Quedate a mi lado y no te alejes

CAPITULO 5

Más cuando hiciste hasta lo imposible para salir de esto... esta mañana me dijeron que mi tiempo se acababa, básicamente me desahuciaron,  dijeron que si seguía con el tratamiento llegaría a vivir más pero a que costo- podía verlo en su cara la tristeza en su rostro sus ganas de seguir a ferrado a la vida cundo lo único que yo quería era deshacerme de la mía desaparecer en un abrir y cerrar de ojos… tal vez esta era la señal

- cuanto tiempo te queda - pregunte 

-diez meses… quince si sigo el tratamiento pero prefiero calidad antes de cantidad suelo ser algo obstinado con el tema - quede en completo silencio era un tiempo relativamente corto para una persona que parecía estar en perfectas condiciones - no me malinterpretes Rosa quiero vivir pero no en un estado en el cual  aparezca un vegetal alguien incapaz de hacer las cosas que le gusta o el mero hecho de no poder deleitarme  con los placeres de la vida y lo único que piense es morir no quiero eso pero ya basta de hablar del tema cuéntame de ti - pude ver cómo me examinaba con su mirada causando que me ponga algo nerviosa apagando por un momento aquellas voces de culpabilidad en mi cabeza soltando una pequeña sonrisa -

- no creo que sea agradable contarte de mí, como lo dijiste “una  persona que no tiene ni un poco de amor por sigo misma” esa soy yo pero te falto una persona que no tiene ninguna inspiración en la vida y claro no siempre fue de esta manera, yo era un persona completamente diferente a la que vez yo era una persona con muchos sueños, con muchas aspiraciones con tantas ganas de seguir luchando como tú lo haces y claro mi vida no era perfecta que vida lo es - podía sentir como mis lágrimas cálidas bajaban por mis mejillas fue cuando sentí sus manos limpiando mis lágrimas soltando una pequeña sonrisa - 

- deja de llorar todavía sigues aquí luchando y eso es lo que importa almenos sabes que llegaste al fondo y lo único que te queda es subir - solté una pequeña sonrisa ante lo que dijo cuándo se escuchó el pequeño sonido de mi estómago rugiendo, él se paró al escucharlo ofreciéndome su mano - vamos Rosa no me dejaras esperando que se me cansa la mano - tome de ella inmediatamente al escuchar lo que dijo dirigiéndonos hacia la salida - ahora cuéntame que te apetece comer -

- para ser sincera en estos momentos comería lo que fuera -el alzo una ceja y negó con la cabeza con algo de desaprobación  mostr5ando una pequeña sonrisa landina -

- entonces uno erizos marinos serán -dijo caminado por las aceras con cierto entusiasmo cuando pude  llegar a sentir como las gotas de lluvia empezaban a alcanzarnos y eso me desanimo porque sabía que si me quedaba sería posible que no tuviera un lugar donde dormir  -

-no quisiera ser una molestia es mejor que sea hora de que me valla y tu también - el se paró en seco dándose la vuelta algo sorprendido y empezó a quitarse la chaqueta que traía para ponerla sobre mi cabeza - 

- no eres una molestia Rosa y si lo dices por la lluvia que son un par de gotas ellas no nos harán nada además que la noche llega a ser más hermosa con la lluvia - me costaba admitir la razón por la que rechazaba su propuesta

- estaba bien un par de gotas no nos harán nada – admití aceptando su propuesta que era lo peor que podía pasar -

 



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En el texto hay: dolor, perdida

Editado: 08.04.2022

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