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CAPÍTULO UNO – ERICK

"Sueño"

14 de noviembre, 2021

Era mi cumpleaños, cumplía 21 años y solo tenía un deseo por cumplir: Entrar a la competencia de Puzzle, era magnifico estar ahí, yo lo había visto con mis propios ojos como jugaban con la mente. Maravilloso.

—Es un orgullo que mi sobrino ya sea grande, todo hecho un hombre con cabeza

—Tío... —declaro quejándome, no tenía la culpa de ser un chico hueco en la secundaria

—Ok me calmo, quiero saber qué piensas hacer en el cumpleaños de tu madre

Hace unos cuantos años que no la veo seguido, solo por navidad paso a visitarla porque es una fecha donde la familia se debe pasar unida. Aunque me había interesado estar en la gran competencia de rompecabezas... lamentablemente no se puede por navidad.

No había otra competencia en Venecia, Italia que en navidad, una novedad que cada año quería ir, pero algo me impedía hacerlo. Pero tengo el pensamiento que algún día lo haré.

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El banco del parque era acogedor, podías quedarte dormido como si fuera tu misma cama —miento —, los niños hacen una bulla que ni tú desearías estar ahí, pero el problema es que esos niños son tus hermanos menores.

—Erick no puedes dormirte aquí, hay que jugar —dice el pequeño Tomas con su gorro rojo como ese personaje de Disney Junior, ¿Cómo se llamaba? Ah sí, Many a la obra.

—Déjame aquí, vete con tu hermano mocoso

—¡Vamos! ¡Que se levante! ¡Que se levante! —comenzaron los dos cantalear la misma frase, me levante del asiento medio perezoso

—Vamos por helados antes de irnos a casa ¿les parece?

—¡Si!

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—Ni se te ocurra poner el pedal de acelerar, te voy a matar si lo haces pequeño demonio

Me encontraba con todas las bolsas que me habían hecho comprar para la casa, al parecer, ellos decían que esas cosas faltaban en casa y tenía como hijo mayor comprarlo por mi cuenta.

Y así fue que estoy corriendo con las cosas encimas hacia el coche que los mocosos llevaban, era un auto juguete de compras.

De pronto me caí sin más, los mocosos se rieron y sentí que algunas cosas se habían malogrado.

¡Carajo!... digo, ¡Caramelito!.