal caso mal venidos, permítanme conducirlos a los rincones de este pueblo, y si deciden quedarse, serán muy mal venidos pobladores.
  • Gracias, permítame presentarme, mi nombre es Julián y el nombre de mi linda compañera es Mery,  ¡Estamos muy “infelices de ser sus Mal venidos

Visitantes”! 

Una risa general se escucho en todo el poblado, mientras nuestro guía abría paso entre los pobladores, pronto se hizo una calle de “honor” por la cual seguimos a nuestro anfitrión. Juan Jacob resulto ser un guía bastante meticuloso en lo que se refería a mostrarnos los encantos de un Pueblo que no tenia ninguno, pasamos mas de media hora contemplando la belleza del poso de agua y ni que decir del tiempo dedicado al pozo séptico.  Varias veces tuve que pellizcar a Mery para que no se durmiera y otras tantas fue ella la que izo lo mismo por mi.

Cuando   esta “tortura” parecía acabar nos dirigimos misteriosamente a una loma que custodiaba al poblado, durante mas de diez minutos nuestro anfitrión no dijo una sola palabra, lo cual nos permitió concentrarnos en nuestros propios pensamientos,  así al llegar a la mitad de la colina nuestro nuevo amigo se detuvo, y haciendo una reverencia “magistral” nos dijo: 

  • “Julián, Mery permítanme presentarles al Poblado de Sant Remé, mi orgullo personal y la última esperanza para almas que hacia mucho la habían perdido.

Pronto fue claro el por que nos había guiado hasta esta loma, el tono rojizo del atardecer le daba al poblado un color dorado intenso, tan hermoso que se podía olvidar que se encontraba en la mitad del infierno. Mery y yo no pudimos hacer otra cosa que agradecer a nuestro nuevo amigo el esfuerzo que hizo al mostrarnos su poblado. 

Cuando comenzamos a descender Juan Jacob nos informo que por problemas de hospedaje deberíamos compartir el cuarto que pronto nos tendrían preparado para descansar de nuestro viaje, le agradecí de antemano su esfuerzos diciéndole que ya había hecho más que suficiente por Mery y por mi, que cualquier lugar estaría bien para nosotros.  Juan acepto con su cabeza y agrego que esperaba que esta pequeña incomodidad no mortificara demasiado a Mery. 

Cuando dirigí la mirada a Mery, esta se encontraba con la cabeza agachada y su rostro se había llenado de un color rojizo que jamás había visto en ella, era claro que la oferta de Juan la había avergonzado de alguna forma, pero no era la hora ni el momento para peguntarle sus razones, tan solo la tome de la mano y continuamos el camino.

Al final de este recorrido nos encontramos en las puertas de una pequeña casa, Juan nos indico que este era el lugar que habían preparado para nosotros, cuando abrió la puerta nos dimos cuenta que la casa estaba constituida tan solo por una pequeña habitación en la cual trataban de convivir cama, cocina y una pequeña mesa con cuatro sillas. El lugar no era cómodo o lujoso pero nos serviría para descansar “nuestros agotados huesos”, Juan se despidió de nosotros para que pudiéramos descansar y nos informo que mañana nos presentaría “a la crema innata” de Sant Remé. 

Cuando por fin nos encontramos solos nuevamente aproveche el momento para cambiar los vendajes de Mery y aplicar mas de la crema que nos había dado Anuar, cuando me encontraba colocando los vendajes nuevamente aproveche para preguntarle a Mery el porque se había sonrojado cuando Juan nos informo que debíamos compartir el cuarto.

  • Tu no entiendes Julián, no es tan simple como eso, yo soy una dama y he vivido demasiado tiempo sola como para… olvídalo no entenderías mis razones.
  • Tienes razón no entendería las razones para eso, pero quiero agradecerte.
  • Ja ja, agradecer que, ¿un simple cambio hormonal?, o  ¿acaso el hecho que me haya avergonzado por la propuesta del alcalde?
  • No, por permitirme ser alguien en tu vida, es agradable saber que significo algo para alguien en este sitio.
  • No te entiendo, en definitiva estas loco.
  • Un poco pero solo por ratos y cuando estoy despierto. 

Los dos reímos un poco, Mery me informo que se encontraba bastante cansada, así que le dispuse la cama para que descansara, cuando ella me pregunto sobre como compartiríamos la cama, le dije que no se preocupara por eso, que yo no me encontraba cansado y que por el contrario lo que deseaba hacer era recorrer aquel lugar sin nuestro “guía personal,  se conoce mejor un lugar caminando sin rumbo fijo”, le pedí que descansara que cuando ella despertara yo me encontraría nuevamente ahí, Mery acepto aguarde hasta que se quedo dormida para salir de la casa y recorrer las calles de aquel lugar.




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